Estados Unidos, Canadá y México conforman una de las regiones geopolíticas más importantes en el mundo. No sólo engloba un mercado de más de 500 millones de personas, en el que la mitad del comercio es intrarregional, sino que se trata de una civilización cada vez más integrada cultural y políticamente hablando. En 2026 se celebrará la Copa Mundial de Fútbol donde los tres países serán los anfitriones. No podía ser de otra manera, pues el futuro se encuentra en una unión estratégica con libre circulación de personas, productos e inversiones. Tendremos que transitar de la idea de un acuerdo predominantemente comercial a la idea de una zona geopolítica completamente integrada. Pero mientras llegamos ahí hay que enfrentar desafíos comunes.

Este es el contexto en el que se reúnen en la Ciudad de México los tres líderes de Canadá, México y Estados Unidos. Los problemas son ciertamente gigantescos y la agenda acordada los refleja. Se discutirán asuntos como la diversidad, la equidad e inclusión, el medio ambiente y cambio climático, la competitividad con el resto del mundo, la migración y el desarrollo, la salud y la seguridad.

Todos estos temas son de la máxima importancia y están destinados a mantenerse en el futuro como grandes retos comunes. No sólo eso: todos ellos están inextricablemente ligados de tal manera que no se pueden enfrentar aisladamente, sino sólo en concierto unos con otros.

La reunión de los tres países ocurre también en un contexto de cierta rispidez diplomática. En efecto, existen controversias en el marco del T-MEC en materia de energía, reglas de origen del sector automotriz y cuotas arancelarias de productos lácteos. Está en el interés común, como lo han externado las organizaciones empresariales cúpula de las tres naciones, que estos diferendos se resuelvan pronto dentro del marco de resolución de controversias del T-MEC. Otro tema fundamental que es preciso negociar pronto, para que no se convierta en un punto de disputa, es el de la producción de maíz genéticamente modificado. En este tema la posición mexicana, al menos en lo dicho por la titular del CONACYT, es francamente retrógrada, a la luz de los desafíos alimentarios que enfrentan los tres países y el planeta entero.

La administración Biden ha sido muy prudente al decir que esperan no ventilar las negociaciones sobre el tema energético durante la visita. Seguramente esto también ocurre pues Biden también sabe que cada uno de sus pasos serán monitoreados con lupa por el nuevo liderazgo republicano en la Cámara de Representantes, encabezado por Kevin McCarthy.

El futuro de México se encuentra en el norte. No sólo porque Canadá y Estados Unidos son grandes potencias económicas, sino porque son los ejemplos más prominentes del triunfo de la democracia liberal y, así, de la idea civilizatoria más potente de nuestro presente.

Hacia allá debemos caminar.

Gustavo de Hoyos Walther

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Abogado y empresario. Ha encabezado diversas organizaciones empresariales, comunitarias, educativas y filantrópicas. Concentra su agenda pública en el desarrollo de líderes sociales (Alternativas por México), la participación ciudadana en política (Sí por México) y el fortalecimiento del estado de derecho (Consejo Nacional de Litigio Estratégico).

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