El concepto del “punto de no retorno” no es nada nuevo. Fue planteado por científicos hace 20 años y básicamente significa el momento en el que la temperatura promedio del planeta se elevará con consecuencias graves para la vida como la conocemos ahora. El punto de no retorno ya lo pasamos. Es terrible, ¡nos alcanzó el futuro! Tristemente, es fecha que no hemos querido aceptar siquiera que ya es una realidad. Aún con la evidencia del deshielo polar y la degradación de la capa de hielo en Groenlandia, hay personas que afirman que el calentamiento global es una mentira. Mientras tanto, los gobiernos tampoco han hecho nada relevante para detener su contribución al problema.
Los efectos del calentamiento ya están sintiéndose por todo el planeta. Llegamos al punto en el que no podemos disminuir la temperatura. Lo único que nos queda es evitar que se incremente otros grados más.
Podríamos pensar que nosotros, las personas “de a pie” no tenemos ninguna responsabilidad y que los gobiernos son los únicos capaces de activar políticas efectivas para detener el calentamiento de nuestro planeta.
Esto no es así. Ya que tomamos decisiones y elegimos a diario qué vamos a comer. Se estima que la producción de alimentos genera un tercio de los gases de efecto invernadero, y existen alimentos que emiten más huella de carbono que otros. De esto casi nadie habla creando una desinformación que beneficia a quienes están generando sus ingresos a costa de la sostenibilidad del planeta.
Por ejemplo, en general, los productos de origen animal (muy particularmente la carne) tienen una mayor huella de carbono que los productos de origen vegetal. Según estudios realizados, el filete de ternera es el que más gases de efecto invernadero emite en su producción con casi 130 kilogramos de CO2 equivalente por kilogramo. La carne de salmón por su parte genera 10.4 kilogramos de C02 por kilogramo. La leche de vaca, 3.7 kilogramos de C02 por kilogramo. Aquellos alimentos que menos producen huella de carbono son las papas, los plátanos y los tomates. Cada uno produce menos de un kilo de CO2 por kilo.
Conocer la huella de carbono de los productos de origen animal nos da poder a los individuos para hacer elecciones más sostenibles, para empujar a la industria a que haga cambios. Ayuda a que los gobiernos también hagan políticas públicas, promueve las dietas saludables a base de plantas, contribuye al esfuerzo global para detener el cambio climático y ayuda a la protección del medio ambiente.
Es necesario que existan esfuerzos para crear conciencia sobre este tema. Más que necesario, es urgente el involucramiento de empresas y de gobiernos para la creación de políticas que se hagan cumplir para el bienestar de todos. El planeta Tierra, nuestra casa, está en el punto de no retorno de ser preservado, y depende de nosotros qué legado queremos dejar atrás.
Si quieres explorar la alimentación a base de plantas te invito a descargar la guía Come con conciencia, y que la compartas con tu gente cercana. En The Humane League México tenemos además una comunidad de activistas y personas que te pueden apoyar en tu transición, por lo que te invito a que te unas a Creadores de cambio.