De manera experimental, esta semana se ha extendido la campaña de vacunación a cinco farmacias ubicadas en las regiones donde más circula el virus. En dos semanas se anunciará si más farmacias podrán convertirse en centros de vacunación.
Por Ubaldo Bravo para RFI
Francia, 10 de agosto (RFI).- Durante los próximos días, cinco farmacias de Francia serán la antesala de lo que podría ser el siguiente paso de la campaña de vacunación contra la viruela del mono. Ante las críticas sobre el aumento de personas infectadas y la lentitud con la que se está vacunando, el Ministerio de Salud ha respondido con esta estrategia que pretende facilitar el acceso a la vacuna, siempre y cuando se logre resolver el problema de la logística.
Todo un desafío, pues las vacunas deben mantenerse a una temperatura igual o inferior a los -80°C, y se cuenta únicamente con 15 días para ser aplicadas tras el descongelamiento. De acuerdo con Nicolas Derche, presidente del área de salud del grupo SOS Francia, esa logística es todo un desafío, porque salen del “almacén del Gobierno donde se resguardan las vacunas a la temperatura indicada, después llegan a los locales, se descongelan y entonces se tienen 15 días para administrar esas dosis, es decir que hay que aplicarlas lo más rápido posible para evitar que sean desechadas. Para lograr lo anterior es necesario contar con el suficiente personal médico”.
Es por esta razón que el Gobierno observará durante las próximas dos semanas el funcionamiento de esta estrategia. Dos de las farmacias que actualmente aplican la vacuna se encuentran en la zona metropolitana de la capital francesa; otras dos en la región Provence-Alpes-Côte-d’Azur (sureste), y la última se ubica en la ciudad de Lille, al norte de Francia. Dada su proximidad con Bélgica, en esta farmacia se ha observado la asistencia de numerosos residentes de aquel país vecino. Es el caso de un francés que ha tenido que desplazarse hasta esta ciudad pues “las condiciones de vacunación son mucho más restrictivas [en Bélgica]”, de acuerdo con una entrevista realizada por la agencia de noticias AFP.
UNA CAMPAÑA CARENTE DE PERSONAL
Una de las críticas que se le ha hecho a esta campaña ha sido la falta de medios para responder al número de pacientes que solicitan la vacuna. La principal prueba es la falta de disposición de citas en Doctolib, el sitio para agendar una hora de vacunación, el cual se encuentran constantemente saturado. Ante esta carencia de disponibilidades, muchos pacientes hacen fila desde muy temprano a las afueras de los centros de vacunación esperando obtener al menos una cita para más tarde o en los siguientes días.
Numerosas asociaciones, ciudadanos y políticos han alertado la falta de medios para responder a esta urgencia de salud púbica, e incluso han mostrado su indignación ante la lentitud de la respuesta gubernamental, juzgando inadmisible que Francia, tras la experiencia del coronavirus, reaccione de una manera tan lenta.
PRIORIZAR A LA COMUNIDAD LGBTQ+
Aunque actualmente la vacunación está abierta a todo el público, las asociaciones y el Gobierno priorizan la población más vulnerable integrado por homosexuales, transexuales, trabajadores y trabajadoras sexuales, y todo profesional que trabaje en ese ámbito.
En la capital francesa, por ejemplo, “la Agencia regional de salud (ARS) de la zona metropolitana de París seleccionó dos farmacias cuyo público mayoritariamente pertenece a la comunidad LGBTQ+. Son locales que ya proporcionaban antirretrovirales o la profilaxis preexposición para el VIH (PrEP)”, explica Nicolas Derche. “No obstante, se les está cargando de muchas más tareas a estos establecimientos”.
“Actualmente ya no hay más centros de vacunación COVID, quienes ahora están aplicando esa vacuna son las farmacias y los médicos generalistas, pero sobre todo las farmacias son las que más vacunan”, resaltó Victor de Ponsay, médico del centro de salud comunitario Checkpoint. “Además, estos establecimientos hacen las pruebas antigénicas de COVID, y ahora se les quiere agregar la tarea de aplicar la vacuna contra la viruela del mono, personalmente me parece que es demasiado”,
“Quizá sería más prudente que las enfermeras y los enfermeros liberales pudiesen recoger un número determinado de vacunas según el número de pacientes que lo soliciten. ¡Qué bueno que haya farmacias que vacunen!, pero que se especifiquen las condiciones que tendrán el personal médico que las aplicará”.
Actualmente, el territorio francés cuenta con 153 centros de vacunación y 20 mil 322 personas han obtenido al menos una de las dos dosis contra la viruela del mono.