El gobierno de Ecatepec, Edomex, abandona el caso de joven asesinado en la UAEM, dicen familiares

10/08/2014 - 12:04 am

Alejandro Melgoza Rocha, de la Revista Hashtag, especial para SinEmbargo

Foto: Alejandro Melgoza Rocha
Foto: Alejandro Melgoza Rocha

Ecatepec, Edomex, 10 de agosto (SinEmbargo).– Una mujer con el cabello avellanado y gafas oscuras está parada en la entrada de una vecindad cuya pared turquesa se encuentra deslavada y agrietada.

El rictus árido de la señora resalta entre el silencio que caracteriza a los pueblos del municipio de Ecatepec que están asolados por la violencia, la pobreza y la delincuencia organizada.

Ella suspira mientras una corriente de aire mueve un moño color negro que cuelga de la parte superior de la puerta.

Se trata de Doña Bertha, madre de Gabriel Gabino Álvarez Pliego, joven de 22 años de edad que fue asesinado a balazos en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) el pasado 19 de febrero.

Su hijo estudiaba el 8º semestre de Derecho y era policía vial. Cada amanecer lo tiene presente y no para de recordar el último día cuando, por una casualidad, no se despidió de él con un abrazo como solían hacerlo.

“Me quedé con ese remordimiento de no dejar que me tapara, me acariciara, me duele mucho porque fue la última vez que lo escuché bajar de su cama, su voz diciéndome: ‘Mamá estoy cansado, quiero dormir’”, sentencia.

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Foto: Alejandro Melgoza Rocha
Foto: Alejandro Melgoza Rocha

Gabriel acudió aquel 19 de febrero al Banco Banorte después de haber retirado supuestamente 80 mil pesos.

La cantidad se debió a un préstamo que había solicitado a la sucursal, según conoció la Revista Hashtag por una fuente extraoficial que por motivos de seguridad no revelará.

Cuando salió del banco se dirigió a su escuela. Ese día iba “franco” sin arma alguna, estaba en su descanso.

De acuerdo con el video de las cámaras municipales, fue seguido por una camioneta y una motocicleta, al estilo del sicariato colombiano. Él se percató. Aceleró.

Una vez en el campus, descendió del automóvil y corrió para refugiarse en un salón, donde finalmente fue ejecutado con tres tiros al resistirse a entregar la suma de dinero.

Nadie hizo nada. Ningún maestro. Ninguna autoridad. Los hampones salieron tranquilamente con el botín.

Estos minutos han sido los más confusos para las versiones existentes, ya que mientras hay estudiantes que señalan que fue el dinero la razón, otros alumnos dicen que en realidad iban por él.

Este reportero consultó a estudiantes que apuntan un “ajuste de cuentas”, empero, sólo abundaron con una versión de la nota roja. En contraste, allegados de Gabriel, desmintieron esa versión, ya que era un “policía de a pie incorruptible”.

Lo cierto es que, como otras víctimas en territorio mexiquense, Gabriel pertenece a las estadísticas por homicidios dolosos, donde las autoridades optan por los “carpetazos”.

Tan sólo del periodo enero-junio 2014, se registraron mil 131 homicidios dolosos en la entidad gobernada por Eruviel Ávila Villegas, conforme a los datos recabados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).

Más: Durante 2007-2013 se contabilizaron 15 mil 598 asesinatos en el Estado de México, de acuerdo con el reciente informe emitido por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

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Foto: Alejandro Melgoza Rocha
Foto: Alejandro Melgoza Rocha

El pasado 5 de marzo se llevó a cabo una marcha que partió de la UAEM-E hacia el Palacio Municipal de Ecatepec. El objetivo era exigir justicia en el caso.

La caravana que permanecía por momentos silenciosa lanzaba consignas exigiendo “solución” o “¡Destitución de autoridades incompetentes de la UAEM!”. Había mantas que rezaban: “Seguimiento a el asesinato de Gabriel Gabino Álvarez, Servidor público, policía y estudiante”, mientras que familiares, estudiantes y cercanos protestaban por el “crimen artero”.

