Como se había anunciado, después de aprobar la reforma político electoral, se empezó a trabajar en serio en la reforma energética. Al final este sábado se dio a conocer el proyecto a partir del cual se discutirá dicha reforma.
Las comisiones de puntos constitucionales, energía y de estudios legislativos del Senado, trabajando de forma conjunta, hicieron público el dictamen. Se trata de un tabique de 295 páginas en donde se justifican las reformas a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales.
El proyecto mantiene la prohibición de realizar concesiones, pero autoriza al Estado mexicano para que celebre contratos de servicios, de utilidad o producción compartida, o de licencia, para realizar actividades de exploración y extracción del petróleo, siempre en nombre de la Nación.
En la práctica, que el petróleo sea de todos los mexicanos se traduce en los recursos que Pemex paga al Estado. Por lo tanto, deberíamos estar discutiendo cómo podemos obtener más ingresos por esos barriles en lugar de centrarnos en quién es el que lo extrae y lo procesa.
La pregunta entonces sería si Pemex ha resultado un buen negocio para los mexicanos.
Según información oficial, Pemex paga un 68.5 por ciento de sus ingresos al gobierno federal. En otros países, las empresas petroleras –sean públicas o privadas— pagan más: 87 por ciento en Noruega, 82 por ciento en Rusia, 75 en Indonesia o un 72 por ciento en Colombia.
Es decir, Pemex no paga más al fisco que lo que pagaría en otros lugares y además sus números arrojan pérdidas importantes. Por el contrario, en otros países las empresas petroleras pagan impuestos más elevados por barril extraído y obtienen ganancias significativas (que reparten a sus accionistas). Conclusión: estamos haciendo un pésimo negocio y desperdiciando nuestros recursos.
El monopolio llamado Pemex nos ofrece a los mexicanos exactamente lo que dice la teoría económica: una gran ineficiencia. Como dueños del petróleo, deberíamos exigir que se nos retribuyera con el mayor retorno posible. Algo hay que hacer de forma urgente.
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