La familia de Jael Martínez Prend, una joven madre de 26 años con dos hijos, busca justicia tras ser asesinada a manos de su expareja, David, en 2022. El juicio oral contra uno de los responsables de este crimen está por iniciar, lo cual ha renovado la esperanza de la familia de obtener justicia, pues esperan que el culpable sea condenado a la pena máxima de 70 años de prisión.
Ciudad de México, 11 de julio (SinEmbargo).— La lucha por justicia en el caso del feminicidio de Jael Martínez Prend, una joven de 26 años y madre de dos hijos, asesinada por su expareja David en 2022, ha visto un rayo de esperanza:eEl juicio oral contra uno de los responsables de su crimen está programado para comenzar el próximo 12 de julio. Los padres de la joven claman y piden que el culpable reciba la pena máxima de 70 años de prisión.
El 14 de diciembre de 2022, encontraron a Jael sin vida y con señales de violencia extrema en un predio del municipio de Tecámac, en el Estado de México, después de dos días de haber sido reportada como desaparecida.
Desde el principio, la familia señaló a su expareja, David “N”, como el principal sospechoso. Jael había terminado la relación por antecedentes de violencia, y él fue la última persona conocida que estuvo con ella.
El 25 de septiembre, nueve meses después del feminicidio, las autoridades detuvieron a David “N”, y dos días después fue vinculado a proceso. En junio de 2024, una Jueza penal del Estado de México dictó el auto de apertura a juicio oral por el feminicidio de Jael contra David “N”.
“En el corto y mediano plazo, se espera que a partir de la apertura del juicio oral el 12 de julio, se desahoguen las pruebas y se presenten los alegatos de apertura y clausura. Después de este proceso, el jJez dictará una sentencia”, indicó Isabel Suárez, abogada experta en género e integrante de la organización IDHEAS, en entrevista con SinEmbargo.
Durante la audiencia intermedia, la Fiscalía Especializada en Feminicidio del Estado de México presentó pruebas para acreditar la responsabilidad del acusado y solicitó una pena de 70 años por feminicidio, establecido en el artículo 281 del Código Penal de la entidad.
“En la etapa intermedia, la Fiscalía especializada en feminicidios solicitó la pena máxima vigente en el Código Penal del Estado de México, que es de 70 años. El juez determinará la sentencia final”, explicó Suárez.
Jael desapareció el 12 de diciembre de 2022 cuando salió de su hogar con destino a la residencia de su expareja. El propósito de la visita era sencillo: recoger algunas de sus pertenencias. Sin embargo, lo que debió ser una tarea rutinaria se convirtió en una pesadilla para su familia.
Hugo Martínez, su padre, relató que ella había terminado su relación debido a antecedentes de violencia. Durante el día de su desaparición, Hugo intentó en vano comunicarse con su hija, cuyo teléfono había sido arrebatado por David, quien no respondía a las llamadas ni mensajes.
Con los antedecientes de violencia , la angustia por no tener respuesta de ella se acrecentaba, por lo que Hugo pidió ayuda a su otra hija, la hermana de Jael para visitar el domicilio del sospechoso. La visita de la hermana a la casa de David resultó infructuosa; él negó haber visto a Jael. Al día siguiente, Hugo regresó solo para descubrir que su hija ya no estaba ahí.
El 13 de diciembre de 2022, Hugo volvió a la casa de David, encontrándola esta vez vacía. Ante la gravedad de la situación, decidió acudir al Ministerio Público para reportar la desaparición de su hija. La respuesta inicial de las autoridades fue desalentadora; se les sugirió que regresaran más tarde, incluso en horas de la madrugada. Sin embargo, la familia de Jael permaneció en el lugar, determinada a no ceder ante la burocracia.
Después de horas de espera e insistencia, Hugo logró presentar la denuncia y regresó a casa con la esperanza de que Jael regresara sana y salva.
“Como vieron que estuvimos ahí, las autoridades, el MP lo que hizo de primera instancia fue mandarme con agentes a reconocer el domicilio del citado para saber si ahí aún se encontraba mi hija, pero lógicamente esto sucedió como a las 2 de la mañana, fuimos y lógicamente no estaba, no obtuvimos respuesta, nos regresamos otra vez al MP y de ahí nos atendieron hasta las 6 de la mañana para levantar la denuncia”, narró Hugo Martínez.
