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Gisela Pérez de Acha

10/11/2013 - 12:01 am

Lo que no dijo ‘Reforma’

El martes de la semana pasada, el diario Reforma publicó una entrevista, que su corresponsal en París me hizo sobre FEMEN. Es una nota amarillista, morbosa, e irrespetuosa, que una vez más evidencia la falta de ética y manipulación por parte de uno de los medios de comunicación más importantes de nuestro país. Desde el […]

El martes de la semana pasada, el diario Reforma publicó una entrevista, que su corresponsal en París me hizo sobre FEMEN. Es una nota amarillista, morbosa, e irrespetuosa, que una vez más evidencia la falta de ética y manipulación por parte de uno de los medios de comunicación más importantes de nuestro país.

Desde el encabezado, Reforma evidencia el machismo que rige al interior de la empresa. “Desnuda chilanga su causa política”. ¿A poco estar topless es estar desnuda? ¿Un hombre estaría también desnudo con el pecho descubierto?

La nota se centra en mi persona y familia, descontextualizando la protesta de FEMEN. Al salir de la entrevista, la reportera Mónica Delgado me comentó con respecto a la protesta del dos de octubre: “Al periódico le sacó de onda que hicieras eso, si supuestamente venías de una ‘buena familia’. Creo que les pareció el capricho de una niña en París.”

Y así lo retrataron, sin importar lo que yo dijera, y el contenido que diera. Por si fuera poco, la reportera saca de contexto las citas impresas, y además manipula y presenta de manera conjunta frases que se dijeron en dos momentos distintos de una entrevista de dos horas.

Lo que no se dijo en Reforma, es que el haberme unido a FEMEN, obedece todo un proceso de reflexión interna sobre el cuerpo femenino y el rol político, artístico y cultural del mismo. Para ellos “lo hice sin pensar” y “no le doy tantas vueltas a las cosas.”

Lo que no dijo Reforma, es que busqué una forma distinta de protesta, porque en México somos presos del sistema de partidos, ya que inclusive los movimientos sociales, se inscriben dentro de los mismos. Poco importante fue decir, que el experimento de FEMEN era protestar de manera distinta, para ver si el mensaje pasaba mejor, como sucede en países más libres.

Les pareció irrelevante el haber hablado de la criminalización de la protesta por parte de los tres poderes del Estado, que cuentan con la absoluta complicidad de los medios de comunicación que se alimentan y sobreviven de la publicidad oficial, que carcome su independencia editorial. Mónica Delgado no entiende de feminismo, me queda claro, tal vez por eso no dijo que detrás de FEMEN hay una teoría sobre el cuerpo femenino: a la capacidad de decir “no” y a la capacidad de vestirnos como se nos dé la gana, sin el miedo constante de ser acosadas o violadas.

El topless de FEMEN -jamás usé otra palabra para describirlo- se inscribe dentro del cambio del objeto inerte del cuerpo femenino, a un sujeto con acción y voluntad política, que se enfrenta con consecuencias penales por disentir frente a los dictadores más poderosos del mundo. De todo esto hablaremos en colaboraciones posteriores, me queda claro que es una idea revolucionaria que hay que explicarla con detenimiento.

En un correo posterior, confronté a la periodista por haber dicho ligeramente que un familiar me apoyaba, cuando claramente jamás lo dije así, y se lo repetí varias veces. A esto respondió:

Hola,

ahora releo la nota pero no recuerdo haber puesto eso, puse que no habias hablado con tu tio pero que sabias que habia recibido la foto y la retwiteo…eso me dijiste,

Queda clara la distorsión de información, y por haber más de seis “errores” en una misma nota, parece obvio que fue completamente intencional.

A pesar de la mala nota, la pregunta inicial persiste. ¿Qué es FEMEN? ¿Por qué protestar topless? ¿Cuál es el propósito? Desde la reivindicación de una teoría radical sobre la libertad de expresión, hasta el discurso de shock como necesario para la democracia, FEMEN tiene como efecto provocar discusiones intensas en todos los niveles de la sociedad. Eso sí, contando con la prensa como mediador y árbitro de todas las opiniones.

