Por Humberto Padgett y Dalia Martínez
Morelia, Michoacán, 10 de octubre (SinEmbargo).–
En la extensa colección de organizaciones criminales en el mundo la de los Caballeros Templarios resulta única.
Si se atiende a que el líder de un cártel, Nazario Moreno, se apoda a sí mismo El Más Loco y se hace llamar Ernesto Morelos Villa –pretendida síntesis de Ernesto, El Che, Guevara, José María Morelos y Pavón y Francisco Villa– la organización criminal resulta, al menos, peculiar.
Otra peculiaridad de Los Caballeros Templarios es su extensa y diversa propaganda. Como ningunos otros, los narcotraficantes michoacanos exigen reconocimiento público y producen contenidos culturales a favor de su causa, la que consideran de interés común.
La propaganda templaria puede desglosarse de acuerdo a su destinatario: se presentan como “insurgentes” y “revolucionarios” ante quienes suponen sus críticos intelectuales, buscan acreditarse como defensores del “pobre, el huérfano y el enfermo”; propagan la idea de que Nazario, supuestamente muerto, regresa a la vida para “proteger a su pueblo” y “ajusticiar a sus enemigos”.
A mediados del año pasado apareció un libro llamado “Palabra de caballero”, un impreso sin editorial presentado como un trabajo de investigación periodística firmado por Edgardo Morales que integra el discurso político de Los Caballeros Templarios. El texto se justifica en el derecho de réplica de los templarios y la “versión desconocida” de su “movimiento”.
Morales relata su estancia en un lugar desconocido al que llegó con los ojos vendados luego de varias horas de camino en camioneta. En el sitio, un hombre le entregó varios documentos y explicó las razones de Los Templarios.
En resumen, reproduce, textualmente, todos los panfletos entregados por un hombre “firme”, pero “sereno”, que equiparan las actividades del cártel con el alzamiento zapatista en Chiapas de 1994.
Las actividades del cártel son ahí consideradas una “resistencia civil” en la que participan comerciantes, estudiantes, profesionistas, campesinos, intelectuales, amas de casa y otros sectores de la sociedad que “se suman a la movilización social que ha dado vida a una nueva etapa en la Historia de México”.
Sostiene que las luchas sociales a través de la organización partidista no alcanzaron el éxito esperado porque el estado mexicano utilizó el poder para “dejar la riqueza en manos de unos cuantos” mientras que, por el otro lado, la sociedad no logró en su conjunto una organización que marcara los principios, los motivos y las causas de esa lucha emprendida a través de los procesos electorales.
Se expone en un manifiesto:
“En los tiempos actuales, los cambios y las transformaciones a favor del pueblo de México, o particularmente para los michoacanos, simplemente siguen siendo letra muerta y base del discurso demagógico de nuestros gobernantes quienes a la fecha, sólo han provocado el surgimiento de una nueva generación de hombres y mujeres que buscan dignificar nuestra dignidad como seres humanos.
“Nuevamente es el pueblo michoacano, como en los tiempos de la Independencia y la Revolución, el estado que aporta a sus hombres y mujeres, que a cambio de sus propias vidas, reclaman la garantía de una auténtica paz social representada con igualdad, respeto y oportunidades para todos.
“Escribimos entonces, sobre un sistema de gobierno federal que en manos del Presidente de México, licenciado Felipe Calderón Hinojosa, ha provocado el surgimiento de movimientos sociales y grupos organizados como los Caballeros Templarios que, con el liderazgo de la nueva generación de insurgentes o caudillos, sólo pretenden –visto desde abajo– la protección, el amparo y el apoyo de un pueblo que exige justicia social en el México Moderno”.
Los Caballeros –recuérdese que en su dirección está Servando Martínez, La Tuta, un profesor rural– recuerdan que en Apatzingán, su principal bastión, se redactó la primera Constitución mexicana.
