Aguililla es un trofeo enorme para el Cártel Jalisco Nueva Generación. Las fuerzas locales del crimen organizado han defendido este punto porque es la entrada a Tierra Caliente y a lo más profundo, en donde se cocina la droga.
–Con información de Associated Press
Ciudad de México, 8 de febrero (SinEmbargo).– El Ejército mexicano puso un pie ayer en un simbólico pueblo, Aguililla, que lleva años en los vaivenes de una guerra interminable. El año pasado fue tomado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) a sangre y fuego, y no sólo se trató del ingreso de esa fuerza criminal paramilitar a Michoacán, sino la toma del lugar en el que nació, en 1966, el temido narcotraficante Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, conocido como “El Mencho”.
Hace casi un año, el 15 de abril pasado, integrantes del CJNG llegaron hasta la cabecera municipal de Aguililla, Michoacán. Los sujetos armados arribaron por la comunidad de Dos Aguas y provocaron que algunos pobladores abandonaran sus hogares para evitar represalias. En redes sociales circularon imágenes del momento en que el convoy de criminales se introdujo a las calles principales. Apenas unos días antes, el 2 de abril, las autoridades habían informado del hallazgo de ocho hombres decapitados en ese municipio.
En enero de este año salió a la luz evidencia de que los grupos delictivos también han comenzado a utilizar artefactos explosivos improvisados (AEI) en los caminos para deshabilitar vehículos del Ejército. El movimiento de autodefensas en la localidad de Tepalcatepec, cerca de Aguililla, dijo que minas terrestres improvisadas causaron severos daños a un vehículo blindado del Ejército la semana pasada. Este sería el primer registro del uso exitoso de AEI por parte de cárteles mexicanos.
El Ejército no respondió a una solicitud de comentarios de Associated Press sobre los explosivos improvisados. Pero la Sedena indicó que en la zona se han registrado cuatro ataques con explosivos, vehículos blindados de fabricación casera y tiroteos en contra de patrullas del Ejército, lo cual ha dejado 10 soldados heridos. La dependencia no especificó qué tipo de explosivos se utilizaron.
Aguililla es un trofeo enorme para el Cártel Jalisco Nueva Generación. Ha sido cabeza de playa del Cártel del Milenio, del Cártel de los Valencia, del Cártel de Michoacán, de los Caballeros Templarios y después de Los Viagras. Las fuerzas locales del crimen organizado han defendido este punto porque es la entrada a Tierra Caliente y a lo más profundo, en donde se cocina la droga.
Un video divulgado por Jacobo García para el diario español El País en marzo del año pasado, antes de la toma, mostraba tanques hechizos con las siglas CJNG. Llevaban meses, quizá años, peleando la toma de Aguililla. Los soldados del cártel más violento y sanguinario de todos los tiempos, dirigido por un hombre cuyo poder cruza varios continentes –las drogas de su cártel trascienden a Estados Unidos y llegan a Europa, y hasta Asia–, después aceptarían que la agencia Cuartoscuro les tomara fotos en sus posiciones de combate y sin cubrirse los rostros. Las fotos dieron vuelta al mundo.
Los soldados mexicanos ingresaron por primera vez en varios meses a ese municipio controlado por el Cártel Jalisco, de acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional. El Ejército desplegó desde martes lo que parecían ser cientos de soldados y vehículos en Aguililla. Las tropas desarticularon un bloqueo civil apostado frente a una pequeña base del Ejército en Aguililla que había impedido ingresar a esas instalaciones desde el verano pasado. Las tropas emplazadas en ese lugar abandonaron la base durante meses, aunque mientras estuvieron allí nunca salieron de ella.
La Sedena destacó que el Gobierno iniciaría la “instalación de la mesa de diálogo para la pacificación de Aguililla”, y el “ingreso y liberación de localidades con presencia de la delincuencia organizada” en ese poblado y otros aledaños. Difundió fotos de pilas de armas, chalecos antibalas y dos vehículos blindados de fabricación casera marcados con las iniciales CJNG.
El Ejército acusó a muchos de los habitantes de Aguililla de actuar como la base social de ese cártel debido a que bloquearon la base y confrontaron a los soldados durante protestas. Pero algunos residentes del poblado acusan al Ejército de atacar únicamente al CJNG y permitir que Los Viagras —también conocidos como Cárteles Unidos— instalaran puntos de revisión en autopistas para extorsionar y amenazar a los locales.
En la zona se cultiva limón y se practica la ganadería, y los Cárteles Unidos han impuesto un gravamen a los cargamentos de estos productos que salen del lugar y a los bienes que ingresan. Eso ha contribuido a un marcado incremento en el precio del limón a nivel nacional. En Aguililla, los manifestantes han exigido que el Ejército despeje los caminos y actué con fuerza similar tanto contra un grupo delictivo como contra el otro.
José Francisco Helizondo, residente de Aguililla que ha ayudado a organizar protestas y el bloqueo a la base militar, dijo a Associated Press que los residentes han reaccionado “con miedo, con desconfianza de que las cosas vuelvan a estar como hace dos años, y que los ahora Cárteles Unidos vuelvan a entrar con el Gobierno a tomar represalias contra el pueblo”.
Eso fue una referencia a las repetidas ocasiones en los últimos años en que el control de las localidades de la zona ha cambiado de manos durante el prolongado conflicto. Los cárteles rivales han usado trincheras, francotiradores y dispositivos explosivos arrojados desde drones durante su conflicto, en el que recurren cada vez con mayor frecuencia a apostar civiles en las primeras líneas de combate.