La OCDE explicó que en la mayoría de países las mujeres son mayoría en trabajos relacionados con la salud y el bienestar y están poco representadas en el sector científico, tecnológico o matemático.
París, Francia, 9 de septiembre (EFE).- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) solicitó este martes a los gobiernos que la educación sea una inversión prioritaria pese al impacto económico de la pandemia para que la crisis actual no acentúe las desigualdades.
Su informe sobre el panorama educativo en 2020, difundido hoy, destaca que los países de la OCDE destinaron de media el 4.9 por ciento de su producto interior bruto (PIB) en 2017 a las instituciones educativas, desde primaria hasta el nivel superior.
Ese porcentaje superó el 6 por ciento en Noruega, Nueva Zelanda, Chile o Israel, rozó el 4 por ciento en España o México y tuvo su nivel más bajo, de poco más del 3 por ciento, en Luxemburgo, Lituania o Irlanda.
“El refuerzo de los sistemas educativos debe estar en el centro de los planes de los gobiernos para salir de esta crisis y dotar a los jóvenes de las competencias y cualificaciones que necesitan para tener éxito”, apuntó el Secretario General del organismo, el mexicano Ángel Gurría.
En concreto la agencia, con sede en París, recalcó que deben duplicarse los esfuerzos para que la formación profesional sea más atractiva para los jóvenes.
Reforzar sus vínculos con el sector privado y facilitar el paso a estudios superiores son dos de los consejos facilitados para impulsar esos estudios, de los que se destaca que sus alumnos ganan de media un 34 por ciento menos que quienes optan por una educación superior.
LA EDUCACIÓN COMO UNA PROTECCIÓN CONTRA EL DESEMPLEO
La OCDE recalcó que la educación secundaria superior es una buena protección contra el desempleo: de media, el 62 por ciento de los jóvenes de 25 a 34 años sin ese tipo de diploma tienen trabajo, frente al 78 por ciento que sí.
Los estudios superiores también parecen asegurar mayores salarios pues los trabajadores a tiempo completo con educación secundaria superior ganan de media un 23 por ciento más que los que no han seguido estudiando y quienes llegan a la terciaria reciben un 54 por ciento más que los de la secundaria superior.
Su informe destaca que la educación de los jóvenes adultos de la actualidad es mayor a la de hace una década. En la OCDE, el porcentaje de jóvenes sin educación secundaria superior ha pasado del 20 por ciento en 2009 al 15 por ciento en 2019.
La organización precisa que el porcentaje de chicas con educación terciaria (51 por ciento) es superior al de chicos (39 por ciento) y que la diferencia se ha ampliado en la última década.
En la mayoría de países las mujeres son mayoría en trabajos relacionados con la salud y el bienestar y están poco representadas en el sector científico, tecnológico o matemático.
Según sus datos, entre los países de la OCDE hay un 14 por ciento de personas de 18 a 24 años que ni estudian ni trabaja, un porcentaje que se eleva a “al menos el 20 por ciento” en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Grecia o México.
La OCDE añadió que la crisis suscita interrogantes en cuanto al valor de los establecimientos de enseñanza superior, cuyos cursos han pasado a estar disponibles mayoritariamente solo de forma digital.
Esto puede afectar además al número de estudiantes que deciden estudiar en el extranjero, lo que a su vez podría repercutir en los principales servicios educativos que proponen las universidades, el apoyo financiero que ofrecen a los estudiantes nacionales y a sus actividades de investigación.