Su impacto en la Revolución mexicana ha trascendido el tiempo y 100 años después es un personaje de leyenda. Se dice que era desconfiado, que le gustaba el baile, los caballos y, desde luego, los atuendos de charro que lucía junto con el sombrero tradicional mexicano.
México, 10 de abril (EFE).– Cien años después de su muerte, Emiliano Zapata es uno de los caudillos más vigentes de la Revolución Mexicana de 1910 por sus profundas raíces sociales y una ideología resumida en consignas como “Tierra y Libertad” y “Zapata vive, la lucha sigue“.
Estas son las cinco claves que explican al revolucionario mexicano:
¿Quién fue el revolucionario Emiliano Zapata?
Una destacada figura de la Revolución Mexicana ocurrida entre 1910 y 1920. Nació el 8 de agosto de 1879 en Anenecuilco, en el central estado mexicano de Morelos, creció con sus padres y nueve hermanos, en el ambiente casi feudal del Porfirismo (1880-1910), con campesinos oprimidos por terratenientes y sus grandes haciendas azucareras con sus tiendas de rayas. Se destacó como un líder campesino y un defensor de las comunidades y al estallar la Revolución de 1910 formó y dirigió el Ejército del Sur.
¿Qué hizo Emiliano Zapata en la Revolución Mexicana?
Con su Ejército del Sur se levantó en armas en apoyo de Francisco I.Madero, que buscaba restablecer la democracia con el lema “Sufragio Efectivo. No Reelección”. A la Revolución, Zapata le suma una profunda base social al reclamar que las grandes haciendas fueran repartidas entre los campesinos, lo que es la semilla del agrarismo incluido en la Constitución Mexicana. Al triunfo del movimiento maderista, Zapata reclamó el reparto de tierras. A la muerte de Madero, en un golpe de Estado dirigido por el general Victoriano Huerta en 1913, el Caudillo del Sur volvió a la lucha armada.
¿Cómo era Emiliano Zapata?
Reconocido por la frase “Tierra y Libertad”, Zapata refleja mejor que nadie el espíritu de la lucha agraria. Su rechazo a sentarse en la histórica Silla Presidencial del Palacio Nacional, contrario al general Francisco Villa -apelado el Centauro del Norte-, que sí la ocupó. Rechazó recibir tierra a cambio de abandonar su lucha. Y todo ello lo distinguió de otros líderes revolucionarios que se mostraron más ambiciosos.
Su impacto en la Revolución mexicana ha trascendido el tiempo y 100 años después es un personaje de leyenda. Se dice que era desconfiado, que le gustaba el baile, los caballos y, desde luego, los atuendos de charro que lucía con gesto adusto en fotografías junto con el sombrero tradicional mexicano.
¿Quien mató a Emiliano Zapata?
A Zapata lo mató el Gobierno. Una emboscada preparada por el coronel Jesús Guajardo por órdenes del general Pablo González, quien lo envió a fingir una deserción para unirse al Caudillo del Sur para traicionarlo y asesinarlo. Para ganar su confianza le regaló al caballo llamado “As de oros” y el 10 de abril de 1919 Zapata acepta reunirse en una hacienda, donde es asesinado por la espalda. Su muerte lejos de terminar con la supuesta amenaza que él representaba alimentó el nacimiento del mito de Zapata y uno de los símbolos de la revolución por su infatigable lucha a favor de los campesinos.
¿Quién es Emiliano Zapata?
A partir de su muerte, la imagen de Zapata ha transitado por diversas etapas, de héroe de un agrarismo oficial opuesto a las demandas campesinas, al padre del reparto agrario idealizado por los que se volvieron sus principales promotores, los muralistas mexicanos como Diego Rivera, pero también por artistas que provienen de las culturas alternativas, que lo han hecho uno de los iconos más conocidos de la lucha social. En 1994, los indígenas de Chiapas -con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)- le arrebatan la figura al Gobierno, y se refuerza como uno de sus símbolos de transformación social y política.