“Tiene lógica la unidad y organización de los pueblos que se enlistan en la insurgencia con el coraje que surge por la impotencia de no contar con el respaldo de sus gobernantes y sí por el contrario, se manifiestan bajo un proyecto represivo donde pretenden callar al que habla y frenar a quien avanza en un movimiento social que es humillado, pisoteado y señalado de delincuencia organizada.
“La presencia de los Caballeros Templarios, organizados en este movimiento insurgente y popular como lo denomina la sociedad, enumeramos las necesidad y nuestros reclamos: Generación de empleos, precios y garantías de comercialización para los productores del campo, educación para los jóvenes que pretenden concluir sus estudios media y superior, programas reales de educación, salud y vivienda, apoyo al sector comercial y pequeñas o medianas empresas, seguridad y amnistía para quienes viven en la persecución del gobierno por las causas sociales que se enmarcan en estas peticiones, entre otros puntos puestos en la mesa de diálogo”.
Resulta imposible saber con qué seriedad lo hacen, pero Los Templarios exigen su reconocimiento como sujetos de defensa del derecho internacional por la violación a sus derechos humanos y su reconocimiento como una organización social. Demandan una mesa de diálogo con el gobierno que admita su posición como representantes comunitarios.
Y piden algo más:
“De darse la amnistía a favor de quienes actualmente son perseguidos y a favor de quienes han sido detenidos el estado mexicano estaría demostrando su capacidad de gobierno para mantener vigentes los derechos universales de los mexicanos”.
Himno de los Caballeros Templarios
Soy un caballero templario
Un soldado a la orden del templo
Represento los sentimientos
De los oprimidos de esta nación.
Soy un luchador templario
Todo por un mundo mejor.
Fui señalado, fui rechazado
Y muchas veces fui humillado.
Por eso ahora soy rebelde
Un rebelde de corazón
Respetando el voto de silencio
Que a toda costa conservaré.
Tengo una conducta intachable,
Porque a todos debo respetar
Protegiendo a todos los cristianos
Y buscando siempre la verdad.
Soy un caballero templario
Un soldado a la orden del templo
Represento los sentimientos
De los oprimidos de esta nación.
Ayudar a los desvalidos
Siempre será el objetivo
Día a día voy a luchar
Actuando siempre con honestidad.
Si en el camino de este destino
La muerte me llegara a encontrar
Podré morir satisfecho
Mi sacrificio contribuirá.
Para que mis hermanos hagan justicia
Y haya igualdad
Escuchen todos mis compañeros
Que unidos la victoria vamos a lograr.
Soy un caballero templario
Un soldado a la orden del templo
Represento los sentimientos
De los oprimidos de esta nación.
La idea de los narcotraficantes michoacanos de utilizar a los medios de comunicación para presentar su postura es vieja. Lo hacen desde 2006, cuando utilizaron periódicos de Morelia para anunciar la creación de La Familia Michoacana como un grupo solidario con los pobres e implacable con Los Zetas.
Designaron a Enrique, Quique, Plancarte, hoy uno de los primeros generales, como su vocero. Ampliaron el uso de las mantas colgadas a las entradas de las ciudades y de cartulinas colocadas al lado de las cabezas mutiladas de sus enemigos: “Esto es justicia divina”. El interés de incidir en la prensa ha evolucionado junto con los intereses del grupo.
Un viejo reportero con base en Morelia relata un contacto con el cártel hecho antes de las elecciones de 2012:
“Me buscó un comandante de una policía municipal en la región de los lagos. Me pidió que me entrevistara con un jefe de plaza de Los Caballeros. Fui y ese día llegaron otros comandantes de varias policías municipales. Entregaron fajos de billetes a los narcos y también despensas.
“Luego hablé con el enviado de Los Caballeros. Me propuso poner una revista que circularía en la región. Tendría el enfoque que yo quisiera y ganaría 6 mil pesos semanales, que es un sueldo hasta bueno pero al mes aquí en Michoacán para un reportero. Yo sería el director y tendría que ocupar algunas páginas para pegarle al candidato o al alcalde o al político que no se alineara con ellos y otras para alabar a quien ya estuviera con ellos. Habría otra parte de la revista en que ellos me enviarían lo que quisieran y a lo que yo no podría moverle ni una coma. No acepté, pero hubo quienes sí lo hicieron”.
