El Dr. Alberto Estrada platicó con SinEmbargo sobre que cómo su más reciente libro busca ayudarle a la mamá y al papá a que sean capaz de ver su instinto, de hacerle caso, y ahí empezar con el instructivo para con sus hijos.
Ciudad de México, 10 de mayo (SinEmbargo).– Hay una frase popular que se suele decir a los padres primerizos: “Los niños no vienen con instructivo, hay que aprender sobre la marcha”. Pero el Doctor Alberto Estrada, un pediatra que ha tenido un amplio reconocimiento en redes, señala que esto no es del todo así.
“Si tú tomas a un bebé y le buscas en el pie, en la oreja o en la barriguita, a ver si trae ahí un código de barras en donde puedas descifrar el instructivo como si fuera un aparato electrónico o algo así, pues no. Pero sí trae instructivo, fíjate y este instructivo está por un lado dentro de la mamá y también del papá del bebé, se llama instinto”, explicó el Dr. Estrada en entrevista con SinEmbargo con motivo de su libro Los niños sí vienen con instructivo (Grijalbo).
El Dr. Estrada platicó que este libro busca ayudarle a la mamá y al papá a que sean capaz de ver ese instinto, de hacerle caso, y ahí empezar con el instructivo. “La mamá sabe qué hacer, se lo dice su instinto: el niño llora, lo ve y dice ‘lo tengo que cargar y va a cargarlo’, ¿verdad? Pero luego llega la tía Gertrudis y le dice ‘no cargues a ese niño, porque se va embracilar’ y te vas a hacer esclava de él y luego lo vas a tener llorando todo el tiempo y no lo vas a poder soltar de tus brazos”
“La tía Gertrudis es cualquier metiche; todos tenemos una en la familia, no tiene género, puede ser hombre. Entonces mamá duda, ella es primeriza. Tía Gertrudis dice saber mucho, mamá duda, entonces lo primero es ayudarle a que no dude de su instinto en esa y en muchas circunstancias”, aclaró.
El Doctor Alberto Estrada compartió, no obstante, que hay otras cosas que el instinto no te dice y ahí entra este libro a echar la mano: “qué hacer, qué no hacer cuando el niño tiene fiebre; qué hacer, qué no hacer cuando el niño tiene mocos; qué hacer qué no hacer si el niño se cae de cabeza; qué hacer si el niño está vomitando, qué no hacer; cuándo le hablo al pediatra y vamos para allá, cómo escojo a un pediatra, ahí no te alcanza el instinto”.
Sobre este último punto, señaló que de entrada un pediatra al que se le debe decir que NO es todo aquel que se oponga a la lactancia, una materia en la que México ocupa los últimos lugares a nivel mundial. “Yo no te podría recomendar a un pediatra así, aún cuando tenga todos los títulos colgados en su consultorio, si dice quítale el pecho al niño y dale esta fórmula y te saca una lata bien bonita con una etiqueta preciosa. Yo no llevaría a ningún bebé con ese pediatra”.
“Hay que divulgar la lactancia, hay que decirlo con claridad: la lactancia materna siempre está bien. La Organización Mundial de la Salud nos dice claramente que todo sanitario es decir, enfermera enfermero médico odontólogo, pediatra ginecólogo pediatra neonatólogo, tiene la obligación de promover la lactancia materna. ¿Cuántos lo hacemos en México? Si tenemos el último lugar a nivel mundial en lactancia materna o uno de los últimos quiere decir que no todos estamos cumpliendo con ese deber”, refirió.
Pero como éste, hay otros temas. Como por ejemplo, cuando expone que todos los niños son mocosos y que es normal que tengan mocos. Eso sí, precisó que se trata de un libro que está basado en ciencia. “Mi compromiso para con los lectores es que todo aquel que tome el libro en las manos y vea un consejo médico ahí sepa que está basado en ciencia medicina basada en evidencia, no son ocurrencias mías, no son testimonios, es ciencia, pero aterrizada para aquel que no esté avezado en la medicina”.