Aún así, desde el punto de vista mediático, las preguntas se multiplican. ¿Por qué todas las FEMEN son “guapas”? ¿Por qué acaparan las primeras planas, mientras las campesinas de los 400 pueblos no son nota? ¿Cómo está relacionado esto con la libertad de expresión? FEMEN es el pretexto perfecto para entrar al debate sobre el cuerpo de la mujer en contextos políticos, mediáticos, estéticos y de protesta.

Cada revolución importante en el mundo, ha sido testigo del desarrollo de la libertad de prensa. De Voltaire a Zola, la prensa era la incubadora y difusora de las ideas revolucionarias contra la monarquía y el Estado. Son los medios los que representan las ideas, los debates y los distintos puntos de vista. Son ellos los que se encaminan junto con los ciudadanos a presionar a los políticos y obligarlos a rendir cuentas.

¿Con qué me topé al hacer el experimento de FEMEN en México?

Con una sociedad dormida, que en vez de discutir hace blanco y comidilla política a los participantes. Con una clase intelectual siempre centrada en las mismas cosas, que recicla argumentos y que deja la protesta a un “asunto de chavos”, como si en las revoluciones de la historia unos y otros no se hubieran hecho compañía. Y lo más triste de todo, con una prensa que por veinteava vez en el año busca, y consigue, ridiculizar cualquier forma de disenso y protesta contra los intereses de un gobierno avasallador.

Con 132 -y vaya que me consta- fue Televisa como aliado del PRI, que se encargó de desvirtuar el mensaje juvenil con un Foro hecho a la medida. En las marchas que han seguido desde el 1º de diciembre de 2012, fue la criminalización de los jóvenes, generalizando de vándalos y desmadrosos a todo aquel que se atreviera a salir a protestar. Y para colmo, la cobertura  del pasado 2 de Octubre, donde por “casualidad” siete diarios publicaron la misma foto en la portada, ignorando las agresiones y excesos de poder por parte de los policías sobre inocentes y protestantes.

Ahora fue el turno de FEMEN. Era hora de anular el discurso que en otras partes del mundo ha sido completamente esquizofrénico y radical. El mandato fue obedecido y el juicio moral cayó con todo su peso: convertir la protesta en el slogan de una monja que se desviste, desvirtuando toda información y contenido. Esto no hubiera pasado si yo hubiera rechazado la entrevista, pero ingenua y utópicamente creí -por segunda vez en un año- que tanto Televisa como Reforma harían su chamba en términos de democracia. Reconozco el error, pero no me arrepiento. A veces se trata de equivocarse, sobre todo cuando intenta cosas distintas.

En este contexto, la intuición de “democratizar los medios” fue una intuición bastante justa por parte del 132. Ahora estamos respirando y viviendo en carne propia lo que es tener una prensa antidemocrática, no representativa, obediente a los intereses de la clase política y para la cual vender amarillismo es más importante que privilegiar el interés público de la información.

Sin una prensa ética, el experimento de FEMEN no tiene cabida en México, pues es a través de ella donde se disemina la información, las fotografías, las protestas y las discusiones. El mensaje de FEMEN es lo suficientemente subversivo y complicado para añadirle una prensa miope que no entienda su rol en sentar las bases para una sana democracia. En poco tiempo veríamos las protestas topless retratadas en la plana principal de TV Notas (lo cual, al ser honestos, no se aleja tanto de la nota de Reforma del martes).

Tal vez México no sea un país para FEMEN. ¡Pero encontremos otra cosa! El disenso y la protesta están en un círculo vicioso del cual no podremos salir pronto. Hace falta voltear a ver hacia otros horizontes. A cometer errores y seguirle dando.

Que los brazos cruzados no sean opción.

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