–¿Cuál es el interés?
–Pues, hablar de su causa, pero, en realidad, también es un asunto de dinero: pagar campañas para luego recuperar la inversión y ganar con la colocación de los directores de Seguridad Pública, de Obras Públicas y de Finanzas, es decir, de las áreas que manejan el dinero en los ayuntamientos.
–¿Quiénes sí aceptaron la propuesta? –se le pregunta.
–¿Qué no ha visto que en Michoacán matan a los periodistas? –revira con un gesto de ironía.
Existe otro espacio, un área insospechada para la difusión de las ideas de Los Templarios: los centros de rehabilitación clandestinos. Los narcotraficantes michoacanos permiten la venta de drogas, pero no necesariamente la adicción. Y sólo aceptan ciertos consumos, los hechos a partir de las sustancias que ellos controlan. Está permitido fumar marihuana, piedra e ice, pero de ninguna manera inyectarse heroína, pues, si bien negocian con la goma de opio no existen refinerías en Michoacán.
Así que es negocio ajeno, más particularmente de Los Zetas.
“Es putiza. Tablazos”, dice un consumidor de la región de Cherán. “Si estás muy clavado te llevan a la granja. Es una semana por lo menos y te tienes que chutar el rollo de los pasos cuatro y cinco de Alcohólicos Anónimos, una onda de escribir todas las cosas que hayas hecho y platicárselas a alguien.
“Pero es más la chinga: los tablazos. Cinco, 10, 15. Hasta 30 tablazos en las nalgas. La tabla sólo es en las nalgas. Duele más si mojan la tabla”. El muchacho describe el utensilio: un madero de pino con un metro de largo, 20 centímetros de grosor y dos centímetros de espesor. “No te dan con toda la fuerza, pero sí a topar bien”.
–¿Y cómo sabes que son Templarios?
–Te lo dicen. Te explican que son ellos y por qué hacen las cosas. Hay quien les gusta para que se quede con ellos y se avientan más tiempo. Los entrenan y los vuelven sicarios.
–¿De qué otras maneras acceden a la gente?
–Recientemente hubo cambios en la organización de Los Caballeros. Las guardias comunitarias los han llevado a designar como jefes de plaza a antiguos jefes de tenencia en los pueblos purépechas, por ejemplo, para la zona de Cherán y Paracho pusieron a uno que se llama El Puki –felino grande en purépecha–. Están poniendo al frente indígenas que hablan el idioma y están calmando el asunto de las extorsiones. Los sacó mucho de onda lo de las guardias comunitarias. Así entran a los pueblos: saben qué pasa en las asambleas comunitarias y manejan a la gente hacia lo que quieren.
LOS COROS DE SAN NAZARIO
Si el narcocorrido idealiza a los jefes del narco y su estilo de vida en algo que sus críticos consideran de clasificación C, el “movimiento alterado” podría llevar las XXX. Uno de sus rasgos predominantes es la apoteosis de la violencia mediante su descripción explícita y presentada como un ideal de la hombría. Otro es la idolatría de los capos.
Algunas bandas son El Torón de Apatzingán, Los de la A –en referencia a la inicial de Apatzingán, capital de Los Templarios, cuna de Nazario y quizá en oposición de Los Zetas, sus acérrimos enemigos– y Reyes de Alto Mando.
Los grupos musicales que cantan a los Caballeros Templarios integran y amplifican sus otros aspectos propagandísticos: la revaluación del pobre, la perfidia del rico que así nace –la riqueza sólo es válida si se construye “desde abajo” –, la santidad y jefatura sobrenatural de Nazario.