El Doctor Alberto Estrada ahondó en otras situaciones como el forzar a los niños a dejar el pañal a los dos años porque así se exige en las guarderías. “Quieren que dejen el pañal a los dos años de edad cuando el control de los esfínteres puede presentarse a los tres años o incluso a los cuatro y no es raro que todavía un niño de 5 años se haga pipí en la cama y es normal”.
“Si tú fuerzas a un niño de tres años que va bien en su desarrollo psicomotor, a que deje el pañal antes de tiempo y lo obligas a sentarse en el retrete, le vas a ocasionar problemas de salud salud orgánica física, lo vas a dañar, puedes provocar estreñimiento crónico, terror al retrete y el control de los esfínteres se va a retrasar, va a necesitar laxantes, va a necesitar tratamientos, va a necesitar muchas cosas que no necesitaba porque era completamente normal que el niño de los tres años trajera su pañal”, aclaró.
Y ahondó en otro tema: “Lo mismo con los zapatos ortopédicos, nomás empieza a caminar al niño y llegan con los zapatitos ortopédicos rígidos. Ahí lo traen como robotitos sin poder mover los tobillos cuando hoy sabemos que lo ideal para el desarrollo de la marcha es el pie descalzo. Entonces mientras más flexibles sea un zapato será mejor para el bebé”.
Otros temas que aborda tienen que ver con la crianza respetuosa y cómo bajo ninguna circunstancia está bien golpear a un niño. ”Hay evidencia científica válida, documentada, que tiene décadas y décadas de existir, desde antes de María Montessori, que es una de las grandes pioneras en todo esto, ya había psicólogos en Francia etcétera que demostraron que el golpe no sirve de nada, que no ayuda en nada. Para la crianza el golpe humilla y un montón de argumentos y estudios demuestran que a los niños no se les debe de pegar, no se les debe de golpear”.
De igual forma se adentra en problemáticas más actuales como el famoso tiempo pantalla y la necesidad de establecer límites tanto para los hijos como para los propios padres. “No nos vamos a quitar las pantallas, tenemos que partir de ahí. Hablemos del celular, de la tablet o de la laptop ya no podemos prescindir de las pantallas, pero aquí hay un problema. Tenemos dos pantallas: una la que trae el niño y otra la que trae la mamá, entonces hay un muro que impide la comunicación interpersonal y el vínculo. Estamos viendo niños que crecen sin tener una mirada directa a los ojos de su madre, porque cuando la voltean a ver ella está viendo el celular, y no ve y no escucha. Y cuando ella quiere ver al niño, él está viendo el celular y no ve y no escucha”.
“Si sumamos esos tiempos dobles resulta que estos niños están creciendo sin una comunicación interpersonal y el costo que va a tener a futuro esta falta de de vínculos interpersonales no sé cuál vaya a ser, pero me imagino que no va a ser muy bueno, porque como especie no hemos evolucionado, somos los mismos. De modo que estamos diseñados por la naturaleza para vivir en convivencia. El cortar la convivencia familiar entre dos personas va a tener consecuencias. Tenemos que limitar, tenemos que ser muy cuidadosos, darle a un niño un celular sin supervisión es grave”, refirió.
—¿Qué van a encontrar y qué no en este libro? —se le cuestionó al final.
—No van a encontrar diagnósticos para ver que tiene mi niño, eso lo tiene que ver el pediatra. El diagnóstico lo hace el pediatra, el diagnóstico diferencial lo hace el pediatra y el tratamiento lo instituye el pediatra. ¿Qué van a encontrar? Guías, lineamientos, van a encontrar tranquilidad, van a encontrar paz, van a encontrar la forma de actuar cuando se presenten los eventos más comunes en la infancia tales como la fiebre, los mocos, los estornudos, las tos, las caídas, los accidentes, cómo prevenir. Son lineamientos generales, eso sí lo van a encontrar, ahí está escrito.