La gente poco a poco ha retomado sus actividades, ha tratado de olvidar y asimilar la tragedia del 19 de septiembre, pero cada vez que caminan por la Iglesia les vienen a la mente los recuerdos.
Puebla, 10 de septiembre (PeriódicoCentral/SinEmbargo).- El terremoto del 19 de septiembre de 2017 dejó una postal desoladora en pleno centro del municipio de Atzala, Puebla. No importa que la gente luche por olvidar el episodio, por retomar su vida habitual, sus actividades cotidianas, pues cada vez que caminan por el corazón de su pueblo regresan los malos recuerdos al ver la iglesia de Santiago Apóstol en ruinas.
La localidad incrustada en la Mixteca poblana y que cuenta con mil 326 habitantes, fue una de las que tuvo de las peores tragedias en la entidad poblana y el país. Aquel martes a las 13:14 horas una familia celebraba el bautizo de sus hijas cuando el movimiento de 7.1 grados ocasionó que se colapsara la cúpula de la Iglesia, dejando sepultadas a 11 personas.
LA ESTAMPA DE LA IGLESIA
El tiempo se detuvo en el pequeño zócalo de Atzala. La gente poco a poco ha retomado sus actividades, ha tratado de olvidar y asimilar la tragedia del 19 de septiembre, pero cada vez que caminan por la Iglesia les vienen a la mente los recuerdos.
Todo ha regresado a la normalidad, menos el templo religioso porque continúa en ruinas, está cercado para que la gente no entre, nunca hubo labores de limpieza, nunca sacaron los escombros, aún se observan las grandes rocas de la cúpula desplomada sobre el piso y es muy contradictorio, pues alrededor de todo el inmueble histórico hay trabajos de reconstrucción.
Justo enfrente de la Iglesia de Santiago Apóstol, la misma gente de Atzala está reconstruyendo unas viviendas; a los lados también hay trabajos de reconstrucción y rehabilitación. Incluso, justo a un costado de las ruinas, la misma gente levantó un templo con una estructura de metal y láminas, mientras el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) decide si reconstruye la iglesia o no.
En entrevista con CENTRAL, el alcalde de Atzala, Alberto Ramos Morán explicó que su municipio está a punto de ser reconstruido a excepción de la Iglesia, pues como es competencia del INAH, ni los gobiernos ni la gente puede meter mano, por lo que las ruinas del templo religioso rompe con la imagen del pueblo en reconstrucción.
El edil priista mencionó que la última vez que habló con las autoridades del instituto —hace ya seis meses, en marzo de 2018— le comentaron que estaban valorando los recursos que podrían obtener por los seguros y revisar si alcanzarían o no, pues fue el inmueble histórico que más daños sufrió por el sismo.
“El tema de la iglesia como corresponde al INAH, no tenemos respuesta todavía, no sabemos realmente qué vaya a pasar, la última vez que yo hablé con el delegado estaban viendo lo de los seguros, para ver hasta dónde alcanzaba el gasto, más que nada, porque como es un inmueble, prácticamente está en daño total; no sé cuál vaya a ser la decisión del instituto si reconstruir o hacer uno nuevo, no tengo conocimiento”, dijo.
Alberto Ramos precisó que toda la gente afectada recibió apoyo por parte de los gobiernos federal y estatal, señaló que la Sedatu fue la instancia encargada de levantar el censo de las viviendas afectadas y actualmente están en la etapa de la reconstrucción con ayuda de los mismos pobladores.
“Sí se apoyó a la gente en su totalidad. La Sedatu fueron los que se dedicaron a vivienda (SIC), se censó lo que se pudo haber censado, se apoyaron a las personas con viviendas. Se está concluyendo con la construcción de las casitas”.
LA VIDA DE ATAZALA
Los rayos del sol caen como fuego sobre Atzala, no sopla el aire por el municipio, el calor invade todos los rincones. Son las 13 horas, los niños salen de las escuelas y buscan desesperadamente atajarse del sol bajo la sombra de los árboles, los mismos árboles que rodean y dan vida al zócalo, mientras que a unos pasos está la estampa de la Iglesia.
“Después de un año la gente ya lo asimila, lo entiende, la gente estaba en estado de shock, sí fue muy grave más por cuestión de la perdida humana; el templo como quiera que sea y lo demás que afectó es material. Poco a poco vamos retomando esto, los inmuebles que se dañaron ya están en reconstrucción gracias al apoyo federal, están en proceso, en 15 días se concluye”, dijo el alcalde.
ISMAEL TORRES, EL ÚNCIO SOBREVIVIENTE DE LA TRAGEIDA YA NO VIVE EN AZTALA
Periódico Central buscó a Ismael Torres Escamilla, el único sobreviviente de aquel bautizo trágico. Sin embargo, los vecinos del señor comentaron que tras un año de recuperación física y emocional, optó por irse a vivir a Cuautla, Morelos, y olvidar la tragedia así como lo ocurrido a su familia.
Ismael llegó en estado crítico al Hospital de Traumatología y Ortopedia General, debido a que ningún hospital de la zona de Izúcar de Matamoros contaba con las especialidades que requería al sufrir múltiples fracturas.
Sobre sus piernas cayeron trozos de la cúpula y presentaba también la fractura de la cadera. Según testigos, su cuerpo soportó el peso de una tonelada de escombros. Hasta el momento se desconoce si podrá caminar nuevamente.