La misión de exploración robótica fue lanzada el 23 de noviembre de 2020 y veintitrés días después regresó a la Tierra con muestras de suelo y rocas lunares que pesaban mil 731 gramos.
Ciudad de México, 10 de enero (RT).- La sonda china Chang’e 5 ha encontrado la primera evidencia “in situ” de agua en la superficie de la Luna, según un artículo publicado este viernes en la revista Science Advances por investigadores de la Academia China de las Ciencias (CAS, por sus siglas en inglés).
El texto indica que un dispositivo a bordo del módulo de aterrizaje de la misión de exploración lunar del país asiático midió la reflectancia espectral del regolito y la roca, y detectó agua por primera vez en el satélite natural de nuestro planeta.
Así, reveló que el suelo lunar en el lugar de aterrizaje de la sonda contiene menos de 120 partes por millón (ppm) de agua, es decir, unos 120 gramos de agua por tonelada, mientras que una roca vesicular ligera alberga unos 180 ppm del líquido, por lo que son mucho más secas que en la Tierra.
Agua en la Luna💦🌕
El espectrómetro de Chang'e-5🇨🇳 indica que el suelo en el sitio de aterrizaje hay menos de 120ppm de agua, gracias a implantación del viento solar. Antes se había detectado en muestras y desde órbita, pero no en el mismo suelohttps://t.co/DyvcUcRNtj#espacio pic.twitter.com/ADuZ2C9Luz— 天 (@ChinaEspacial) January 8, 2022
¿QUÉ HAN DESCUBIERTO?
Los expertos creen que el viento solar, al llevar en su corriente hidrógeno, fue el que provocó mayor humedad en la superficie lunar. Asimismo, señalan que la Luna se volvió más seca debido a la desgasificación de la reserva de su manto.
“Las muestras devueltas son una mezcla de gránulos, tanto de la superficie como debajo de la misma”, explicó a la agencia Xinhua Lin Honglei, investigador del Instituto de Geología y Geofísica de la CAS y coautor del estudio. “Pero una sonda ‘in situ’ puede medir la capa más externa de la superficie lunar”, detalló.
La misión china de exploración lunar robótica Chang’e 5 fue lanzada el 23 de noviembre de 2020 y alunizó el 1 de diciembre de ese mismo año. Veintitrés días después regresó a la Tierra con muestras de suelo y rocas lunares —que pesaban mil 731 gramos— con la finalidad de estudiarlas.