Los autores no dudan en comparar directamente al Más Loco con El Che Guevara. Justifican una y otra vez sus razones para el rencor social y representan al miembro de la organización como un muchacho emergido de la pobreza y la “humillación” –el derecho a la dignificación es un combustible siempre presente– que crece hasta ser, ya sin salvación, un “adicto” a la sangre, un hombre urgido “de arrancar almas”. Otro elemento temático recurrente es el de las armas: nada está completo en la vida si no se habla de los cuernos de chivo, los lanzagranadas y las Barret .50.
Los realizadores de los videos, cada vez más elaborados, cuelgan en YouTube imágenes de los escudos del cártel michoacano: Nazario al lado de Jesús y el mapa del estado junto a una esvástica igual a la utilizada por los nazis.
Los Templarios, además de empresarios, son políticos autoritarios. El culto a la personalidad es constante y en la liturgia criminal no sólo cabe Nazario. La sabiduría e inteligencia de Servando Martínez, La Tuta, o El Profe son proverbiales, la gallardía de Enrique, Quique, Plancarte es inigualable, el valor en combate del Chucky o El Tucán es digno de una gesta.
Reyes de Alto Mando es una de las bandas más explícitas respecto a uno de los primeros capitales de un grupo del crimen organizado: la violencia. Sus letras dicen mucho de lo que hay en el interior de un caballero templario de Michoacán.
Destino reformado
Reyes de Alto Mando
Desde niño fui aceptando
todo lo que iba viviendo,
cuando el hambre está de frente
la vergüenza vas perdiendo.
Humillado y maltratado
la vida me ha desgastado
un buen precio fui pagando
para estar posicionado.
Todo lo que yo deseaba
tan sólo podía mirarlo,
veinticuatro horas al día
las pasaba trabajando.
Me caía me levantaba,
por mí nadie preguntaba
huérfano de nacimiento,
mi sangre está envenenada.
Fui creciendo poco a poco,
empecé por informante
mi trabajo respetaba
pues quería ser importante.
Fui subiendo en el proceso
para salir adelante.
Hoy soy dueño de un buen puesto
que está manchado con sangre.
(Voz producida de fondo: Y comenzando desde abajo, por eso somos lo que somos: Caballeros Templarios).
Antes no traía huaraches,
ahora traigo botas nuevas
y la ropa que vestía
en la basura se encuentra.
Hoy mi cuerpo se ve de lujo
de vestir ropa de marca
una legión en mi muñeca
y una trocona blindada.
Tres cuerpos en mi cajuela
y un cuchillo ensangrentado
al cortarles la cabeza
me siento un poco aliviado.
Cuando les arranco el alma
me miran horrorizados
una mueca terrorosa
y una sonrisa en mis labios.
Todo es malo en esta vida,
se disfruta de lo ajeno.
El rico vive del pobre
y aparenta ser muy bueno.
Si te atacan te defiendes,
hay que luchar con la muerte
y al que un día te dio la espalda
hay que matarlo de frente.
Mi refugio es el infierno,
ahí me fui reformando.
Los caminos fui limpiando.
Todos los que me humillaron,
Ahora me piden favores
Lo malo es que al recordarlos
Los mando muertos a los panteones.
Viviré penando en vida,
porque no tengo futuro.
Tengo mente de suicida
y pienso tragarme al mundo.
Nunca conocí a mis padres,
ni un amigo verdadero;
sólo me queda esperar
un lugar en el infierno.
Los Caballeros Templarios son narcotraficantes hechos a golpe de cuerno de chivo desde el inicio de su existencia como cártel y aún desde antes. Fue uno de los dos grupos de choque del Cártel del Golfo hasta la detención
Hoy guerrean por el monopolio de todo lo legal e ilegal en tres frentes que difícilmente podrían ser más distintos entre sí: contienen el avance del Cártel Jalisco Nueva Generación, se topan por aquí y por allá con el ejército, la marina y la policía federal y combaten el fuego iniciado por la insurrección purépecha.
