La crisis económica de 2008 y los altos niveles de desempleo llevaron a ciudadanos europeos a “alquilarse” como “mulas” de los cárteles latinoamericanos para traficar con drogas al Viejo Continente. El ser blancos despierta menos sospechas, dice el escritor y periodista irlandés Jeff Farrell.
Ciudad de México, 10 de abril (SinEmbargo).– Los cárteles de la droga en América Latina buscan ahora a ciudadanos europeos y blancos para llevar drogas, principalmente cocaína, al Viejo Continente, señaló el escritor y periodista irlandés Jeff Farrell. Afirmó que después de la crisis económica de 2008 ciudadanos de países desarrollados, como Reino Unido, vieron en el tráfico una opción de ingresos.
Existen, incluso, pequeñas pandillas, dedicadas a la contratación de “mulas” que lleven la droga de países de América Latina, como Venezuela, a capitales europeas como Ámsterdam y Rotterdam, en Holanda; Amberes, en Bélgica, y, a otras ciudades principalmente fuera de España.
“Hay millones de jóvenes en Europa sin trabajo y no hay mucho futuro. A la mayoría no se le ocurriría el contrabando de drogas como una forma de hacer dinero, pero algunos lo harán”, advirtió el autor.
De acuerdo con la descripción del entrevistado, estos nuevos transportadores de drogas, son personas con bajo nivel educativo, y sin trabajo, a quienes no sólo se les ofrece el pago correspondiente [que ronda entre los 5 mil y los 10 mil euros] sino también vacaciones pagadas en el país donde recogerán la droga.
Mientras que en alguna ciudad como Caracas, Venezuela, se puede comprar un kilo de cocaína por un precio de entre 500 a mil euros [entre 569 y mil 139 dólares], en Europa alcanza un precio de hasta 75 mil euros [más de 85 mil dólares], lo que ha motivado a las bandas que operan en América Latina a incrementar el tráfico hacia esa región del mundo.
Entre 2013 y 2014, al menos 717 británicos fueron detenidos en el extranjero por delitos relacionados con drogas, mientras que el número de austriacos y españoles aprehendidos fuera de sus países por el mismo delito fue de más del 80 por ciento en el mismo periodo.
En el caso de Reino Unido, según el entrevistado, la cantidad de cocaína que la policía incautó cayó por un par de años, después de la crisis en 2008, cuando la gente tenía menos dinero para gastar. Pero ahora que está recuperando su nivel de vida, se incautan cerca de 40 toneladas al año.
Cifras dadas a conocer el año pasado durante el seminario “Empleo Juvenil en Europa: una perspectiva desde el sur, una solución europea”, destacó que en la Unión Europea (UE), el desempleo juvenil es de alrededor de 15 por ciento para menores de 35 años y se incrementa hasta un 22 por ciento para menores de 25, las tasas más alta en la historia de la UE.
“El gran atractivo para las bandas de drogas en Europa, y para las bandas que venden la droga en América Latina, es que estas “mulas” son blancos y tienen pasaportes europeos. Con razón creen que tener una persona británica blanca, por ejemplo, significa que la persona tendrá menos probabilidades de ser detenido por la policía del aeropuerto que alguien de América Latina o África”, expresó.
DROGAS SIN CÁRTELES
Jeff Farrell señaló en entrevista desde Londres que a diferencia de América Latina, el comercio de drogas en Europa no se realiza a través de grandes cárteles, como podría ser el de Sinaloa, sino mediante bandas de contrabandistas de Gran Bretaña, Rusia, Irlanda y Europa del Este.
“Los traficantes de droga en Europa en realidad no tienen nombres, como en México, donde tienen grandes carteles, como el cártel de Sinaloa. Los contrabandistas aquí serían los grupos criminales más pequeños”, explicó.
Estas bandas operan generalmente en los países que rodean España, a donde llega gran parte de la droga que procede de América Latina.
Otros lugares de entrada son Rotterdam, en Holanda, y Amberes, en Bélgica. Mientras que a Reino Unido ingresa a través de puertos como Dover, en el condado de Kent.
“Los mayores decomisos realizados por la Policía son a bandas que utilizan yates y otras embarcaciones pequeñas a lo largo de las costas y playas”, explicó.
Agregó que uno de los mayores logros de las autoridades ha sido la captura de un grupo criminal, frente a las costas de Irlanda, que buscaba ingresar a Europa un cargamento con mil kilos de cocaína, procedentes de Venezuela.
Ante este panorama, explicó que el Gobierno británico y organizaciones no gubernamentales realizaron una campaña hace un año para explicar lo riesgoso que era para los jóvenes el prestarse como “mulas” para el transporte de drogas.
Destaca el testimonio de un padre cuya hija fue detenida en Perú por intentar trasladar droga a Europa en su maleta.
El padre describía cómo era ver a su hija con las manos esposadas y cómo su futuro estaba arruinado.
DIARIOS DE UNA “MULA”
Jeff Farrell es coautor del libro The Cocaine Diaries A Venezuelan Prision Nightmare (Los diarios de la cocaína, una pesadilla en una prisión venezolana) que narra la historia de Paul Keany, un ciudadano irlandés que al que su situación económica lo llevó a alquilarse como “mula”.
Keany, el otro coautor, fue detenido por intentar sacar de Venezuela 6 kilos de cocaína. Después de ser detenido en el Aeropuerto de Caracas fue llevado a una estación de policía donde fue violado dos veces.
En la prisión, narra, había distintos grupos armados que se mataban entre sí por mantener el control de la cocaína. Fue sentenciado a ocho años, pero salió libre a los dos bajo libertad condicional.