El amor de Guillermo del Toro por la fantasía comenzó desde pequeño, cuando lo único que quería hacer era “dibujar, modelar figuras monstruosas con plastilina y grabar videos”. Su primer filmación la hizo a los 13 años de edad para un proyecto escolar.
Por Pilar del Castillo
Ciudad de México, 9 de octubre (La Opinión).- El famoso cineasta Guillermo del Toro es uno de los mayores referentes del cine de fantasía en Hollywood; además, es orgullosamente mexicano, y este 9 de octubre se encuentra de manteles largos ya que celebra su cumpleaños número 57.
A través de Twitter fans, colegas y artistas han conmemorado el cumpleaños del cineasta de origen mexicano, compartiendo fotos acompañadas de mensajes conmovedores con el respeto y la admiración que el mundo tiene para Del Toro.
Desde muy pequeño, el oriundo de Guadalajara, Jalisco fue un niño con una imaginación que lo hizo capaz de idear mundos y personajes fantásticos que después de muchos años han visto la luz del día a través del cine. Sin embargo, el camino hacia la cima del éxito no ha sido fácil y Del Toro se ha encargado de motivar a las nuevas generaciones narrando su experiencia y haciendo hincapié en que el talento no es suficiente, y hay que sumar a él el esfuerzo y la dedicación.
El amor de Guillermo del Toro por la fantasía comenzó desde pequeño, cuando lo único que quería hacer era “dibujar, modelar figuras monstruosas con plastilina y grabar videos”. Su pasión lo acompañó hasta que finalmente, a los 13 años hizo su primera filmación en la escuela secundaria donde estudiaba, el Instituto Ciencias de Guadalajara.
Desde allí, el famoso de 57 años comenzó a experimentar no solo en el ámbito técnico, sino creativo. Sería esto lo que logró que pudiera dirigir un gran número de películas, desde adaptaciones de cómics (Hellboy y Blade II), hasta películas de terror y fantasía de su autoría (El laberinto del Fauno y La Forma del Agua).
Luego de varios años del cariño y reconocimiento del público, Guillermo del Toro finalmente tuvo su recompensa, ya que una de las historias que creó en su cabeza lo llevó a coronarse como Mejor Director en la ceremonia los Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos por su película La forma del agua en el 2018.
No obstante, de acuerdo a las palabras del cineasta, la fama no es la motivación detrás de sus películas ni mucho menos de su proceso creativo: “Nunca he hecho una película para ganar un Oscar, ser nominado o lograr un éxito de taquilla. Siempre hago las películas que quiero hacer por las razones que quiera hacerlas”, dijo en entrevista con la BBC hace unos años.