Biden tiene una ventaja considerable en varios estados reñidos, y no ha habido indicios de suficientes votos mal contados o emitidos ilegalmente que cambien el resultado. De hecho, los funcionarios electorales de ambos partidos políticos han declarado públicamente que la elección salió bien, aunque ha habido cuestiones menores que son típicas en las elecciones, incluyendo fallas en algunas máquinas de votación y votos que fueron mal emitidos y perdidos.
WASHINGTON (AP) — El Secretario de Justicia William Barr ha autorizado a los fiscales federales de todo el país investigar “acusaciones sustanciales” de irregularidades en la votación antes de que se certifique la elección presidencial de 2020, a pesar de que hay poca evidencia de fraude.
La medida adoptada de Barr se anunció días después de que el demócrata Joe Biden derrotó al presidente Donald Trump en las urnas, y plantea la posibilidad de que Trump utilice al Departamento de Justicia para tratar de impugnar el resultado. La decisión le da a los fiscales la capacidad de desentenderse de la añeja política del Departamento de Justicia que normalmente prohibiría tales medidas antes de que la elección sea formalmente certificada.
Trump no ha reconocido su derrota, y en su lugar afirma sin pruebas que ha habido una conspiración multiestatal de los demócratas para sesgar el recuento de votos a favor de Biden.
Biden tiene una ventaja considerable en varios estados reñidos, y no ha habido indicios de suficientes votos mal contados o emitidos ilegalmente que cambien el resultado. De hecho, los funcionarios electorales de ambos partidos políticos han declarado públicamente que la elección salió bien, aunque ha habido cuestiones menores que son típicas en las elecciones, incluyendo fallas en algunas máquinas de votación y votos que fueron mal emitidos y perdidos.
En un memorando dirigido a los fiscales federales, el cual fue obtenido por The Associated Press, Barr escribió que las investigaciones “pueden llevarse a cabo si hay acusaciones claras y en apariencia creíbles de irregularidades que, de ser ciertas, pudieran afectar el resultado de una elección federal en un estado concreto”.
Los estados tienen hasta el 8 de diciembre para resolver las disputas electorales, incluyendo recuentos e impugnaciones judiciales sobre los resultados. Los miembros del Colegio Electoral se reúnen el 14 de diciembre para formalizar el resultado.
TRUPM Y LA SOSPECHA DEL “FRAUDE”
Los vicarios republicanos del presidente Donald Trump reanudaron el lunes su batalla legal para tratar de suspender el escrutinio de votos en estados clave, como Pensilvania y Michigan, pero enfrentaban un camino cuesta arriba dado el conteo del Colegio Electoral y recientes fallos de las cortes que no encontraron pruebas de un fraude electoral generalizado.
Aunque algunos funcionarios republicanos estatales repitieron la frase de Trump de que sólo deberían contarse los “votos legales”, otros salieron a contrarrestar la narrativa y exhortaron a los votantes, y quizás al presidente, a apoyar los resultados.
“El proceso no ha fallado en nuestro país en más de 200 años, y no va a fallarle a nuestro país este año”, dijo la senadora republicana Susan Collins, quien ganó su reelección y ha felicitado al demócrata Joe Biden por su victoria en la elección presidencial.
Sin embargo, los abogados de Trump estuvieron al pie del cañón seis días después de las elecciones, tal como el abogado personal del mandatario, Rudy Giuliani, había prometido que estarían durante una conferencia de prensa el fin de semana afuera de una empresa de jardinería en el noreste de Filadelfia.
Giuliani criticó el conteo de votos de la ciudad, que favoreció 4-1 a Biden, dándole al demócrata la victoria el sábado tanto en Pensilvania como en las elecciones de Estados Unidos, y afirmó que era “sumamente inquietante”.
A lo largo y ancho del país, los republicanos se han quejado sobre problemas con las firmas, sobres secretos y matasellos en las papeletas, así como de la incapacidad de sus observadores para inspeccionarlos y las extensiones otorgadas para recibir los votos por correo.
Sin embargo, los jueces en todo el país rechazaron en gran medida las impugnaciones republicanas presentadas en los últimos días mientras la campaña buscaba suspender el conteo de votos a medida que la balanza se inclinaba hacia Biden. Trump no ha reconocido su derrota en las elecciones, incluso aunque Biden ya se declaró ganador y empezó a trabajar en los planes de transición.
En la Corte Suprema del país, 10 fiscales generales republicanos presentaron un informe amicus curiae el lunes para apoyar una demanda contra la decisión de Pensilvania de contabilizar los votos por correo que llegaron hasta el viernes. La Corte Suprema de Pensilvania había apoyado de manera unánime la extensión de tres días impuesta por los funcionarios estatales preocupados por las demoras del Servicio Postal y la pandemia de COVID-19. Los fiscales dijeron que la corte usurpó un poder reservado para los legisladores estatales.
La Corte Suprema federal había rechazado acelerar la impugnación, pero la votación fue de 4-4, y tres magistrados expresaron reservas. Los republicanos esperan volver a intentarlo con la nueva jueza Amy Coney Barrett presente en el máximo tribunal estadounidense.
“La decisión ofreció un periodo luego del día de las elecciones, cuando se anunciaron los resultados preliminares, en el que actores sin escrúpulos pudieron tratar de influenciar una apretada elección presidencial”, dijo en un informe la Asociación de Fiscales Generales Republicanos.
Horas antes, un centro de leyes contra el aborto de Michigan presentó una demanda para quejarse sobre los procedimientos de conteo de votos en el condado de Wayne. Un tribunal de apelaciones del estado, en tanto, pidió a la campaña de Trump volver a entablar un caso presentado la semana pasada, señalando que la apelación estaba incompleta.
Y en Arizona, la campaña de Trump pidió en una querella interpuesta el sábado el derecho a inspeccionar miles de votos emitidos en persona el día de las elecciones en la zona metropolitana de Phoenix, alegando que los trabajadores electorales las habían manejado mal.
En Georgia, donde Biden tiene una ligera ventaja sobre Trump pero la contienda sigue demasiado apretada para declarar a un ganador, un funcionario electoral del estado prometió el lunes investigar cualquier problema que encuentren que esté relacionado con la votación.
“Cuando los márgenes son tan cerrados, cualquier cosa pequeña importa”, comentó Gabriel Sterling, quien dirigió la implementación de un nuevo sistema de votación para la oficina del secretario de Estado local.
Sin embargo, expresó frustración con los intentos de mermar la confianza del público en el sistema electoral.
“Los hechos son los hechos, sin importar el resultado”, puntualizó Sterling.