El oído interno, donde se originan la mayoría de los tipos de discapacidad auditiva, no puede biopsiarse, y sus delicadas estructuras solo pueden resolverse en muestras extraídas en la autopsia.
MADRID, 10 de agosto (EuropaPress).- Científicos auditivos han demostrado, en un nuevo estudio de los tejidos del oído humano, que la pérdida auditiva relacionada con la edad, también llamada presbiacusia, se debe principalmente a los daños en las células ciliadas, las células sensoriales del oído interno que transforman las vibraciones inducidas por el sonido en señales eléctricas que son transmitidas al cerebro por el nervio auditivo.
Sus investigaciones, publicadas en el Journal of Neuroscience (JNeurosci), cuestionan la opinión predominante en los últimos 60 años de que la pérdida de audición relacionada con la edad se debe principalmente a los daños en la estría vascularis, la “pila” celular que alimenta la conversión de señales mecánicas a eléctricas de las células ciliadas.
El oído interno, donde se originan la mayoría de los tipos de discapacidad auditiva, no puede biopsiarse, y sus delicadas estructuras solo pueden resolverse en muestras extraídas en la autopsia.
La comprensión de las verdaderas causas celulares de la pérdida auditiva relacionada con la edad afecta la forma en que se desarrollan los tratamientos futuros y cómo se identificarán los candidatos apropiados, y también puede sugerir cómo prevenir o minimizar este tipo más común de daño auditivo, según los autores del estudio, dirigido por Pei-zhe Wu, investigador postdoctoral en Cirugía de Otorrinolaringología de Cabeza y Cuello en los Laboratorios Eaton-Peabody, en Massachusetts Eye and Ear.
“Nuestro estudio anula el dogma sobre la causa principal de la pérdida auditiva relacionada con la edad –explic el doctor Wu–. Documentar el papel dominante de la pérdida progresiva de células ciliadas en el deterioro auditivo del envejecimiento normal significa que los millones que sufren esta afección podrían beneficiarse de las terapias regenerativas de células ciliadas que son el foco de la investigación en curso en todo el mundo. Nadie se está centrando en enfoques para regenerar la estría”.
Los investigadores examinaron 120 oídos internos de autopsias. Utilizaron la regresión estadística multivariable para comparar datos sobre la supervivencia de las células ciliadas, las fibras nerviosas y la estría vascular con los audiogramas de los pacientes para descubrir el principal predictor de la pérdida auditiva en esta población que envejece.
Descubrieron que el grado y la ubicación de la muerte de las células ciliadas predijeron la gravedad y el patrón de la pérdida auditiva, mientras que el daño de la estría vascular no.
Estudios previos examinaron menos oídos, rara vez intentaron combinar datos entre casos y generalmente aplicaron enfoques menos cuantitativos y, además, subestimaron en gran medida la pérdida de células ciliadas, ya que no utilizaron las técnicas de microscopía de última generación que permitieron a Wu y sus colegas ver los pequeños paquetes de pelos sensoriales ( 200 veces más delgados que un cabello humano), que les ayudó a identificar y contar el pequeño número de células ciliadas sobrevivientes. Estudios anteriores solo calificaban las células ciliadas como “presentes”, incluso si solo quedaban una o dos.
La pérdida auditiva relacionada con la edad es una de las afecciones más comunes que afectan a los adultos mayores y no se puede revertir por lo que a menudo requiere audífonos u otros dispositivos de amplificación de sonido.
Estudios previos en animales sugirieron que la presbiacusia es causada por la atrofia de la estría vascular, un grupo altamente vascularizado de células de bombeo de iones, ubicado en el oído interno adyacente a las células ciliadas.
La estría sirve como una “batería” que alimenta las células ciliadas a medida que transforman los movimientos mecánicos evocados en señales eléctricas. En animales de laboratorio que envejecen, como el jerbo, hay muy poca pérdida de células ciliadas, en comparación con los humanos, incluso al final de la vida.
Sin embargo, existe un daño importante en la estría vascular y, de hecho, el daño a la estría causará pérdida de audición. Antes de este nuevo estudio, la mayoría de los científicos suponía que los datos sobre el envejecimiento del jerbo también se aplican a la presbiacusia humana.
Los investigadores dicen que los nuevos hallazgos son buenas noticias dado el progreso reciente en el desarrollo de terapias para regenerar las células ciliadas faltantes. Si la presbiacusia se debiera principalmente al daño estrial, la terapia de regeneración de las células ciliadas no sería efectiva.
Este nuevo estudio cambia las tornas, lo que sugiere que un gran número de pacientes de edad avanzada con discapacidad auditiva probablemente podrían beneficiarse de estas nuevas terapias cuando lleguen a la clínica, con suerte en la próxima década.
Los datos también mostraron que la degeneración de las células ciliadas en humanos de edad avanzada es dramáticamente peor que en modelos animales de presbiacusia.
Los animales de laboratorio envejecen en recintos controlados por el sonido, donde no están expuestos al aluvión constante de ruidos moderados y de alta intensidad que nos rodean: los que elegimos escuchar y los que no podemos evitar.
“La mayor muerte de las células ciliadas en los oídos humanos sugiere que las pérdidas auditivas de alta frecuencia que definen la presbiacusia pueden ser evitables, reflejando principalmente el daño acumulado por la exposición al ruido ambiental”, señala M. Charles Liberman, director de los Laboratorios Eaton-Peabody en Mass Eye and Ear y coautor del estudio.
“Es probable que si tuviéramos más cuidado al proteger nuestros oídos durante actividades ruidosas prolongadas, o al evitarlos por completo, todos pudiéramos oir mejor en la vejez”, añade el doctor Liberman, profesor de otorrinolaringología y director Cirugía de cuello en Harvard Medical School.