Varios niños que quedaron huérfanos por el ataque a 10 músicos indígenas registrado el año pasado exigieron atención del Gobierno federal.
Ciudad de México, 10 den abril (SinEmbargo).– Un grupo de niños marchó con armas en la comunidad de Ayahualtempa, en el municipio de José Joaquín Herrera, Guerrero, para exigir al Gobierno federal que apoye a las familias desplazadas por la violencia.
Los niños, que pertenecen a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), denunciaron que autoridades federales y estatales han abandonado a 34 indígenas desplazados por la violencia atribuida al grupo Los Ardillos, así como a nueve viudas y 14 niños huérfanos
De acuerdo con El Sol de Acapulco, en la protesta participaron niños que quedaron huérfanos por el ataque del 17 de enero del 2020, donde 10 músicos indígenas de la CRAC fueron asesinados cuando regresaban de Tlayelpan.
La CRAC exigió becas para los hijos de policías comunitarios, también denunció que autoridades federales y estatales han ignorado los compromisos que hicieron el año pasado con la comunidad para garantizarles seguridad.
“Ya llevamos 15 meses que nos presentamos, no somos delincuentes, somos niños comunitarios que apoyamos en el resguardo de nuestra comunidad indígena”, gritaron durante la protesta algunos manifestantes citados por Reforma.
NIÑOS TOMAN LAS ARMAS
Desde el año pasado, la CRAC anunció que sumarían a niños de 6 a 16 años de la comunidad de Chilapa, Guerrero, a sus filas y les dieron armas para defenderse grupos delictivos.
El 23 de enero de 2020, el anuncio de Gonzalo Molina González, expreso político de la CRAC, generó conmoción en todo el país.
“Es la responsabilidad del Estado al no dar seguridad en los pueblos y al permitir que se generen todo este tipo de grupos delincuenciales que están ya ocasionando estas cosas”, dijo ese día en conferencia de prensa en la Ciudad de México.
“Los niños tienen que crecer con su infancia, desgraciadamente ante esta situación a veces no queda otra alternativa, los ancianos también tienen que vivir su tercera edad, sin embargo algunos están ahí de policías comunitarios enfrentando a la delincuencia, ofrendando incluso su vida por el bien de toda la comunidad”, agregó.
Un día antes, 19 menores de edad fueron presentados portando armas y el uniforme de la Policía Comunitaria después de una marcha de extremo a extremo en la comunidad de Alcozacán, donde en ese entonces se mantenía un bloqueo por el asesinato de 10 músicos del pueblo.
El consejero de la CRAC-PF, Bernardino Sánchez Luna, dijo que los menores fueron capacitados para el uso de las armas porque han visto que el gobierno no tiene la capacidad ni el interés para defender a los pueblos indígenas de los grupos delictivos.
En mayo de 2019 un grupo de niños armados con palos aparecía en un video realizando un adiestramiento para combatir a Los Ardillos. Habían pasado cuatro meses desde que ese grupo delictivo atacó a su comunidad, ubicada en Chilapa de Álvarez, dejando 12 muertos. El Gobierno de Guerrero les prometió patrullajes y en lugar de eso vino otro ataque. Se cansaron de esperar la ayuda y en 2020 se anunció que 17 niños con rifles y cubiertos del rostro se prepararon para defender, junto con los adultos, a su pueblo.
Los niños provenientes de las comunidades de Alcozacán, Xochitempa, Ayahualtempa y el Rincón de Chautla, en el municipio de Chilapa de Álvarez viven en poblados donde solo hay preescolar y primaria. Si quieren estudiar la secundaria tienen que trasladarse al municipio vecino de José Joaquín de Herrera, en poder de Los Ardillos.
–Con información de El Sur.