Según el ejército, en Israel han muerto más de 900 personas. En Gaza y Cisjordania había 704 fallecidos, de acuerdo con las autoridades, e Israel afirma que entre ellos hay cientos de combatientes de Hamás. En ambos bandos hay miles de heridos.
Por Josef Federman y Issam Adwan
JERUSALÉN (AP).— Israel golpeó el centro de la ciudad de Gaza con bombardeos incesantes el martes y amplió la masiva movilización de reservistas al tiempo que prometía una dura venganza contra el grupo insurgente Hamás que ha dejado a los residentes del pequeño territorio palestino sin ningún lugar a dónde ir.
Cuatro días después de la incursión de insurgentes de Hamás en Israel, provocando tiroteos en su territorio por primera vez en décadas, el ejército israelí dijo el martes en la mañana que había recuperado el control del sur del país y de la frontera.
La guerra se ha cobrado ya la vida de al menos mil 600 personas en ambos bandos e Israel sostiene que Hamás y otros grupos insurgentes de Gaza retienen a más de 150 soldados y civiles como rehenes.
A partir de ahora, sólo se espera un recrudecimiento. Israel amplió la movilización de reservistas a 360 mil el martes, de acuerdo con la prensa del país.
Una de las grandes preguntas es si lanzará una ofensiva terrestre sobre Gaza, un pequeño enclave encajado entre Israel, Egipto y el mar Mediterráneo donde viven 2.3 millones de personas. Está gobernado por Hamás desde 2007.
Mientas las agencias humanitarias de Naciones Unidas pedían la apertura de un corredor para llevar alimentos y suministros médicos a la Franja, el ejército israelí dijo que alcanzó cientos de objetivos en Rimal, un populoso vecindario de lujo de la ciudad de Gaza que alberga ministerios del Gobierno de Hamás, además de universidades, medios de comunicación y oficinas de organizaciones de ayuda.
Las Fuerzas de Defensa Civil palestinas sacaron a Abdullah Musleh y a otras 30 personas de su sótano luego de que su edificio de apartamentos fue arrasado por el operativo aéreo.
“Vendo juguetes, no misiles”, dijo Musleh, de 46 años, llorando. “Quiero irme de Gaza. ¿Por qué tengo que quedarme aquí? He perdido mi casa y mi trabajo”.
Tras horas de ataques ininterrumpidos, algunos residentes salieron de sus casas al amanecer y se encontraron edificios partidos por la mitad y otros reducidos a escombros de hormigón y barras metálicas. Había autos aplastados y árboles quemados en calles residenciales que recordaban a un paraje lunar.
La enorme devastación en Rimal indicó cuál podría ser la nueva táctica israelí en Gaza: advertir a los civiles que desalojen ciertas aéreas para luego lanzar ataques aéreos de una intensidad sin precedentes. Si estas operaciones continúan, los civiles gazatíes tendrán menos zonas en las que refugiarse dado que cada vez hay menos vecindarios habitables.
Desde que Hamás llegó al poder, Israel y Egipto han restringido severamente la entrada de bienes al territorio y la circulación de gente.
Ahora, Israel dice que impondrá un asedio total a Gaza, cortando la entrada de combustible y alimentos y el suministro de electricidad. Hamás afirmó que los bombardeos israelíes habían dejado impracticable el cruce fronterizo de Rafah hacia Egipto, la única otra salida del territorio.
Los intensos bombardeos y las amenazas israelíes de acabar con el grupo avivaron las dudas sobre la estrategia y los objetivos de Hamás. Los líderes de la milicia radical no han hablado en público acerca de si esperaban la feroz respuesta de su rival — y el peligro de perder gran parte de su infraestructura gubernamental — cuando lanzaron el ataque.
En una conferencia de prensa el martes, el vocero del ejército israelí, el teniente coronel Richard Hecht, sugirió que los palestinos deberían intentar salir por el paso fronterizo de Rafah con Egipto.
Naciones Unidas dijo el martes que más de 187 mil de los 2.3 millones de habitantes de la Franja han abandonado sus casas, el mayor éxodo desde la ofensiva terrestre y aérea de 2014 que desplazó a unas 400 mil personas.
UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, acoge a más de 137 mil personas en sus escuelas en el territorio y otras 41 mil personas se han cobijado con sus familiares.
Cuestionado por si Israel consideraba objetivos legítimos las sedes del Gobierno civil de Hamás, como el parlamento y los ministerios, Hecht indicó que “si hay un pistolero disparando proyectiles desde allí, se convierte en un objetivo militar”.
En respuesta a la ofensiva aérea israelí, el portavoz del brazo armado de Hamás, Abu Obeida, anunció el lunes por la noche que el grupo matará a un civil israelí cautivo cada vez que se ataque a civiles en sus casas en Gaza “sin previo aviso”.
El Ministro israelí de Exteriores, Eli Cohen, advirtió a Hamás que no debe lastimar a ningún rehén, y que “este crimen de guerra no será perdonado”. Netanyahu nombró al excomandante militar para gestionar la crisis de rehenes y de desaparecidos.