El Nuevo Aeropuerto, el Tren Toluca y el Paso Exprés “exhiben problemas crónicos” en sus procesos de contratación que derivan en obras “ineficientes” que no cumplen con el “estándar mínimo de competencia deseable” y que abren la puerta a la corrupción, alertaron hoy integrantes de México Evalúa.
En los proyectos mencionados, la organización encontró que las licitaciones carecen de adecuada competencia en los procedimientos de contratación. En el caso del NAIM, de una muestra de contratos públicos por 129 mil 582 millones de pesos —que corresponden al 84 por ciento de las obras contratadas hasta agosto de 2018— sólo el 27 por ciento fue adjudicado con “suficiente rivalidad” o mediante procesos en los que fueron evaluadas por más de cinco propuestas “solventes”.
Ciudad de México, 10 de octubre (SinEmbargo).- Tres grandes obras de infraestructura pública gubernamental (el Nuevo Aeropuerto, el Tren Toluca y el Paso Exprés) “exhiben problemas crónicos” en sus procesos de contratación que derivan en obras “ineficientes” que no cumplen con el “estándar mínimo de competencia deseable” y que abren la puerta a la corrupción, refirieron hoy integrantes de México Evalúa.
En los proyectos mencionados, la organización encontró que las licitaciones carecen de adecuada competencia en los procedimientos de contratación (hay falta de eficacia), de cumplimiento en los procesos de licitación que generan sobrecostos (escasa eficiencia) y falta de transparencia y rendición de cuentas.
En el caso del NAIM, la organización civil destacó que de una muestra de contratos públicos por 129 mil 582 millones de pesos —que corresponden al 84 por ciento de las obras contratadas hasta agosto de 2018— sólo el 27 por ciento fue adjudicado con “suficiente rivalidad” o mediante procesos en los que fueron evaluadas por más de cinco propuestas “solventes”.
Entre los problemas hallados en 30 contratos analizados, la organización destacó que los convenios entre entes públicos “promueven la mala planeación” que ha generado un atraso del 75 por ciento en la fase de contratación de contratistas (la mayor parte de los concursos duró 142 días cuando debían durar 81) y un incremento del monto de inversión de 68 por ciento (el costo estimado actual es de 285 mil millones de pesos, mientras que el inicial en 2014 era de 168 mil 880 millones).
Sobre los niveles de competencia en el Tren México-Toluca, los integrantes de México Evalúa indicaron que “desde un inicio se registró una baja afluencia de proposiciones” y que las 15 licitaciones analizadas fueron realizadas sin planos y trazos definitivos que incluyeran estudios de viabilidad, además de la falta de derechos de vía, terrenos y usos de suelo liberados.
Este proyecto tiene un desfase del 50 por ciento en sus procesos de licitación (ya que la mitad de ellas tardaron 69 días en lugar de 62) y un sobrecosto de 77 por ciento (su costo estimado actual asciende a 59 mil 217 mdp cuando el inicial en 2014 fue de 33 mil 741 mdp).
En el caso del Paso Exprés, en la licitación principal fueron identificadas “prácticas de abuso de los requisitos que impiden garantizar las mejores condiciones de contratación”. Según México Evalúa, las contrataciones fueron efectuadas pese a conflictos de índole social sin resolver y con un proyecto ejecutivo “incompleto que requirió adecuaciones permanentes durante la construcción”.
Estas circunstancias generaron un sobrecosto de 73 por ciento (el costo total a 2017 fue de 2 mil 213 mdp, mientras que el presupuesto inicial en 2014 fue de 1 mil 274 mdp). Durante el proceso de licitación, sin embargo, no hubo desfases.
En los tres casos, en materia de transparencia, el estudio “Ojos a la Obra” de México Evalúa explicó que ninguno publicó información relativa a los estudios de mercado, las ofertas presentadas durante el proceso de contratación de empresas, así como las subcontrataciones, los pagos, los informes de supervisión y de auditoría interna, que constituyen datos “vitales para la rendición de cuentas y que debe publicarse de acuerdo con los estándares internacionales”.
A pesar de la situación, en el caso del NAIM sí hubo avances importantes porque fue publicada información adicional que no solía estar disponible (como convenios con dependencias, tipos de adjudicación y modificaciones a contratos, por ejemplo).
No obstante, señala la organización, “lamentablemente estos esfuerzos son atípicos y no están regulados, por lo que nada garantiza que permanezcan en caso de que el proyecto continúe o se retome para el desarrollo de otros proyectos de infraestructura”.
En la opinión de Edna Jaime, directora general de México Evalúa, “México necesita reducir la brecha de infraestructura si quiere superar su pobreza, desigualdad y corrupción”.
