Ciudad de México, 10 de junio (SinEmbargo).– “No estoy de acuerdo obviamente, que le saques un diente a mi hijo por hacer publicidad”, afirmó el padre de uno de los niños empleados en el casting para hacer un comercial.
“¿Y si fuera tu hijo?” es la cuestión que plantea “El casting más bestia”, un video que forma parte de una campaña iniciada en España para poner fin al uso de animales salvajes en producciones audiovisuales.
A lo largo del “casting”, las personas encargadas de grabar hacen varias preguntas a los padres de cuatro niños. “Si tu hijo está muy sobreactuado, hay veces que les aplicamos descargas eléctricas”, explican pacientemente a los progenitores. “Es para denunciar, me parece alucinante lo que estás diciendo”, reclama una madre.
Separación de las crías de las madres, manipulación por hambre, desungulación y amputaciones, descargas eléctricas, hacinamiento en jaulas pequeñas.
“Es cierto, es una salvajada”, finaliza el video realizado por la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA), que busca hablar de la realidad que hay detrás de las cámaras y poner fin al uso de animales salvajes en producciones audiovisuales.
Los niños vestidos como animales tampoco son casualidad, cada uno representa casos verídicos como el de Tima, un oso conocido como “Yogui”, perteneciente a Pavel Vyakin, un entrenador que proporciona animales salvajes para eventos y producciones audiovisuales.
El tigre es Noa, un animal al que le extirparon las garras para poder trabajar con ella. Ha salido en varios anuncios de marcas y en programas de televisión. “Como puedes comprender, a los padres de Noa nadie les preguntó si querían llevarla a castings”, denuncia la asociación.
Tiby es un cruce de chimpancé común y bonobo, criado específicamente para ser utilizado en espectáculos. Es subalquilado por distintas empresas a sus propietarios franceses para actuar en varios países. Una investigación por parte de una organización civil francesa descubrió que Désiré Rech’s , el propietario de Tiby y otros bonobos, los mantenía en oscuros remolques con el macho aislado del resto de los primates.
Y finalmente Dumba, una elefanta asiática de 35 años, arrebatada por un circo pero también usada para producciones audiovisuales. “¿Dejarías que en tu trabajo te diesen descargas eléctricas? Para muchos paquidermos como Dumba son un método común de entrenamiento y son una salvajada”, asegura la FAADA.
Además que la organización dio a conocer un informe sobre los animales en publicidad, cine y TV, titulado “los animales no venden”, porque “utilizar animales en publicidad, cine y televisión es innecesario y cruel”.
FAADA afirma en dicho documento que el uso de animales salvajes no empieza y termina en unas horas de estar en el set o plató. “Un rodaje implica preparación, entrenos, viajes, aislamiento y muchas veces, maltrato. No siempre es fácil apreciar el sufrimiento de un animal”, da a conocer.
El informe invita a pensar en la procedencia de los animales y si fueron extraídos o capturados de su medio natural, así como las condiciones en las que viven y los métodos de entrenamiento a los que se les somete para actuar.
El estrés de los traslados, las mutilaciones, el destino que les espera cuando ya no son “útiles” y el fomento indirecto del tráfico de especies en peligro de extinción.
“En el Siglo XXI y teniendo a nuestra disposición muchas alternativas tecnológicas más éticas no necesitamos privar a otros seres vivos de su libertad para ofrecer al público un producto entretenido y de calidad. No necesitamos fomentar la desaparición de especies amenazadas para vender nuestra marca”, aseguró en una declaración Carla Cornella, presidenta de la FAADA.