El Centro Mexicano de Rehabilitación de Primates A.C., es un espacio dedicado a recibir, proteger, rehabilitar y conservar a las diferentes especies de primates mexicanos, todo con el fin de devolverles la libertad.
“Todos los animales deben tener libertad.
Tenerla en todos los sentidos”.
Rita V. Arenas
Ciudad de México, 10 de octubre (SinEmbargo).– “Había vivido toda su vida en cautiverio, en una jaula tan alta como ella misma. Era una saraguato de cinco años. Cuando la sacamos de su jaula fue tal el impacto de verse libre y sin paredes, que le dio un paro respiratorio. Hubo que sacarla con masaje cardíaco, pulmonar y con respiración de boca a boca.
“Cuando por fin reaccionó, parecía que estando fuera dijo ‘¡¿Qué es esto?!’. Comenzó a sentir el sol en su cuerpo y lo único que hizo fue voltearse boca arriba y estirarse tanto como podía y cuán larga como era para que el sol tocara cada parte de su cuerpo”.
Hay monos que nunca han trepado un árbol. Que no tienen una colonia. Que no saben comer hojas. Que nunca han sido libres. “Todos los animales deben tener libertad. Tenerla en todos los sentidos”.
Quien habla es Rita Arenas, una bióloga que se ha dedicado desde hace más de 20 años al estudio de los primates. Hace 8, ella y la doctora Ana María Santillán fundaron el Centro Mexicano de Rehabilitación de Primates A.C. (CMRP), un espacio en el que cuidan y rehabilitan a diversas especies de estos animales con el fin de ayudarlos a recuperar su libertad.
“La idea original surge de nuestro trabajo de investigación en conducta de primates –platica a SinEmbargo la científica– A fuerza de convivir con estas especies y de vivir su realidad, nos dimos cuenta de que en México el tráfico y la venta ilegal de estos animales es muy alta. Así que decidimos aplicar todos nuestros conocimientos en el área para rescatar y rehabilitar a los monos y, en determinado momento, si corríamos con suerte, reinsertarlos a su ambiente natural”.
En México, además de la acelerada pérdida y fragmentación de la selva, el cambio climático e inclusive atropellamientos, nuestros primates luchan día a día con la caza furtiva y el tráfico. A pesar de que va contra la ley, los monos suelen ser capturados y puestos en cautiverio para vivir como mascotas. Así viven amarrados a un árbol o a un palo o a un “algo”, hasta donde la creatividad del “propietario” admite. Viven en jaulas o caminando en el concreto que atrofia sus manos.
“Hemos recibido a animales muy deteriorados. Obesos o demasiado delgados. Lastimados por vivir en un espacio poco adecuado. Hay monos que sólo viven en el piso y sus manos se atrofian porque ni siquiera pueden doblar los dedos. Recibimos a ejemplares que han perdido los dientes porque recibieron una mala alimentación”, platica Rita Arenas.
Desde 2007, trabajando siempre en colaboración con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a través de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), el Centro Mexicano de Rehabilitación de Primates A.C. ha resguardado, protegido y rehabilitado a cerca de 40 ejemplares de monos, que no sólo incluyen a individuos de las dos especies de mono aullador o saraguato y la de mono araña propias de México, sino también algunas especies exóticas.
LA REHABILITACIÓN: DEJAR A UN MONO SER UN MONO
“Todos los monos que hemos recibido me han impactado: cuando llegan muy chiquitos me digo: ‘¿cómo es posible que le quitaron esta preciosidad a una mamá?, [suelen matarlas para arrebatarle a su cría], ¡Qué egoístas somos!’ Pero cuando son viejos me dan tanta tristeza… ¡pasaron toda su vida sin poder ser un mono!”.
“La rehabilitación en el centro comienza desde el momento en que los recibimos y averiguamos su condición de salud a través del análisis de estudios clínicos de gabinete y exploraciones médicas. Una vez que han pasado la cuarentena (uno nunca sabe qué enfermedades se podrían manifestar), lo que hacemos es cambiarles la dieta: el primer daño que les hacen al domesticarlos es que los acostumbran a una dieta humana”, explica la bióloga.
La misma señala que es común que a estos animales se les dé alimentos procesados y guisados “de modo que nunca en su vida han comido un mango o una manzana. [Inclusive] hay monos que no saben usar sus manos para llevarse el alimento a la boca. Así que lo que hacemos es enseñarles a comer frutas, verduras crudas y hojas por sí solos. Los mantenemos con una dieta nutritiva”.
Para todas las etapas de rehabilitación, cada mono es atendido de forma personalizada, pues los problemas de cada uno son diferentes… Una vez que superan la fase de aprender a alimentarse solos y se comprueba que no tienen algún problema de salud o de conducta, se les reubica a unas instalaciones del centro que se encuentran en Catemaco, Veracruz.
