Hombre es sentenciado a cadena perpetua en EU por producir pornografía con niños pobres

10/01/2021 - 1:52 am

Streeter financió y patrocinó desde Estados Unidos una red de tráfico sexual de niños en Filipinas para usarlos en pornografía infantil, según investigación.

Miami, 8 enero (EFE).- Un estadounidense que pagaba por la producción de pornografía con menores de edad pobres y enfermos en Filipinas, incluidas imágenes de abuso sexual, fue sentenciado este viernes a cadena perpetua en Florida, informó la Fiscalía.

Christopher John Streeter, de 63 años, ya se había declarado culpable en octubre pasado en una corte del centro de Florida de un cargo por la utilización de un menor de 14 años para sus videos de pornografía infantil.

Streeter financió y patrocinó desde Estados Unidos una red de tráfico sexual de niños en Filipinas para usarlos en pornografía infantil, según la investigación conjunta de autoridades locales de la Bahía de Tampa, en la costa oeste de Florida, y Manila.

Desde septiembre de 2018 hasta junio de 2019, Streeter participó directamente en un plan que explotaba sexualmente a niños en Filipinas con el fin de producir videos de abuso sexual infantil para su consumo, según documentos judiciales.

"Streeter se comunicó y realizó transacciones con cómplices en Filipinas para reclutar a los menores para participar en actos sexuales delante de la cámara", detalla la Fiscalía.

Las víctimas, algunas de las cuales tenían 12 y 13 años de edad, eran particularmente vulnerables debido a la pobreza y la enfermedad, agrega.

Streeter envió pagos a los reclutadores en Filipinas para cubrir los costos de producción, habitaciones de hotel y transporte, además de una comisión.

Negoció y pagó sumas adicionales por videos e imágenes que mostraban a niñas perdiendo su virginidad y siendo víctimas de otras formas de violencia sexual, así como también de niñas en riesgo de embarazo.

El pago adicional incluía además píldoras anticonceptivas de emergencia y, ocasionalmente, abortos.

Una de las víctimas de abuso sexual fue una niña de 12 años de Ozamis, Filipinas.

El dinero cubría los costos de producción, incluido el abusador masculino, el dinero para la víctima y los gastos de hotel.

"Este individuo moralmente corrupto pensó que podía eludir la justicia debido a las fronteras internacionales", dijo en un comunicado Micah C. McCombs, agente de la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, en inglés) en Tampa.

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