Gustavo Sosa Núñez
09/08/2020 - 12:02 am
Cambio climático y la Agenda 2030 (Parte 1)
La Agenda 2030 considera al cambio climático como uno de los mayores retos que la comunidad internacional enfrenta actualmente. El Objetivo de Desarrollo Sostenible núm. 13 (ODS 13) ha sido especialmente diseñado para ello, y se relaciona con otro foro: la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). La complementariedad de ambos […]
La Agenda 2030 considera al cambio climático como uno de los mayores retos que la comunidad internacional enfrenta actualmente. El Objetivo de Desarrollo Sostenible núm. 13 (ODS 13) ha sido especialmente diseñado para ello, y se relaciona con otro foro: la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). La complementariedad de ambos foros y el discurso de los gobiernos nacionales sugieren la formulación de políticas, instrumentos e instituciones según sean necesarios para alcanzar los objetivos que cada país ha propuesto para contribuir a la mitigación y la adaptación al cambio climático.
Las metas del ODS 13 apuntan meramente al proceso de formulación de políticas sobre el cambio climático, y la vaguedad con la que se presentan no refleja la inquietud que sobre el tema tiene la comunidad internacional, y que dejó constancia en la Resolución que dio origen a la Agenda 2030.
Aun con esto, el cambio climático es un tema transversal a toda política pública, y el desarrollo de cualquier estrategia de mitigación y adaptación debe considerar dicha característica. Esta situación se replica con los ODS de la Agenda 2030. Tal es el caso del ODS 2, relacionado con poner fin al hambre y lograr la seguridad alimentaria, y en el que se reconoce la importancia de adaptar los sistemas de producción de alimentos al cambio climático y diversos fenómenos meteorológicos extremos (Meta 2.4). De igual forma, el cambio climático aparece como variable a contemplar para la consecución del ODS 11 –lograr ciudades y asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles– en el que se señala la importancia de adoptar e implementar políticas de mitigación y adaptación, así como de resiliencia ante desastres (Meta 11.b).
Estos casos consideran explícitamente al cambio climático, pero hay otros ODS que también tienen relación implícita con el tema. El éxito del combate a la pobreza –contemplado en el ODS 1– y la mejora en las condiciones económicas y sociales de la gente de escasos recursos pasa por el acceso a recursos naturales (Meta 1.4), cuyo deterioro es inminente de seguir los patrones actuales de producción y consumo, relacionados al ODS 12 (Meta 12.2). El fomento a la resiliencia de los pobres y vulnerables, así como la reducción a su exposición a fenómenos extremos relacionados con el clima, también está contemplado como meta del ODS 1 (Meta 1.5).
Para poner fin al hambre y lograr la seguridad alimentaria –como lo plantea el ODS 2– se busca duplicar la productividad agrícola y los ingresos de agricultores, ganaderos y pescadores en pequeña escala (Meta 2.3). Esto será posible en tanto la modificación del clima y el incremento en la frecuencia de eventos meteorológicos extremos no ocasionen estragos severos. Mientras tanto, se propone aplicar prácticas agrícolas resilientes (Meta 2.4) como medida de adaptación.
Respecto a la salud –referida en el ODS 3–, se busca reducir la mortalidad y morbilidad ocasionadas por la polución del aire, agua y suelo. Si bien esta meta no indica si las acciones a realizar deben ser preventivas (reducir la citada contaminación) o reactivas (acceso a medicamentos y servicios médicos, por citar ejemplos), la realización de las primeras podría abonar a ralentizar el desgaste del medioambiente y, por ende, del cambio climático. Otra meta del ODS 3 que se relaciona con este tema es la correspondiente al apoyo de actividades de investigación y desarrollo de vacunas y medicamentos (Meta 3.b). Ya se ha documentado el descongelamiento en el Ártico de virus y bacterias previamente desconocidos para la comunidad científica, lo que debe inferir una postura precautoria de la comunidad internacional ante un escenario futuro de afectación a la salud humana.
Por su parte, el ODS 4 –acceso a la educación– incluye la Meta 4.7, que busca que estudiantes adquieran conocimientos para promover el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles. Este planteamiento está intrínsecamente ligado a la Meta 12.8, que busca que todo el mundo cuente con información y los conocimientos pertinentes para vivir en armonía con la naturaleza. A su vez, ambos se relacionan con el ODS 13, pues cualquier consideración por la sostenibilidad debe contemplar el cambio climático como variable independiente. La Meta 13.3 hace referencia a la importancia de mejorar la educación sobre la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana.
En cuanto al ODS 5 –igualdad de género–, el acceso de las mujeres a la propiedad y el control de los recursos naturales, como lo propone la Meta 5.a, es de suma importancia para diversificar acciones de mitigación y adaptación al cambio climático. De igual forma, el ODS 9 –infraestructura resiliente e industrialización sostenible– promueve el uso de recursos con mayor eficacia y procesos industriales ambientalmente racionales (Meta 9.4).
Las metas de otros ODS también están relacionadas con el cambio climático, y en la próxima contribución del suscrito en el mes que entra se explicará al respecto.
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