ENTREVISTA | "Siempre quise ser un autor de ciencia ficción", dice Joselo Rangel al presentar "Crocknicas Marcianas”

10/07/2014 - 12:00 am
Joselo Rangel, el escritor. Foto: Especial
Joselo Rangel, el escritor. Foto: Especial

Ciudad de México, 10 de julio (SinEmbargo).– Los relojes en México son blandos. Como si los hubiera pintado Salvador Dalí. Las horas se estiran y la puntualidad resulta una quimera.

De eso sabe mucho Joselo Rangel, nacido hace 45 años en Minatitlán, Veracruz, famoso por su trabajo en la banda de rock Café Tacvba, que fundó en 1989 junto a su hermano Quique y sus compañeros de universidad, Meme del Real y Rubén Albarrán.

Toca la guitarra, compone canciones, es esposo de la actriz Lumi Cavazos y escribe cuentos, crónicas, una columna semanal en el periódico Excelsior al que tituló “Crocknicas  Marcianas” y que juntó en un libro homónimo en 2011.

Se agotó la edición y ahora ha hecho una nueva tirada con Rhtyhm & Books, la empresa mexicana que convierte en escritores a los músicos pero nunca viceversa.

Cuenta, por ejemplo, cómo cuando se sube a un escenario a tocar el tiempo se estira, los relojes se ablandan, pero siempre aquí. Nunca allá. Nunca fuera de México, esos escenarios en los festivales internacionales donde un cancerbero controla el tiempo con un rigor escalofriante.

“En México, donde el tiempo es una de las cosas más maleables, los relojes son adornos y no definen lo que debe durar un concierto”, escribe Joselo.

Músico y ahora escritor a tiempo completo. Foto: Cuartoscuro
Músico y ahora escritor a tiempo completo. Foto: Cuartoscuro

También cuenta en otra de sus crónicas la vez que fue a una tienda de discos y pasaban la canción “Te lo agradezco pero no”, del español Alejandro Sanz.

Se le pegó como mosca a su garganta y cuando los vendedores lo vieron tararear el tema (muy a su disgusto, aunque ellos no lo sabían), quisieron complacerlo ¡volviéndolo a poner!

Como escritor, Joselo se desdobla y abandona su estatus de rockstar vernáculo. “No todo el mundo tiene la obligación de conocerme”, explica, tras contar que a menudo cuando firma un autógrafo en la calle no falta el individuo que pasa y le pregunta por qué, tú quién eres y esas cosas.

“Odio y respeto las canciones que se me pegan. Tienen su mérito. No es fácil hacerlas y lo digo yo, que escribe canciones”, explica a propósito de “Te lo agradezco pero no”, el tema de Sanz que volvió a escuchar hace poco y ¡otra vez se puso a tararear!

El mayor de los Rangel escribe durante el tiempo que le queda libre entre hoteles y aviones, entre salas de espera y sobre la pantalla del iPad, “resignado porque tarde o temprano van a desaparecer los teclados, así que me tuve que acostumbrar”, dice en entrevista con SinEmbargo.

“También se me ha dado por escribir ficción, relatos, así que la columna en el periódico me ha dado el oficio”, dice el músico, un lector voraz desde que tenía 10 años y cuyo primer amor fue la ciencia ficción.

– ¿Escribir es una capacidad que tenías o que fuiste descubriendo poco a poco?

– Tenía la ilusión, el anhelo de escribir. La ciencia ficción fue mi primer amor en la literatura y fui un lector voraz desde pequeño. Siempre tuve el sueño de convertirme en un autor de ciencia ficción, de escribir guiones para película…Aprendí a tocar la guitarra porque quería escribir canciones. Lo que me interesa de la música son las canciones. La hermandad que existe entre letra y música y que tan buenos resultados ha dado tanto en el rock como en otros géneros. En el periódico, sabedores de esta afición mía me propusieron hacer una columna que ya lleva siete años.

Nueva portada de su libro. Foto: Especial
Nueva portada de su libro. Foto: Especial

– Estas columnas te acercan mucho a los fans, teniendo en cuenta de que Café Tacvba es una banda que se fue alejando de los fans en los últimos tiempos…

–Sí, es cierto. Antes éramos más cercanos al fan. Creo que es algo que le sucede a todas las bandas que van creciendo. Llega un momento en que ya es imposible tener esta cercanía porque tus fans también van creciendo en cantidad. De repente te abruma y muchas bandas prefieren encerrarse en sí mismas, sin querer que nadie esté cerca. Porque la gente cerca no son unos cuantos sino unos cuantos miles, ¿no? Efectivamente, las columnas son un poco abrir mi vida personal, mostrar mis gustos…y el grupo en general también lo ha hecho con los documentales (Seguir siendo, de Ernesto Contreras y El objeto antes llamado disco, de Gregory W. Allen). Antes no dejábamos que entrara una cámara a ningún lado donde estábamos, pero de repente sentimos esta necesidad, probablemente por el alejamiento que mencionas.

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– ¿Entras en el debate acerca del rock mexicano? ¿Ha muerto el rock?

– Bueno, entro en el debate porque la columna a veces así lo pide. En ese sentido, ¿qué es el rock? Alguien podría decir que un grupo como Calle 13 no es rock porque viene del reggaeton, pero también resulta ser rock por la actitud que tienen. A lo mejor si quisiera ahondar más sobre el tema, tendría que escribir un libro de ensayos sobre el rock mexicano. Y la verdad es algo que se me antoja hacer.

Presenta su libro Crocknicas Marcianas. Foto: Cuartoscuro
Presenta su libro Crocknicas Marcianas. Foto: Cuartoscuro

– Ustedes empezaron con eso de unir folclore y rock, pero esa unión forma parte hoy de un discurso adocenado…

–Lo que pasa es cómo pedirle a las nuevas generaciones que hagan tal o cual cosa. Estaríamos siendo como no queremos ser. Por qué los grupos no tienen necesidad de hacer una música nueva que revolucione es a lo mejor porque lo tienen todo resuelto. Basta con solo mirar el cartel del próximo Corona Capital y darte cuenta de que eso no lo teníamos nosotros. En nuestra época tuvimos que inventar la música. No podíamos ver a las bandas del momento porque nadie venía a tocar a nuestro país. Tuvimos que generar una escena local, porque de otro modo nos moríamos de inanición. Ahora toda la música está a la mano para que la use el que quiera cuando quiera.

–¿Cómo es tu proceso creativo?

–A veces me funciona mucho no pensar tanto en el compromiso que tengo con la banda y relajarme un poco al respecto. No me gusta que nos consideren voceros de algo. Me gusta pensar que somos una opción de las muchas que hay. Y en ese sentido, escribir una columna equivale a hablar de lo que siento en ese momento en que la escribo. Cuando hice lo contrario, se leía forzado y no funcionaba. Cuando dejo fluir lo que traigo es cuando el texto sale más o menos bien.

– Disfrutan mucho de trabajar juntos. Tu hermano hace los dibujos del libro…

–Sí, me gusta el trabajo gráfico de mi hermano. Siempre que he tenido chance de trabajar con otra gente, la verdad es que recurro más a mi familia. A lo mejor es más fácil que haga algo con Rubén o con Meme que con otra gente.

–¿Qué viene para ti?

– Ahora lo que estoy haciendo es escribir mucho. Saqué un blog con mis cuentos que se llama textosmutantes.com y estoy muy metido en eso. En esas estoy.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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