Con motivo de las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, repasamos las previsiones de crecimiento y los riesgos asociados a la fragmentación de la economía mundial.
Un informe de Anne Verdaguer
Francia, 10 de abril (RadioFranciaInternacional).- El FMI piensa que las crisis actuales empujarán al mundo a uno de los periodos de crecimiento más bajos de las últimas décadas, por debajo del tres por ciento durante los próximos cinco años. Y ésta es, según la institución, la perspectiva a medio plazo más débil desde 1990. Y ello a pesar de la fortaleza de los mercados laborales y del gasto de los consumidores en la mayoría de las economías avanzadas, y a pesar de la recuperación económica ligada a la reapertura de China tras tres años de COVID-19.
Otro dato muy revelador es que, según este informe del FMI, cuya versión definitiva se publicará el 11 de abril, el 90 por ciento de las economías avanzadas han visto revisadas a la baja sus previsiones de crecimiento. El único consuelo es que la recesión debería evitarse en la mayoría de los casos.
En este sombrío contexto, la lucha contra la inflación, que sigue aumentando y se mantiene obstinadamente alta para los hogares, debe seguir siendo la prioridad, según el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, subir los tipos de interés para luchar contra la inflación hace que el dinero esté menos disponible y esto puede provocar riesgos de desestabilización bancaria, como en el caso de Silicon Valley Bank y Credit Suisse. Este es un punto que hay que vigilar, reconoce la institución financiera, aunque no sea lo que más preocupa al FMI.
UNA DIVISIÓN PELIGROSA
Existen otros riesgos para los países de renta baja, que se enfrentarán a mayores dificultades debido a la fragmentación de la economía mundial. No es la primera vez que la institución menciona esta fragmentación. ¿En qué consiste exactamente? La economía mundial atraviesa un periodo difícil, que tiende a cerrarse sobre sí misma y a dividirse en varios bloques regionales distintos y competidores.
Una “división peligrosa”, según el Fondo Monetario Internacional, que generaría aún más pobreza. Es probable que esto tenga fuertes consecuencias para los países emergentes. Las tensiones políticas provocarán un descenso de las inversiones extranjeras en favor de las inversiones dentro de las fronteras de los Estados.
El resultado a largo plazo será una pérdida del dos por ciento del crecimiento mundial, advierte el FMI. Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), publicado en junio de 2022, ya advertía de que “el entorno mundial de las inversiones internacionales (había) cambiado drásticamente con la guerra en Ucrania”.
PLAN CLIMÁTICO
Este enfoque “introspectivo” ya ha sido aplicado, en particular, por Estados Unidos. Con el plan climático IRA (Inflation Reduction Act), Washington ha puesto en marcha un enfoque que pretende acercar los centros de producción y asegurar las cadenas de suministro. Muy criticado por los europeos, este plan climático prevé que las subvenciones para la compra de coches eléctricos sólo se concedan a los vehículos estadounidenses.
Para contrarrestarlo, la Unión Europea se dispone a hacer lo mismo, y a mediados de marzo presentó un proyecto de ley destinado a aumentar la fabricación de tecnologías limpias en el viejo continente para mejorar la competitividad de las empresas europeas.
Los países emergentes son los que más sufren las consecuencias de este sistema. Según los datos del FMI, las inversiones destinadas a Asia en particular han empezado a disminuir en 2019. Se trata de una tendencia fundamental, ya que desde 2008, cada vez más de estas inversiones extranjeras directas (IED) se han dirigido hacia países considerados amigos, para más del 50 por ciento de ellas, así como hacia países geográficamente cercanos. Los países emergentes son los que más necesitan esta inversión extranjera, especialmente en su lucha contra el calentamiento global.