Cristian Álvarez Pliego, hermano del fallecido, reclamó frente a la administración del Alcalde Pablo Bedolla: “Necesitamos justicia, no necesito que sea un carpetazo más ante las autoridades cruzadas de brazos. Me han dicho que me van a llamar, que me van dar fundamentos, que me van a tener al tanto. No lo he visto por ningún lado. Por parte de las autoridades, necesito escucharlos, que se hagan de presencia física, tanto para mi persona como para mi familia”.

En esa ocasión, Cristian iba vestido de color blanco y denunciaba mediante un micrófono la “ineptitud” de las autoridades que hasta el momento no habían conseguido resolver nada en el caso.

“Yo sé que 40 mil pesos que pretenden dar por la muerte de mi hermano no lo valen, yo quisiera dárselos, les duplico la cantidad, les triplico la cantidad, pero regrésenme a mi hermano con vida, eso es lo que pido, justicia”, dijo.

Por su parte, Pedro Álvarez Corona, tío de la víctima, exigió durante la manifestación que no quedara “en el carpetazo nada más”.

Además pidió la destitución del rector de la UAEM, Jorge Olvera, y del director general de Centros Universitarios, Pablo Emilio Pérez, quien a un día del hecho declaró a Televisa: “dejemos que corran las investigaciones, que lleguemos a esclarecerlo. Fue una situación circunstancial, no fue académica, esto viene de afuera, se vulneró poquitito la seguridad”.

“El disgusto que tenemos los familiares es la declaración que hizo ante los medios donde dijo que ‘por poquitito que se burló la seguridad, hubo un muerto’, ¿que esperaba?, ¿una masacre para que se pudiera dar otro poquitito más? (…) No puede ser que escuchen una detonación y corran y se escondan”, dijo Álvarez Corona al respecto.

El día del homicidio, el rector Jorge Olvera, estuvo presente en el evento organizado en Toluca donde el Presidente Enrique Peña Nieto, recibió a sus homólogos de Estados Unidos y Canadá, Barack Obama y Stephen Harper.

“Todo el caso fue manejado en silencio”, reconocen estudiantes, cuya identidad no se dará a conocer, pues precisan, “dieron la orden de que nadie hablara si no habrían consecuencias”.

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Foto: Alejandro Melgoza Rocha
Foto: Alejandro Melgoza Rocha

“Venga a ver la cama de Gabriel, aquí dormía él”, dice Doña Bertha mientras desliza sus manos por las cobijas como si tratara de sentir de algún modo la esencia de su hijo.

Debajo de sus lentes oscuros -que usa por una reciente intervención médica en sus ojos- se ve cómo escurren lágrimas por las mejillas. Hay silencio. El cuarto es muy pequeño. Allí está una cama personal y una litera, así como una mesa y una cocineta.

“Me arrebataron a mi tesoro”, lamenta con aquel tono de una madre herida. Y revira: “¡Vea nuestro techo! ¡¿Usted cree que ésta es la casa de alguien que gana mucho dinero?!”.

La madre de Gabriel muestra repentinamente su enojo contra los periodistas: “¿¡Por qué andan diciendo que mi hijo andaba en malos pasos, que fue un ajuste de cuentas si ni siquiera habían investigado?!, él no tenía tiempo nunca, siempre estaba estudiando o trabajando”.

Su familia se refiere específicamente a la publicación del diario La Prensa, la cual enfatizó que son “varias las líneas de investigación” en las que “trabaja la PGJEM”, donde resaltaba una “por el perfil profesional y laboral del alumno”.

Continuó: “(…) según versiones de algunos estudiantes del plantel, todo apunta a que el dinero podría no ser el móvil de su asesinato, al haber  escuchado en la escena del crimen de parte de los homicidas el comentario: `nos mandaron a matarte´; lo anterior, luego que el propio Álvarez Pliego, momentos antes que le quitaran la vida les ofrecía el dinero a cambio de perdonársela”.

