Las claras diferencias generacionales entre el personaje de Jackson, un rudo e informal detective del duro barrio de Harlem, y el de Usher, un joven y moderno investigador del FBI que creció protegido por su madre, llevan a constantes enfrentamientos cómicos entre los dos.
Por Helen Cook
Nueva York, 10 junio (EFE).- “Reírte a carcajadas y sentirte bien con lo que ves es una parte esencial de ir al cine”, asegura en una entrevista con Efe el actor Samuel L. Jackson sobre la nueva entrega de la saga Shaft que, a diferencia de las anteriores, combina sus tradicionales disparos con una buena dosis de humor.
“Me gustan las películas que me den algo de lo que reírme al día siguiente cuando me despierto, y que hacen feliz a la gente”, continua el actor, que, tras protagonizar otra de las cintas de Shaft en el año 2000, ha decidido dar continuidad a esta historia, que gira en torno a una familia de detectives afroamericanos de Harlem, en Nueva York.
Y es que el aclamado intérprete, aplaudido por su papel en Pulp Fiction o Django Unchained, es muy consciente de que, con las dificultades que atraviesa la sociedad en la actualidad, el humor y los largometrajes desenfadados y entretenidos son más que necesarios.
“Mira el mundo en el que vivimos. No puedes leer un periódico y reírte. No puedes poner las noticias y reírte”, apunta Jackson, que en esta ocasión participa en una película que queda lejos de otras cintas de acción, suspense o crimen a las que tiene al público acostumbrado.
Esta vez, esta película de Shaft, en las salas de cine de EU a partir del próximo 14 de junio, reúne a tres generaciones de investigadores para tratar de acabar con una red de tráfico de drogas con base en Harlem.
Contra ellos luchan el detective original John Shaft, interpretado por Richard Roundtree desde la primera entrega de la saga allá por 1971, su hijo John Shaft II, encarnado por Samuel L. Jackson, y su nieto, el joven John Shaft III, personificado por el actor Jessie Usher.
Las claras diferencias generacionales entre el personaje de Jackson, un rudo e informal detective del duro barrio de Harlem, y el de Usher, un joven y moderno investigador del FBI que creció protegido por su madre, llevan a constantes enfrentamientos cómicos entre los dos.
Las distintas situaciones que se plantean en la cinta, dirigida por Tim Story y que a partir del 28 de junio podrá verse en la plataforma digital Netflix fuera de EU, insisten una y otra vez en las enormes diferencias generacionales que ha traído el rápido desarrollo de la tecnología, y la evolución de valores que se ha visto en la sociedad.
“La película transmite el mensaje de que hay más de una manera de hacer las cosas, y más de una manera de observar una situación”, explica Jackson sobre este singular aspecto del filme, a la vez que subraya en que no trata de menospreciar ni reirse de las nuevas generaciones.
“No es un comentario sobre el hecho de que las nuevas generaciones lo tienen todo, es simplemente que tienen una forma distinta de ver la vida”, recalca el actor, que apunta que, por ejemplo, en su generación no existía el nivel de aceptación que se ve en la sociedad actual.
Pese a que el personaje de Shaft ha sido descrito por Story como el primer superhéroe afroamericano de la historia, Jackson le describe más bien como un “modelo a seguir” para los jóvenes afroamericanos desde la primera entrega en la década de los 70, y lo comparó con el famoso activista Martin Luther King.
“En su día yo también quería ser cool, hablar con gracia, tener un buen peinado afro. Shaft era un modelo a seguir alcanzable en la mente de muchas personas”, confesó el intérprete.
“(Martin Luther) King estaba bien si querías ser un líder de derechos civiles o un predicador, pero todo el mundo quería ser el tipo buena onda, y Shaft era ese tipo”, zanjó.