“Éstas se ubican en un área protegida, en la Reserva de la Biósfera de los Tuxtlas. Ahí, ellos son ubicados en jaulas con un espacio mayor, lejos del smog y de los ruidos de la urbe. Es cierto que están en jaulas [en un principio], pero están en medio de la selva, de modo que así les garantizamos una mejor calidad de vida”, explica Arenas.
Una vez en el lugar, los ejemplares suelen tener contacto con otros primates, aunque no siempre es directo: los ven, los oyen y los huelen. “Ya cuando notamos que aceptan estar con sus compañeros, los reunimos para que tengan contacto físico y socialicen.
“Estando dentro de la jaula, evitan lastimarse yendo a la selva. A veces las personas creen que si sueltas a un mono, sólo por serlo, en seguida correrá y se trepará a los árboles, ¡pero no es cierto!: Lo que ellos hacen es correr por el piso, porque es lo que conocen, y éste es muy riesgoso para ellos: hay fauna como víboras, arañas y otros más que les pueden hacer daño. Y ellos no saben que no deben agarrar a esos animales”.
Los monos sólo se sienten seguros en el piso porque es lo único que conocen, sostiene la científica.
En el siguiente video puede observarse cómo se ayuda a un pequeño mono araña a utilizar sus extremidades.
Otro vídeo de cuando llegan al CMRP y les enseñamos a usar sus extremidades. #ApadrinaUnMono
Posted by Centro Mexicano de Rehabilitación de Primates A.C. on Lunes, 5 de octubre de 2015
Con el tiempo, algunos ejemplares pasan a una etapa llamada “pre-liberación”, en la que comienzan a hacer uso de los árboles. En ella, viendo y practicando aprenden a balancearse entre sus ramas. Cayéndose aprenden a calcular su resistencia y el propio peso. Casi libres, aprenden a vivir en libertad.
“El trabajo es tan arduo, que en nuestros años sólamente hemos llevado a la pre-liberación a 7 ejemplares, porque llegaron con nosotros cuando eran infantes y trabajamos con ellos para que se conformaran como un grupo social, se identificaran y se defendieran entre ellos [como lo harían en la naturaleza].
“De estos 7, sólo 3 han aprendido a dejar el piso. Los otros siguen bajando a pesar de que los recibimos desde pequeños. Ellos aún no comprenden que las alturas son su hábitat”, comenta.
Aprender a vivir la mayoría de su tiempo en los árboles, alimentarse por sí solos, no espantarse con la lluvia o los vientos, sostenerse de la rama correcta para no caer… “Rehabilitar a un mono lleva muchísimos años: de 7 a 10 son los necesarios para que un ejemplar maneje y logre contender el medio ambiente en todos los sentidos: físicos, biológicos, etcétera.
“Hasta el momento aún no hemos reintroducido a ningún ejemplar. Estamos trabajando con los mono araña para devolverlos a los Tuxtlas, en donde ya no se reporta ningún individuo de esa especie en vida libre”.
APADRINA A UN MONO: TÚ PUEDES AYUDAR
El Centro Mexicano de Rehabilitación de Primates A.C. es una institución sin fines de lucro que depende de aportaciones de la sociedad civil, por ello, ha desarrollado el programa “Apadrina a un mono” que tiene como objetivo involucrar a la sociedad en el cuidado y protección de la fauna silvestre: “Nosotros procuramos que las personas conozcan a los monos, que los cuiden, que comprendan que merecen estar en su medio natural. Ser libres en todos los sentidos”.
Un segundo objetivo es fondear los trabajos del centro: “Los monos rescatados necesitan atención, precisan de una buena calidad de vida; pero eso, en términos humanos, se traduce en dinero. Lamentablemente no somos árboles para ofrecerles la tranquilidad y seguridad de una selva, de modo que ‘Apadrina un mono’ surge para que apoyen también económicamente a que regresen a su hábitat”.
Mientras tanto, el centro ofrece actividades educacionales en todos los niveles escolares para difundir cuáles son los primates de México, dónde y cómo viven, lo difícil que es devolverlos a su hábitat una vez que han sido extraídos y la importancia de cuidar su medio natural para que lo habiten.
La asociación también recibe a voluntarios que quieran participar en campañas, en el cuidado de los animales y en la difusión.
“Nuestro fin es liberarlos, aunque poder hacerlo es un trabajo titánico para quienes participamos en la rehabilitación, y para la autoridad, encargada de cuidar las zonas en que se distribuyen. Ahora aún no sabemos la zona precisa en que liberaremos a ejemplares cuando estén capacitados, pues necesitamos tener certeza de que no serán cazados de nueva cuenta”.
“Liberarlos es un trabajo titánico, que los volvieran a cazar haría que el trabajo sea en vano. Sería terrible”, concluye la investigadora.