Tengo miedo torero es una historia de amor en medio de la dictadura de Augusto Pinochet en los años 80, cuando la homosexualidad era un crimen.
La cinta de Rodrigo Sepúlveda se suma a la lista de los filmes Latinoamericanos que viajan a una de las competencias más importantes del cine en el mundo para su estreno.
Ciudad de México, 10 de septiembre (SinEmbargo).– El cine de América Latina se abre paso por Festival de Internacional de Cine de Venecia. Esta semana fue el turno de la película chilena Tengo miedo torero, del director Rodrigo Sepúlveda y protagonizada por el actor mexicano Leonardo Ortizgris.
El filme que ahora vive su estreno internacional está basado en el libro homónimo de Pedro Lemebel. Una novela que ubicada en Santiago de Chile en la década de los 80, durante el apogeo de la dictadura de Augusto Pinochet, y en una ciudad donde nace el amor entre dos hombres.
El cineasta Rodrigo Sepúlveda cuenta, en entrevista con SinEmbargo, la figura que tomó Lemebel en medio del régimen y cómo sus letras abrieron un camino de libertad en el país sudamericano.
“Él en plena dictadura chilena, cuando en Chile estaba prohibida la homosexualidad salía a la calle con tacones y se pintaba, se pintaba como mujer y era su forma de hacer contra cultura. Escribe esta novela que es básicamente un encuentro entre una mujer travesti, un hombre de sesenta y algo años, que trabaja prostituyéndose en un cine porno en el centro de Santiago y se encuentra con un joven que de una manera que se cree que es casual, se llama Carlos, y lo interpreta Leo Ortizgris”.
Sepúlveda relata que el personaje de Carlos oculta muchos secretos y finge ser alguien más para obtener lo que desea: lograr un atentado contra Pinochet. El encuentro que en un inicio parecía furtivo, ya no lo es.
Tengo miedo torero es una cinta con un fuerte contexto político que tiene la misión de recordar, avivar los años más difíciles de Chile y ahora son maquillados para olvidarlos.
“Hoy en día la gente habla como en los 80 nosotros éramos muy felices y los niños llegaban a sus casas después de salir del colegio y veían El Chavo de 8 mientras probaban la leche, pero también mientras eso estaba sucediendo, en la calle estaban reprimiendo a las personas, estaban torturando, estaban llevando a gente detenida”.
El director está seguro que este es el mejor momento para volver a poner en la mesa episodios de la historia que parecieran ser quemados para olvidarlos lo más rápido posible. La homosexualidad es uno de ellos, que aunque han pasado décadas y ya no es considera un crimen, América latina es una de las regiones más homofóbicas y que perpetua más crímenes de odio en contra de esa comunidad.
“Hoy en día está muy de moda o aparecer como personas muy liberales, pero la homofobia es algo que está muy arraigado en nuestra sociedad de una manera muy potente. Hay estos crímenes de odio no sólo en Chile sino en toda Latinoamérica, y la izquierda chilena y yo creo que toda la izquierda en Latinoamérica en general también fue bastante homofóbica, sobre todo en esa época. Era importante ir dándole contexto histórico a los movimientos libertarios ya sean políticos o sexuales para ir entendiendo lo que está pasando hoy día”.
El actor chileno de cine y teatro Alfredo Castro interpreta a “La Loca del Frente”, –que de acuerdo con las primeras críticas de medios internacionales su actuación es excepcional–. Él, junto al mexicano Leonardo Ortizgris –también con una ya amplia trayectoria en cine como en Güeros (2014) o Amores Modernos (2020), entre otras–, viven una historia de amor, la misma que cautivó a Sepúlveda y lo animó a filmar.
“Uno lee la novela y viaja con ella, y siendo que es una novela que trata temas políticos, trata temas sociales, el gancho es que es una profunda y tierna historia de amor. Al suceder eso, no sólo estamos hablando de temas importantes. Historias de amor hay muchas, pero historias de amor en ese contexto hay pocas. Eso a mí me atrajo mucho, además que es una novela, y que la película también está, hay tristeza y que cierta nostalgia. Es una película de seres humanos que están vivos, que están presentes. Es una cinta optimista, romántica, amorosa y eso creo que hoy en día nos falta también”.
Las interpretaciones de Alfredo Castro y Leonardo Ortizgris eran indispensables para el filme. El cineasta remarca lo elemental que se volvió la dirección a los actores para el no caer en clichés.
“Una película puede no tener una fotografía no tan buena o una dirección de arte no tan buena, pero no puede permitirse tener buenos actores en los roles protagonistas. En esta película la fotografía es extraordinaria, la dirección de arte es extraordinaria, pero sin duda como en todas las películas que yo trato de hacer, la mayor importancia está dada en el trabajo de los actores”.
Tengo miedo torero estrena este jueves en Venecia y compite en la Jornada de los Autores. La cinta se suma a las películas que brillan en La Mostra donde el mexicano Michel Franco es el único latinoamericano en aspirar al León de Oro con su último Nuevo orden.
La mexicana Yulene Olaizola con Selva trágica y la colombiana Mariana Saffon con la cinta Entre tú y Milagros, también lucen en el Festival.
“Yo creo que el cine Latinoamericano ha tenido un avance gigantesco en los últimos años. Los nuevos cineastas que tenemos son brillantes. En general uno mira hacia arriba hacia los mayores, yo en mi caso, miro hacia abajo, hacia los menores, porque han aparecido grandes cineastas”.
“Está creciendo nuestro cine, estamos haciendo cada vez mejor las cosas y que además estamos encontrando nuestra identidad, y nuestra identidad que está tan marcada en lo comercial a través de la películas Marvel o las series de Netflix”, agrega.
Tengo miedo torero tendrá su estreno por streaming en Chile debido a la pandemia. Se espera que arriba a otros países, como en México, a través de otros festivales de cine.