Para lograrlo, dijo que es indispensable evitar que “las autoridades continúen avalando o descartando proyectos a partir de su posición política, con perspectivas de corto plazo y limitadas por ciclos electorales”.
José Octavio López Presa, miembro del comité de participación ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), explicó que urge despolitizar y profesionalizar a los contralores que supervisan los procesos de contratación.
Asimismo, mencionó que estamos atrasados en materia de digitalización de procesos y que, inclusive, han habido “retrocesos”. También dijo que hacen falta “testigos sociales” en los procesos de control, mismos que puedan observar y exigir el cumplimiento de los contratos y las normas según la letra.
Al igual que López Presa, Joel Salas, comisionado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) estimó la importancia de revisar las prácticas utilizadas en los proyectos de obra pública y fortalecer y construir una ciudadanía activa y participante durante “todo el ciclo de la obra pública”.
Para lograr una cuarta transformación en México será obligatorio que la nueva administración fortalezca las instituciones, dijo Mariana Campos, coordinadora de gasto público y rendición de cuentas de México Evalúa.
LAS LICITACIONES
En apariencia, explicaron los analistas, en los procesos de licitación de los tres proyectos existió alta competencia. En el NAIM, por ejemplo, el 90.36 por ciento de las contrataciones fue por licitación pública. Y en los casos del Tren México-Toluca y del Paso Exprés, el porcentaje de concurso abierto fue de 94.4 y 94.2 por ciento.
Empero, la eficacia en las contrataciones fue precaria porque “no presentaron la rivalidad deseable”, ya que durante el proceso sólo “se evaluaron completamente un tercio o menos de las ofertas presentadas por contratistas”, lo que implica que “el factor detrás de la baja competencia es la alta descalificación de contratistas”.
Esto implica que, a través de la determinación de insolvencia de empresas, fue limitada la competencia sin que hubiera completa transparencia en los mecanismos y modos de descarte.
En el caso del NAIM —se lee en el estudio de Mexico Evalúa— el 45 por ciento de las propuestas fue descartada por cuestiones administrativas, el 43 por cuestiones técnicas y el 12 por asuntos de competencia económica. La dinámica en las contrataciones del NAIM evidenció que a mayor monto presentado por los contratistas, la descalificación fue menor.
Los contratos del Tren Toluca, por su parte, fueron realizados “sin un nivel de competencia aceptable para considerar que realmente fueron concursos” públicos. En este caso, el 58 por ciento de las propuestas fueron despechadas por cuestiones técnicas, el 22 por cuestiones administrativas y el 20 por el costo económico presentado.
En el Paso Exprés, Mexico Evalúa determinó que la alta tasa de descalificación de empresas —que fue del 91 por ciento— hizo parecer que las licitaciones fueran “un procedimiento no competido por elegir al contratista sólo entre dos de 23 propuestas iniciales”.
Según su estudio, la principal razón de descalificación de debió a criterios económicos (62 por ciento) al declarar insolventes a 13 propuestas aprobadas en lo técnico y cuyo costo era 10 por ciento mayor a la más barata.
A pesar de que en el Paso Exprés la mayor parte de los contratistas fue descalificada por razones de precio, al final, el costo de la licitación “terminó elevándose por encima de todos los contratos ofertados en la licitación”.
DEFICIENCIAS EN PROYECTOS
Debido a la falta de transparencia, de eficiencia y efectividad en las licitaciones de estas tres obras de infraestructura pública, México Evalúa concluyó que “hay deficiencias sistemáticas en la preparación de proyectos” porque “la construcción se precipita cuando todavía no está suficientemente desarrollado el diseño del proyecto”, lo que abona a circunstancias de abuso y de corrupción.
Por ello, es necesario que en los procesos de contratación haya menos adjudicaciones directas y más mecanismos institucionales técnicos e independientes para la adecuada y oportuna preparación de las obras que sigan un orden determinado. Esto es: uno, diseño; dos, supervisión; y tres, construcción.
Además, Mexico Evalúa urge a las autoridades a implementar instrumentos para regular, calificar y transparentar el estado de preparación de los proyectos y adoptar procesos digitales para operar los proyectos de inicio a fin (como por ejemplo, a través de CompraNet).
También haría falta fortalecer la competencia por medio de disminuir la entrega directa de contratos, a través de “sustituir el criterio del precio más bajo por el del mejor valor [y] controlar la descalificación mediante el desarrollo de instrumentos para la toma de decisión”, así como eliminar requisitos innecesarios y el registro del desempeño de contratistas.
En materia de transparencia, habría que fortalecer los mecanismos de fiscalización que incluye informes periódicos apegados a estándares internacionales y reformar el marco legal para evitar los vacíos que permiten las fallas sistemáticas.