Se asumen e idealizan como combatientes. En la Tierra Caliente de Michoacán centro del territorio templario, ha surgido una decena de grupos musicales de estilo norteño apologéticos del cártel. Si el narcocorrido es un subgénero, estas bandas serían clasificadas –en las letras de las canciones así se aclara– como del “movimiento alterado”, una exageración más lírica que melódica de aquel.
Caravas sangrientas
Caravanas sangrientas, sujetos armados
y bien preparados pa´despedazar.
Comandos de muerte, yo cargo a mi mando
cuchillo afilado por si hay que cortar.
En cada respiro, he robado almas
los mando directo para el más allá.
Un cuerno de chivo, la cara tapada
la (inaudible) pintada, mirada infernal.
Bañado de sangre, de pronto reacciono
pierdo la conciencia cuando hay que matar.
Yo ya me alimento de vidas que arranco,
pero en su agonía no me puedo saciar.
Yo soy la expresión del hambre y las penas,
de las injusticias que me hicieron pasar.
Comencé por dinero hoy lo hago por gusto
matar me relaja y hace alucinar.
Estilo Templario soy un michoacano
adicción a la sangre es mi enfermedad.
yo no tengo cura, estoy desahuciado
y todo me dice (inaudible) igual.
Mirada endiablada, bazuca en la espalda
y unas granadas para detonar.
El aire se siente con olor a muerte
este es el ambiente, hay que disparar.
Escribo mi vida con balas de un cuerno
es triste la historia, no tiene final.
Danzo con la muerte y en cada batalla
mensajes de muerte les hago llegar.
Yo ya me retiro, es largo el camino
y miles de muertes yo llego a enmiendar.
Y sigo avanzando, voy con pasos firmes
y esta (…) apenas va a empezar
Inframundo de los Caballeros Templarios
Reyes de Alto Mando
Traigo un comando alterado,
cuando voy pasando se siente la muerte
la sangre en mi pene se torna caliente,
escudo templario es el que me protege.
Muchos soldados cayeron,
eran como hermanos, el dolor se siente
por cada uno de ellos tumbamos a veinte,
para el inframundo los lleva La Muerte.
(…)
El aire se siente extraño, la gente nerviosa presiente el peligro
que no se preocupen, pues los inocentes no tienen la culpa que estoy ofendido.
Traigo la espada en mi mano, soy un justiciero que el cielo ha mandado
yo traigo castigo, también traigo muerte, pa’ todos aquellos que fueron marcados.
Siento como las granadas arrancan sus almas, oigo sus quejidos
aroma a carne quemada, los charcos de sangre de muertos y heridos.
La guerra ya comenzó, querían conocernos: pues ya se les hizo.
EL EVANGELIO SEGÚN SAN NARCOS
A fines de los 80 o principios de los 90 Nazario Moreno tuvo residencia en el norte de California. Algunas referencias apuntan a que desarrolló una adicción a las drogas y que en su recuperación tuvo contacto con el ministerio religioso de John Eldredge, un pastor que compara a Cristo con un guerrero medieval y lo opone a las formas misericordiosas de la Madre Teresa de Calcuta.
Eldredge escribió un libro que se volvió de culto en el cártel michoacano llamado “Corazón valiente”. Otro manual obligado entre los narcotraficantes es un código de conducta que imita al elaborado por canon en la alta Edad Media para Los Templarios que pretendieron la recuperación de Jerusalén: se es “guerrero” por la voluntad de Cristo.
En la construcción más o menos intencional o espontánea del mito de Nazario Moreno el “movimiento alterado” también ha hecho aportaciones:
El Fantasma del Templario
Reyes de Alto Mando
(Recuerden que a un hombre de ideales ni la muerte lo detiene, ¡puro Michoacán!)
Con unas granadas pegadas al cuerpo
y un rifle colgado en el lado derecho,
con cuchillo en mano de acero templado
pa’ dejar su firma por donde ha pasado.
La gente asegura que aquel guerrillero
un día de la muerte será regresado
y resurgirá como el ave fénix
el caballero templario.