Mientras las horas transcurrían, la familia realizó sus propias búsquedas hasta que la esperanza de encontrarla con vida se desvaneció el 14 de diciembre de 2022, cuando el cuerpo de Jael fue hallado en Tecámac.
Cuando la familia acudió a las autoridades para reconocerla no lograron hacerlo; las condiciones del cuerpo no lo permitían. En cambio, se les solicitó reconocer sus tatuajes, confirmando así sus peores temores: el cuerpo pertenecía a Jael Martínez.
Desde entonces, la familia ha luchado incansablemente por justicia.
Las pruebas contra David eran principalmente circunstanciales en ese momento. La exigencia de justicia por parte de la familia se intensificó, temiendo que el caso de su hija quedara impune. A pesar de contar con numerosos elementos de sospecha desde el inicio, las autoridades no emitieron una orden de aprehensión hasta dos meses después, lo cual incrementó aún más la frustración y el dolor para la familia Martínez.
Tras nueve meses de investigaciones, el 25 de septiembre de 2023, las autoridades detuvieron a David “N” y dos días después fue vinculado a proceso. En junio de 2024, se dictó auto de apertura a juicio oral por feminicidio contra el acusado, marcando un paso crucial en la búsqueda de justicia para Jael.
Isabel Suárez, abogada experta en género de la organización IDHEAS, ha acompañado a la familia durante este arduo proceso legal, enfatizó la importancia de que se aplique la máxima pena contra David “N”, conforme al Código Penal del Estado de México.
Por su parte, Juan Carlos Gutiérrez también señaló que este caso, que inicialmente causó desesperación en la familia de la víctima, ha avanzado hasta el punto de que se ha emitido una orden de aprehensión y se están formalizando los elementos probatorios necesarios para el juicio.
Sin embargo, para la familia ha sido un proceso largo, arduo y emocionalmente agotador, destacó el activista. Carmen y Hugo, padres de Jael, esperan que la sentencia sea favorable y que el juzgador proceda conforme al debido proceso, utilizando todos los argumentos presentes en la carpeta de forma diligente.
La familia de Jael, aún en duelo, espera que el sistema de justicia cumpla con su deber y que se haga justicia por Jael Martínez, cuyo futuro fue truncado por la violencia de género:
“Este proceso ha sido emocionalmente difícil; la lucha por la justicia implica revivir los hechos durante el juicio. Es complicado y doloroso estar presentes en las audiencias”, indicaron los padres, subrayando la importancia del apoyo de la organización en la búsqueda de justicia y la exigencia de una condena ejemplar.
Con respecto al proceso penal, luego de que David N, fue vinculado a proceso, Gutiérrez consideró que la colaboración entre la Fiscalía y la justicia ha sido crucial para llegar a este punto. Destacó la coordinación y el cumplimiento de los plazos establecidos, sin ningún retraso imputable a la jueza encargada de la carpeta de investigación.
“El proceso de impulso en la carpeta de investigación ha cumplido con los tiempos. Ha habido una coordinación efectiva con la Fiscalía del Estado de México, y no se ha reportado ningún retraso judicial. Se ha mantenido una actitud respetuosa hacia los plazos establecidos en el procedimiento penal […] Es comprensible que, dado la complejidad del caso y la cantidad de pruebas y elementos procesales, el procedimiento haya sido prolongado, inicialmente causando cierta desesperación en la familia. Sin embargo, posteriormente comenzó una fase de coordinación con la Fiscalía especializada en feminicidios, logrando así que una persona fuera detenida y enfrentara un juicio conforme al procedimiento penal establecido”, explicó.
No obstante, enfatizó que ahora, en la etapa del juicio oral, es crucial que los jueces analicen el caso desde una perspectiva de género. Por esta razón, agregó, las víctimas aportaron como prueba un peritaje sobre el contexto social de Jael con perspectiva de género, demostrando que su feminicidio se inscribe en un contexto de violencia de género que afecta al país y, específicamente, al estado de México.
“Es fundamental destacar el contexto social y geográfico en el que ocurrieron los hechos, en un estado que actualmente tiene dos alertas de género por feminicidio y desaparición de niñas, adolescentes y mujeres. Ambos delitos constituyen una violencia extrema contra la mujer, por lo que deben ser juzgados con perspectiva de género y con estricta diligencia de conformidad con los estándares internacionales y el Protocolo para Juzgar con Perspectiva de Género emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación”, señaló Juan Carlos Gutiérrez.