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Melvin Cantarell Gamboa

09/08/2023 - 12:05 am

¿Pueblo sin atributos?

La pasión, estridencia y agresividad con que los conservadores atacan a la Cuarta Transformación (a López Obrador en concreto), y devoran con crueldad y maledicencia a los chairos, a los pobres y a todos aquellos que consideran sus enemigos, explica su imposibilidad para alcanzar claridad acerca del contexto político y evidencia su impotencia política.

Conferencia del Frente Amplio por México.
"Afirmo esto porque el estilo fanático que Frena, Va por México y el Frente Amplio Opositor han introducido en su propaganda política sólo manifiesta intransigencia, pasión inspirada en intereses, al uso de la violencia y la fuerza bruta para alcanzar fines privados y de clase". Foto: Mario Jasso, Cuartoscuro

Al Dr. Christian Prieto de la Torre 

en agradecimiento.

“Cuando un pueblo desconoce el sentido de la política lo fútil se convierte en necesario y se aleja de la cosa púbica” 

José Ortega y Gasset.

“Cuando el pueblo se guía por sí mismo y no por líderes o partidos políticos su fuerza es terrible y va siempre hasta sus últimas consecuencias”

Montesquieu.

Estoy de regreso después de una cirugía; he pasado casi dos meses en recuperación, tiempo durante el que seguí el acontecer nacional, principalmente en lo concerniente a la política del momento; percibí en los acontecimientos muchas tonterías y necedades que nos quieren hacer tragar información sobre cosas que pudieran ser pasajeras si no provocaran tanto daño. En este escrito voy a explicar con argumentos mis razones por las que el ciudadano no deba concederles veracidad, pues no sólo destruyen el poder del pueblo, sino que por su infamia jamás podrán constituir un proyecto común con la fuerza suficiente para resolver los grandes problemas nacionales; por el contrario, niegan a la colectividad toda posibilidad de conseguir por la vía democrática mayores beneficios para el cuerpo social. En términos absolutos, la democracia no quiere el rebaño, quiere crear y asegurar la independencia de pensamiento del mayor número posible de ciudadanos en sus opiniones, en la forma de conducirse políticamente, en la toma de decisiones y en el sentido de su sufragio. 

El examen de estos mensajes confirma lo que he dicho en artículos anteriores nos están mintiendo y engañando para confundir intencionalmente nuestra mente e inducir nuestra voluntad en favor de fines adversos a los intereses de la comunidad.

Pude observar que quienes tienen a su cargo la tarea de materializar y consumar esta obra son profesionales de la mentira y el engaño, traidores al futuro del país, simuladores que buscan sólo la complicidad social para que la derecha tenga la oportunidad de recuperar el poder y sus privilegios; también, de esta manera, contener la obra transformadora que limita su avaricia y ambiciones. 

¿Quiénes son ellos? El país entero los conoce: grupos y partidos de derecha, intelectuales orgánicos, (magníficos para inventar mitos y fantasías, pero pésimos analistas de la realidad, porque la desconocen a causa de su falta de contacto directo con ella), periodistas tramoyistas especialistas en montar escenarios teatrales fingidos, simulados e inventados a través de narrativas ficticias o fábulas imaginadas según el momento, lugar y circunstancia, pero alejadas de la concreción que exige una batalla política sin trampas; destacan también algunos miembros de la burguesía y de la clase media, ambivalentes, cortesanos de origen, especialistas en embustes, pero ineptos para reflexionar sobre el papel que corresponde jugar a su clase, que no sea la de servir a sus amos; en los hechos se caracterizan por expresarse mediante provocaciones, bravuconadas, insolencias, fanfarronadas y otras representaciones propias del arte dramático en el que está ausente la presencia de lo real; seducidos por la “chequera” de los dueños de “Va X México” defienden intereses y renuncian a distinguir entre ilusiones y realidad con el propósito de velar a la ciudadanía la existencia de una realidad material diferente de la que promueven y así evitar que el pueblo llegue por sí mismo a su necesario empírico despertar, a ver lo que realmente sucede frente a sus ojos y reencausar su visión hacia lo importante, de distinguir y diferenciar entre idea y realidad y a comprender el lugar que ocupan en el espectro social y saber, por lo menos, por qué se inclinan por posiciones de derecha o izquierda en el actual contexto político. 

La pasión, estridencia y agresividad con que los conservadores atacan a la Cuarta Transformación (a López Obrador en concreto), y devoran con crueldad y maledicencia a los chairos, a los pobres y a todos aquellos que consideran sus enemigos, explica su imposibilidad para alcanzar claridad acerca del contexto político y evidencia su impotencia política.

Afirmo esto porque el estilo fanático que Frena, Va por México y el Frente Amplio Opositor han introducido en su propaganda política sólo manifiesta intransigencia, pasión inspirada en intereses, al uso de la violencia y la fuerza bruta para alcanzar fines privados y de clase; lo que sus voceros dicen y sus agentes hacen linda en lo irracional y no mejora nada, no orienta, no educa políticamente, ni a futuro mejorará la vida colectiva y, respecto a sus seguidores, como dice Nietzsche: “son piezas de un rebaño, no tienen ojos para ver la verdad, la endeblez de sus creencias e ideología; son ciegos que se hermanan en la estupidez y consiguen la victoria de esta; así, construyen su propia desgracia” (Humano demasiado humano).

Sirva este largo preámbulo de introducción al tema que quiero abordar con la pregunta que da título a esta columna. “¿Pueblo sin atributos?”. La propaganda y la publicidad que la derecha despliega en la actual coyuntura es en esencia y naturaleza puro y simple marketing, es decir, es una cadena de opiniones y puntos de vista coincidentes para captar interés hacia sus precandidatos a partir de percepciones del ambiente político que hagan del enemigo un monstruo abominable, brutal y cruel. 