Se habla de un fantasma que se ha aparecido
de un hombre valiente que un día fue abatido
se ha manifestado de cuerpo presente
lo raro es que a él no le teme la gente.
Dicen que cabalga en su caballo negro
no le han visto el rostro pues se desvanece
un hombre de ideales nada lo detiene,
invencible hasta la muerte.
Cuenta la leyenda, pa’ que estén sabidos
que un día surgirá de entre los caídos
trayendo justicia y también castigo
escóndanse lacras ya están advertidos
la Biblia en la mano pa’ sus caballeros
pa’ sus enemigos las balas de un cuerno
hay un fantasma templario
que aún sigue cuidando a su pueblo.
Los que ya conocen esa profecía
esperan ansiosos que llegue ese día,
cumplen con el código y los mandamientos
que firmaron con sangre en aquel juramento:
proteger con su vida al pobre y al enfermo;
con gusto hacen frente a este falso gobierno
que siempre censura sus atrocidades
y abusos al pueblo.
Por eso el fantasma ya se ha aparecido
cuentan que un día de estos será revivido.
Se escucha el tropel, viene en su caballo
dicen que en su espada va a cobrar pecados
su ejército entero ya está preparado
y porque en sus mentes no existe el pasado.
Son hombres valientes que no tienen miedo
son Caballeros Templarios.
(Y tengan cuidado lacras, que se les viene apareciendo, ¡ánimo templarios!)
En Holanda, municipio de Michoacán, alguien se ocupó de colocar una cruz que dice el nombre de Nazario. La principal agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, y las autoridades mexicanas festejaron, a fines de 2010, la muerte del líder de la entonces Familia Michoacana durante un enfrentamiento en que habrían participado efectivos norteamericanos.
La pifia ocurrió por una filtración hecha por los narcos a través de las bandas de radio de agentes y militares respecto a la muerte de Nazario, momento que inicia la transformación de La Familia Michoacana en Los Caballeros Templarios de Michoacán.
Hoy, Nazario camina y no es que por milagro, sino como dirigente del cártel. Se hace llamar Ernesto Morelos Villa, nombre compuesto del guerrillero Ernesto Che Guevara, el insurgente José María Morelos y Pavón y el revolucionario Francisco Villa. Va y viene por Guanajuatillo, un rancho de Apatzingán cercano a donde se sembró su cruz y donde ahora, según publicitan sus lugartenientes cantores, existe ofrenda y peregrinación.
En meses pasados, los Caballeros Templarios han impulsado marchas y bloqueos de las comunidades a su favor. Las manifestaciones han incluido mujeres y niños que llevan a cuestas la imagen de cerámica típica de un santo, pero ésta representativa de Nazario. “Los sinaloenses tienen a su Jesús Malverde, y mucho respeto, pero nosotros tenemos a San Nazario”, enuncia otro narcocorrido.
San Nazario, el hombre reconocido como tal por la Iglesia Católica, habría sido un mártir durante el cristianismo primitivo, aunque su existencia histórica está en duda por la mera presunción del hallazgo de sus huesos en Roma. De Nazario, el capo, de quien ni restos hay, se tiene por benéfica una oración:
Oh Señor todo poderoso,
Líbrame de todo pecado,
Dame protección bendita
A través de San Nazario.
Protector de los más pobres
Caballero de los pueblos
San Nazario danos vida
Oh bendito santo eterno.
Luz bendita de la noche
Defensor de los enfermos
San Nazario Santo nuestro
Siempre en ti yo me encomiendo.
Gloria a Dios Padre.
Te dedico mi rosario
danos salud y más trabajo
abundancia en nuestras manos
que nuestro pueblo esté bendito
yo te pido San Nazario.
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¿VIVE EL LÍDER DE LA MAFIA MICHOACANA?
MICHOACÁN: DEL APOSTOL JOHN AL APÓSTOL LOCO
EN LA MENTE DE LOS CABALLEROS TEMPLARIOS