Ciudad de México, 09 de noviembre (SinEmbargo).– México, por ser una economía dependiente de Estados Unidos, se encuentra a salvo de los efectos negativos que pudiera tener una nueva crisis económico en Europa; sin embargo, una recesión prolongada sí tendría un impacto en el país ya que generaría inestabilidad en los mercados internacionales y de los energéticos, lo que podría traer menos ingresos al erario público, advirtieron especialistas.
En los últimos meses, las principales economías de la eurozona, Alemania, Italia y Francia, se han estancado, lo que ha dado pie a que los especialistas empiecen a manejar la posibilidad de una tercera recesión en la región, luego de que Alemania, redujera su previsión de crecimiento para este año y para el próximo, en 0.5 y 0.8 por ciento, respectivamente.
Luis Vallarino, Director de Análisis y Estrategia de Grupo Financiero Interacciones dijo para SinEmbargo que una nueva recesión europea puede afectar a México, pero de manera marginal. “El impacto, más que por debilidad en un consumidor importante de bienes mexicanos, podría darse a través de un aumento generalizado en la aversión al riesgo de los inversionistas, lo cual incrementa el costo de financiamiento de las empresas mexicanas, y con ello, complica el panorama de crecimiento de México. Pero esta situación ya se ha dado en lo que va del año, es decir, no se esperaría un impacto significativo en el corto plazo de esta nueva temporada recesiva en Europa.”
Cifras de la Secretaría de Economía detallan que la Unión Europea actualmente es el tercer socio comercial de México, el primero es Estados Unidos y el segundo es China. Como también es el segundo actor con el mayor flujo de la inversión extranjera directa hacia México.
Marta Ochman Ikanowicz, especialista en temas internacionales del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, consideró por su parte que “no puede afectar a la economía mexicana porque de hecho México sigue siendo un socio atractivo para la Unión Europea”.
México envía aproximadamente 5 por ciento de sus exportaciones a Europa. El impacto es relativamente limitado, ya que la mayor parte de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos son bienes de consumo, y no bienes intermedios, los cuales se podrían exportar subsecuentemente a Europa.
Asimismo, la exportación a Europa representa entre 1.5 y 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) estimado en México para 2014.
Daniela Ruiz Zárate, analista económico de Grupo Monex dijo que “la relación comercial con México con la zona euro no es tan grande, básicamente México depende de Estados Unidos”.
“El impacto directo por parte de las exportaciones no sería tan grande. Sin embargo, podría haber otros impacto indirectos sobre todo por los efectos que tendría con la economía de Estados Unidos. Además tienes el impacto en los mercados financieros que ahí sí se podría ver un efecto inmediato sobre la economía mexicana”.
RÓMPASE EN CASO DE RECESIÓN
Una de las preocupaciones en Europa es que la inflación es muy baja, hasta el grado de hablar de deflación. “De presentarse en la zona euro, no sólo un escenario de recesión sino también en el caso de inflación, puede provocar que los precios sigan cayendo”, dijo Daniela Ruiz.
Esto generaría volatilidad en los mercados financieros por medio de los flujos de capitales de inversión y a su vez afectaría el tipo de cambio. Por otro lado, la debilidad económica en la Unión Europea podría contagiar a otras regiones y al precio de las materias primas.
Marta Ochman agregó que “cada vez hay más interpretaciones de que esto se debe a que existen políticas tan restrictivas que no permiten que los países salgan de la crisis. Entonces más que tercera recesión, podemos hablar del cuarto año de recesión que evidentemente tiene un impacto muy negativo en lo que es el ambiente en Europa”.
Los analistas y académicos afirman que el panorama actual no cambiará y la Unión Europea será uno de los socios más importantes junto con Estados Unidos y China en cuanto a la inversión extranjera directa, lo que hace de México una de las regiones más atractivas.
El riesgo principal es que no se ha logrado un crecimiento desde la crisis de 2008, lo que se llama de triple fondo y refleja la debilidad, que aunque comience a mostrar signos de recuperación, vuelve a caer.
Esto genera un círculo vicioso en donde los consumidores no realizan compras afectando el crecimiento y el empleo, limitando la recuperación y convirtiéndose en algo de muy largo plazo, como en el caso de Japón que lleva 20 años atrapado en esta situación.
“La única salida es por medio de la política fiscal sin embargo es algo complicado porque se tienen que realizar cambios políticos para lograr la unión fiscal”, dijo Daniela Zárate.
Luis Vallerino de Grupo Interacciones dijo que “es factible que llegue el 2015 y la economía Europea no se recupere, pero depende mucho de la actividad del Banco Central Europeo (BCE), que es factible que encuentre mecanismos para estimular la demanda y la inversión, minimizando el efecto de la recesión”.
La crisis “no sólo trascenderá el próximo año sino todavía para el 2016 se va a sentir el impacto y los países no se recuperaran tan rápidamente sobre todo los más afectados como es en el caso de Italia o Grecia” dijo la Marta Ochman.
“A nivel macro puede tener un impacto positivo, sin embargo crea polos aislados respecto al desarrollo, que finalmente no es endógeno sino a través de las empresas extranjeras, independientemente que en la zona europea haya una crisis muy fuerte. Aunque esto significa que no crecería el volumen de intercambio”, concluyó la académica.