Desafortunadamente, en todas las épocas y desde que existen las sociedades divididas en clases ha habido relaciones humanas en que una minoría controla a multitudes y estigmatiza a quienes no obedecen sus mandatos; la diferencia del presente con el pasado es que antes se utilizaba el látigo y el castigo corporal, hoy estos instrumentos han sido substituidos por la masiva propaganda que la derecha difunde día y noche en medios y redes sociales para sumar incondicionales; lo execrable es que esta forma de proceder nos niega como pueblo atributos esenciales a los seres humanos como: inteligencia, razón, reflexión, entendimiento, comprensión, discernimiento y capacidad para decidir por nosotros mismos; como si careciéramos de cualidades existenciales y espirituales. Al bombardearnos con su estulticia, estolidez y sarta de tonterías, en rigor, quieren imponernos su voluntad; se nos trata como masa incapaz de pensar a la que es posible mover y manejar a capricho.

La lógica que la derecha ha introducido en la política preelectoral con su estilo fanático se fundamenta en dos deseos: la multiplicación de seguidores incondicionales sin que se planteen preguntas y la obsesión paranoica de volver al poder a cualquier precio; no debemos perder de vista que la paranoia, en sentido literal es una enfermedad de poder, cuyo análisis permite descubrir la verdadera naturaleza de quien lo pretende y que la solución del enigma hace posible anular sus pulsiones.

Para alcanzar lucidez sobre el asunto hay que empezar por observar el frenesí de la propaganda, cuyos excesos hacen desaparecer toda verdad, lo grave de ese decir de las cosas radica en pretender pasar mentiras, patrañas, embustes y engañifas por libertad de opinión, saben que están falseando los acontecimientos, pero confían que al obligarnos a percibir la realidad sólo a través de sus mensajes nos estimularán lo suficiente para no fijar nuestra mirada en las cosas reales, sino desviarla hacia la sobreabundancia de noticias, pues de esta manera el entendimiento abandona toda comprensión del contexto, que una gran cantidad de información produce caos en el sistema cognitivo al grado de inducirnos a operar en contra de nosotros mismos o de nuestros intereses. Saben que consumir más información no genera conocimientos, no crea significados ni contextos para apropiarnos el mundo, pues vela nuestra capacidad neuronal y, en consecuencia, nos niega el acceso a lo real; cancelando de esta manera toda posibilidad de que la competencia democrática se centre en la resolución de problemas, hacia donde debieran dirigirse los intereses propios de una sociedad compleja, tolerante, abierta, donde los ciudadanos sean libres y autónomos a la hora de tomar decisiones. La derecha aun cree, como escribió el filósofo alemán Herman G. Keyserling que “los pueblos pobres (como el nuestro) carecen de espíritu concentrado y crítico; son espiritualmente pasivos e infinitamente sugestionables por debilidad fisiológica y moral al mismo tiempo” (Diario de viaje de un filósofo); naturalmente Keyserling, como la derecha creía que los ciudadanos, para cumplir con su responsabilidad política requiere de la orientación intelectual de los que saben y nosotros, a la “inteligencia” de  derecha, le damos la impresión de ser políticamente irreflexivos, sin plan ninguno, que nos dejamos llevar y obedecemos a cambio de obtener pequeños objetivos, es decir, se nos dan cuentas de vidrio por rico metal que en este momento vale un voto.  

Para concluir les comparto el siguiente estudio:

biobiochile.cl/noticias/2012/02/10/estudio-50-anos-afirma-que-los-izquierdistas-son-mas-inteligentes-que-los-derechistas.shtml

“Con datos recopilados durante 50 años un estudio canadiense afirma que las personas con visiones políticas de derecha tienden a ser menos inteligentes que las de izquierda. Al mismo tiempo, advierte que los niños de menos inteligencia, tienden a desarrollar pensamientos racistas y homofobias en su adultez.

La investigación fue llevada a cabo por académicos de la Universidad de Brock en Ontario y para realizarlo cruzaron la información de más de 15 mil personas, comparando sus niveles de inteligencia detectada en su niñez con sus pensamientos políticos ya de adultos.

Los datos analizados se encuentran en dos estudios realizados en el Reino Unido entre 1958 y 1970. En ellos se midió la inteligencia de niños y niñas entre los 10 y 11 años. Luego se hizo seguimiento para conocer sus posturas políticas al cumplir 33 años de edad (2008 y 2009).

Según las conclusiones del equipo, las personas con niveles inferiores de inteligencia gravitan en torno a pensamientos de derecha porque les hace sentir más seguros, descartando que tengan relación con su nivel educacional; recoge el diario británico Daily News:

Las habilidades cognitivas al formarse impresiones de otras personas y ser abierto de mente. Los individuos con habilidades cognitivas inferiores gravitan hacia ideologías conservadoras de derecha que mantienen las cosas como están porque les provee una sensación de orden, afirman en el Journal of Psychological Science.

Las ideologías conservadoras representan un vínculo critico a través del cual la inteligencia en la niñez puede predecir el racismo de los adultos. En términos psicológicos, la relación entre inteligencia y prejuicios puede derivar cuan propensos son los individuos con bajas capacidades cognitivas a respaldar con más fuerza ideologías conservadoras de derecha, debido a que ofrecen una sensación de estabilidad y orden”  

Melvin Cantarell Gamboa
Nació en Campeche, Campeche, en 1940. Estudió Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es excatedrático universitario (Universidad Iberoamericana y Universidad Autónoma de Sinaloa). También es autor de dos textos sobre Ética. Es exdirector de Programas de Radio y TV. Actualmente radica en Mazatlán, Sinaloa.

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