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VIDEO: Así fue el arresto del ex policía que presuntamente mató a mujer e hijas y comió de sus cuerpos

10/01/2018 - 10:56 am

Cuando uniformados lograron someter a López Bautista, él aceptó, sin algún remordimiento, haber asesinado a su familia para después comerse las manos y algunos órganos de sus hijas.

Ciudad de México, 10 de enero (SinEmbargo).- Una casa en penumbras, con olor a humo y putrefacción, y un hombre con cuchillo en mano. Eso fue lo primero que vieron policías de Tecámac, Estado de México, cuando entraron a la casa del ex agente que mató a su esposa e hijas.

En un video grabado por los policías cuando lograron entrar a la casa de José López Bautista se aprecia parte de un sillón, una mesa con alimentos encima y los pies del feminicida.

Los uniformados ingresaron al domicilio de José López el pasado domingo, luego de que vecinos denunciaran que un fétido olor salía del inmueble, además de que en varios días no habían visto a Esther Alicia, de 36 años, Alessandra, de 5, y Lorena, de un año con 4 meses de edad.

En la grabación difundida en redes sociales se escucha la siguiente conversación:

Una mujer policía dice:

–José, ¿qué está pasando? ¡Ven! José, ¡suelta el cuchillo!

Un policía varón interviene:

–Tranquilo amigo, no pasa nada. ¿Quieres que nos salgamos?

José responde:

–Hagan lo que tengan que hacer.

La mujer policía:

–José, pero primero suelta el cuchillo. Por favor, José. Nada más queremos que estén bien y ya nos vamos… José…

José, el ex policía:

–Hagan lo que tengan que hacer.

El hombre policía:

–No… Siempre y cuando tú nos apoyes José.

José baja de unas escaleras. Se acerca un poco. Las autoridades le dan su espacio y se escuchan balbuceos.

La mujer policía insiste:

–José, tranquilo. Venimos…

José reta:

–¿Se van a retirar, o que?

La mujer policía:

–Pero, ¿y tu familia?

Todos hablan.

La mujer policía insiste:

–¿Están bien? No estamos aquí… Tú nos abriste José… Tú tranquilo.

–Bueno, yo ya les dije. Retírense, por favor –responde José.

–¿Pero y tu familia? ¿Dónde está tu esposa? –pregunta la mujer policía.

–Ya les dije que se fue –dice el presunto asesino.

–¿Cuándo se fue? –interviene el policía.

–El día dos –responde José.

–¿Dos de este año? ¿Dos de enero?

José se acerca cada vez más a los policías con un cuchillo en la mano.

–Deja el cuchillo. amigo –dice el policía.

–¡Pues retírense, por favor –responde el presunto feminicida.

–Tú fuiste compañero de nosotros, ¿no?

–¿Y luego qué?

–Por eso sabes muy bien que nosotros no podemos actuar contra un compañero –dice el policía.

–No… –dice la mujer, con cierta angustia.

–Yo ya no soy compañero, yo soy civil –responde José.

–Eso ya no importa. Nosotros no estamos aquí para agredirte ni nada. Si tiene, si… nada más queremos saber que esté bien la chica y la familia, hijo… y ya… –dice la mujer policía.

–Ya nada más con eso, nos retiramos, es lo que queremos saber.

–¿O qué está pasando?

–Nada… –dice José.

–Todavía…

–Si quieren pasar, pasen a ver.

Lo que sigue es conocido. Los uniformados lograron someter a López Bautista, quien aceptó, sin algún remordimiento, haber asesinado a su familia para después comerse las manos y algunos órganos de sus hijas de 2 y 5 años de edad.

“Estaba consciente de lo que había hecho y se mostraba frío, indiferente”, señalaron oficiales de policía que lo enfrentaron en un primer momento.

 

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