¿Por qué eructamos la comida? Consejos para saber qué hacer, y qué no, para combatir este problema

10/02/2020 - 12:05 am

El que nos repita la comida no se debe asociar con el que nos haya sentado mal la misma. "Más bien con la comida excesiva en cantidad, o con la toma de productos que facilitan la descoordinación de la motilidad gástrica, como pueden ser las grasas".

MADRID, 10 de febrero (EUROPA PRESS).- El concepto de "repetir la comida" puede ser doble: por un lado, que tengamos el olor o sabor de la comida que hemos tomado, o bien que se produzca una regurgitación de los alimentos.

Así lo explica en una entrevista con Europa Press el doctor Gerardo Clemente, hepatólogo del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid, quien aclara que el porqué o causa de que nos repita la comida es el mismo: "El estómago actúa de recipiente de la comida que tomamos y se cierra en la unión con el esófago, a través de una válvula que es el 'cardias', también llamado 'esfínter esofágico distal'".

Cuando el cierre no es adecuado, continúa el experto, por la existencia de una incompetencia cardial, o de una hernia de hiato, o bien por otras circunstancias, se produce un incremento de la presión gástrica, que vence la resistencia del cardias, y con ello se ocasiona la expulsión de gases con sabor u olor a comida o la regurgitación.

En general, según advierte el doctor Gerardo Clemente, el que nos repita la comida no se debe asociar con el que nos haya sentado mal la misma. "Más bien con la comida excesiva en cantidad, o con la toma de productos que facilitan la descoordinación de la motilidad gástrica, como pueden ser las grasas", explica el especialista.

En concreto, el hepatólogo del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid, menciona que los alimentos que más suelen producir esta sintomatología son los grasos o los muy condimentados.

Además, y dado que, como decíamos anteriormente, se puede asociar con la incapacidad del cardias de hacer estanco, el que nos repita la comida puede también relacionarse con la presencia de reflujo gastroesofágico, según agrega el doctor.

Con ello, este especialista defiende que para evitarlo, o al menos disminuir esa sensación, lo ideal es realizar comidas frecuentes, poco abundantes, y evitar en la medida de lo posible las comidas grasas o condimentadas. "Para mejorar el vaciamiento gástrico y disminuir las molestias causadas por una transgresión dietética es aconsejable no tumbarse tras la ingesta e, idealmente, realizar un paseo posteriormente", añade.

Esta sintomatología es muy frecuente, según reconoce el experto Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid, considerándose que hasta un 30 por ciento de la población presenta molestias como las descritas.

"Debe tenerse en cuenta que en fechas en las que las comidas y cenas de empresa son habituales, además de abundantes, suelen ser sabrosas y con grasa, y aderezadas con vino u otros licores que disminuyen el tono esfinteriano del cardias, el reflujo puede llegar afectar a la mayor parte de la población en mayor o menor medida", remarca.

NO AL BICARBONATO

Además de los consejos previamente dados, el doctor Gerardo Clemente dice que puede combatirse con medicaciones sencillas y de fácil acceso. "No debe tomarse bicarbonato, dado que tras el inmediato alivio se puede producir un incremento de la acidez, y si se toma en exceso, dar lugar a una patología general y renal", advierte.

Si las molestias son puntuales, el hepatólogo insiste en que éstas pueden combatirse con la toma de antiácidos, que deben tomarse a la media hora o una hora después de la ingesta. Si se reproduce el ardor o acidez, y fuera necesario, se pueden tomar otra vez al acostarse (se encuentra facilitado el reflujo).

Si se está diagnosticado de patología gástrica y se le ha indicado la toma de un inhibidor de la bomba de protones (ya que impide la producción de ácido), no debe olvidarse tomar la medicación (omeprazol).

"No es conveniente que se automedique ante una molestia puntual como es ésta a la que nos estamos refiriendo", remarca el doctor Gerardo Clemente, hepatólogo y codirector del Instituto Madrileño de Ciencias del Aparato Digestivo (IMCAD), integrado en el Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid.

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