–De acuerdo con los fiscales, ¿En qué se basaron las autoridades para determinar un presunto ajuste de cuentas o eso lo determinaron los medios? –se le pregunta a Christian.

–Eso es lo peor de todo, que apenas los policías habían llegado a la escena, y eso concluyeron sin que llegaran aún los peritos, les dijeron esa versión (del ajuste de cuentas) a los reporteros que ni siquiera comprobaron que fuera verdad… le han venido a calentar la cabeza a mi mamá con estupideces.

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Foto: Alejandro Melgoza Rocha
Foto: Alejandro Melgoza Rocha

A pesar de que el pasado 5 de marzo, el Alcalde de Ecatepec, Pablo Bedolla, señaló que “se le indemnizará con unos 200 mil pesos, cantidad que sería doble si hubiera estado en activo, pero el día de los hechos se encontraba franco”, según una nota publicada por la Agencia Quadratín. La familia Pliego Álvarez sentencia: “Eso es falso”.

–¿Recibieron alguna indemnización del gobierno de Bedolla?

–No, sólo una ayuda para los gastos funerarios, y además incompleta.

–¿De esos 200 mil que dijo que les daría, ustedes sabían?

–No, hasta ahora que nos lo dices.

–¿Actualmente tienen comunicación con algún funcionario del ayuntamiento de Ecatepec?

–No, te dan largas nada más.

 

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Gabriel Gabino Álvarez Pliego estaba por concluir la carrera. A finales de este año cumpliría un “anhelo” que combinó con horas de desvelo por los horarios sofocantes de la municipal: Ser un licenciado. Ocho días después de su homicidio cumpliría 23 años de edad.

Sus fotos con toga y birrete permanecen estáticas junto a tres veladoras y flores. Un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús se encuentra arriba con las palabras del “Padre Nuestro”. La familia Álvarez Pliego es creyente, Gabriel lo era.

En el librero se alcanzan a ver los códigos coloridos ya opacos por el polvo que se ha juntado.

“A Gabis le gustaba defender a la gente, por eso escogió Derecho”, explica Doña Bertha al tiempo que abraza sus fotografías. Quiere sentir a “Gabis”, llamado así de cariño por todos sus familiares.

Después su hermano trae una placa que dice “Gabriel Gabino Álvarez Pliego – Licenciado en Derecho”. Y explica que la encontraron entre sus cosas días después de que murió.

Posteriormente, Doña Bertha se aferra al marco, sus manos se tensan y comienza a sollozar. Sus dos hijos la abrazan. Ella sostiene más fuerte el cuadro, pues sus venas de las manos se saltan, y con sus yemas acaricia el rostro de Gabriel.

Un día antes de su muerte –narra Doña Bertha– habíamos quedado en ir a comprar las cosas al mercado para cocinar en su cumpleaños, pero me lo arrebataron…

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Foto: Alejandro Melgoza Rocha
Foto: Alejandro Melgoza Rocha

Tras el asesinato cometido en febrero pasado, el entonces vocero de seguridad estatal, Indalecio Ríos Velázquez, quien actualmente forma parte del gabinete del Gobernador Eruviel Ávila Villegas como secretario técnico, declaró: “Se han establecido la cooperación por parte de la institución bancaria para poder allegar  los elementos que pudieran llevarnos eventualmente a la detención de él o los responsables, las investigaciones siguen en su curso”.

Y añadió: “La línea de investigación que se tiene hasta este instante respecto de este hecho es el robo. Seguimos trabajando bajo esa línea y tan pronto nosotros tengamos más resultados por supuesto que los daremos”.

Sin embargo, hasta el momento, el Estado de México ha dado muestra de poca transparencia en el caso de Gabriel. A más de cinco meses, al menos en tres ocasiones, se ha cambiado al fiscal encargado de la investigación. No hay avances. No hay responsables. Nada.

A pesar de ser familiares y tener derecho de conocer los avances de la carpeta de investigación, no les han permitido tener acceso “porque dicen que es delicado”, confiesa Christian en entrevista con Hashtag.

Y no sólo los cercanos del fallecido, sino también con los medios de comunicación.

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