Ciudad de México, 9 de noviembre (SinEmbargo).– Desde hace más de diez años, los oceanólogos estudian el nivel de contaminación de los mares examinando la cantidad de pájaros muertos y los hallazgos no son muy esperanzadores. Las bolsas de plástico son culpables de gran parte de la polución de los mares y también de la muerte de gran cantidad de animales que viven en él o forman parte indirecta de los ecosistemas marinos. Ahora, la Comisión Europea planea poner freno a la contaminación de los océanos por medio de una reducción drástica del uso de bolsas plásticas.
Cada vez se encuentran más partículas de plástico en los cadáveres de peces y pájaros. “El problema es tan grande que ya no se lo puede dimensionar correctamente”, dice Benjamin Bongardt, de la Asociación Alemana de Protección de la Naturaleza (NABU, por sus siglas en alemán). Las cifras no mienten y actualmente se detectan 31 partículas de plástico en el aparato digestivo de la mayoría de los animales que son arrastrados hacia las costas por las corrientes.
Sin embargo, esta tendencia no parece frenar, por el contrario, va en aumento.
Los científicos llevaron a cabo cálculos basados en el plástico tragado por estos animales, según los cuales se encontró que en un kilómetro cuadrado de superficie marina flotan cerca de 18 mil partículas de este material en todas sus variedades, las cuales van desde partículas ínfimas hasta bolsas de plástico enteras, publicó el servicio de radiodifusión internacional Deutsche Welle.
Hasta ahora nadie puede decir con exactitud cuánto plástico flota en los océanos del mundo. Solo se sabe que es mucho más de lo que la naturaleza puede soportar, y lo pero es que muchas variedades de este material no se descomponen sino hasta después de 450 años, afirma Bongardt.
Sin embargo, a pesar de que el mayor impacto ambiental de las bolsas de plástico ocurre en el océano, es en tierra firme de donde proviene la mayoría. “Un 80 por ciento de las bolsas de plástico no proviene del mar, es decir, que éstas no son tiradas por la borda de los barcos, sino abandonadas en las playas por turistas y habitantes de las costas. O viajan través de los ríos y son transportadas por el viento”, agrega el experto.
Por tal motivo, la Comisión Europea planea ahora poner freno a la contaminación de los océanos por medio de una reducción drástica del uso de bolsas plásticas, sobre todo tomando en cuenta que en el Viejo Continente se emplean anualmente más de 100 mil millones de bolsas de este material, según dio a conocer Janez Potocnik, comisario europeo de Medio Ambiente, quien esta semana presentó un proyecto para modificar las normas de empaquetado de productos en la Unión Europea, según el cual los países miembros se comprometerían a reducir el consumo de bolsas plásticas.
No obstante, la propuesta de Potocnik aún debe ser aprobada por el Parlamento Europeo y por el Consejo de Ministros de la UE, en donde están representados los gobiernos de los países miembros, los cuales tienen ciertas reservas al respecto.
El recelo principal, sobre todo en aquellos países con un alto uso de bolsas plásticas, radica en que consideran que una prohibición se toparía con el el rechazo de la población. Por otra parte en las naciones con una fuerte industria del plástico, como Alemania y Francia, ésta podría ejercer presión para hacer fracasar el proyecto de ley.
Sin embargo, otro problema también es que la utilización de las bolsas de plástico es muy diferente en cada país de la UE, razón por la que la comisario de Medio Ambiente de la UE propone dejar a criterio de cada país los métodos a poner en práctica para reducir el consumo de plástico, incluso dejando de lado las reglas del mercado interno europeo.