México

La amenaza del "cristal"

Tratamientos por uso de metanfetamina en México suben 218% en 7 años, alerta reporte

09/07/2023 - 10:30 pm

En ocho años, las metanfetaminas pasaron de ser consumidas sobre todo en el noroeste del país a extenderse a 21 entidades en todo el territorio nacional, siendo la principal causa por la cual las personas en México reciben tratamientos, de acuerdo con un informe.

Ciudad de México, 9 de julio (SinEmbargo).– El consumo de metanfetamina, un estimulante poderoso y sumamente adictivo, ha crecido con fuerza en México en la última década, y los tratamientos contra este tipo de droga han superado ya en el país a los del alcohol. Además, ya circula por una mayoría de entidades a lo largo del país, más allá de la frontera norte, donde antes se concentraba.

“La vertiginosa expansión de los mercados de la metanfetamina se puede observar, por ejemplo, en México, donde el número de tratamientos iniciados a causa de esa droga ha superado a los debidos al alcohol y donde el número de personas que se sometieron a tratamiento por trastornos por consumo de metanfetamina se incrementó en un 218 por ciento entre 2013 y 2020”, señala el Informe Mundial sobre las Drogas 2022 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), publicado a finales de junio.

En otra parte del reporte, se señala que los análisis de aguas residuales también muestran “que el uso de metanfetamina en México puede ir más allá de las áreas cercanas a la frontera con los Estados Unidos, donde muchos estudios han documentado el uso entre jóvenes, trabajadoras sexuales, deportados”.

“Sin embargo, queda la advertencia de que los niveles elevados de metanfetamina en las aguas residuales también pueden estar relacionados con el vertido de desechos de la fabricación local”, completa el documento.

A nivel mundial, la UNODC precisó que el tráfico de metanfetamina continúa expandiéndose geográficamente, pues 117 países informaron sobre incautaciones entre 2016 y 2020, frente a 84 que lo hicieron entre 2006 y 2010. Por su parte, las cantidades decomisadas se quintuplicaron entre 2010 y 2020.

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El 27 de junio pasado, durante la conferencia matutina diaria del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, señaló que “los estimulantes tipo anfetamina son la droga de impacto más prevalente en México”, ya que más del 46 por ciento de las personas que “son atendidas por adicciones tienen como droga de impacto las metanfetaminas, seguidas del alcohol, seguidas de marihuana”.

De acuerdo con datos del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones 2023, que coordina la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), en 2022 las anfetaminas, metanfetaminas, éxtasis o estimulantes de uso médico fueron las sustancias de mayor demanda de tratamiento, con 46.2 por ciento de los casos, seguidos del alcohol, 24.6 por ciento, y marihuana o cannabis, 13.3 por ciento.

En dos terceras partes de los estados de la república se presentan patrones similares de demanda de atención por tipo de sustancia. En el sur es por alcohol, cannabis y cocaína; en el noroccidente prevalecen las metanfetaminas, el alcohol y cannabis o marihuana; en Baja California y Sonora destaca la presencia de opioides.

“Y, como se puede ver, el problema de salud pública tiene que ver con los efectos químicos, los efectos farmacológicos de este producto, pero también con los determinantes sociales que hemos estado comentando a lo largo de todas estas sesiones que tienen que ver con la exclusión, la falta de oportunidades que tiene, sobre todo la juventud, para tener un ambiente saludable en todos los aspectos de su vida: en lo emocional, en lo físico, en lo social, en su inclusión educativa, laboral, etcétera”, añadió el funcionario.

Los principales tratamientos en los estados de la república refieren al uso de metanfetaminas. Foto: Captura de pantalla

La metanfetamina, recuerda los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, se distingue de la anfetamina en que, a dosis comparables, las cantidades de metanfetamina que llegan al cerebro son mucho mayores, por lo que es un estimulante más potente.

De acuerdo con López-Gatell, en México ha habido una propagación geográfica del uso y abuso y adicción a los estimulantes tipo anfetamina.

“Es de destacar que en 2013 solamente seis entidades federativas en la región noroccidente tenían registros de personas atendidas por adicción a este producto. Pero, después, los estimulantes tipo anfetaminas se fueron propagando y hoy 21 entidades federativas tienen registros de personas atendidas por adicción a este producto. Es notorio el patrón de propagación desde el noreste por la relación con Estados Unidos, en donde este producto también es traficado, vendido, impulsado y consumido de manera muy, muy, muy extensa”, señaló.

Originalmente este tipo de productos fueron desarrollados con algunas indicaciones como broncodilatadores o para disminuir el apetito, pero en México no tienen ningún uso medido legal: son todas ellas ilegales. “Esta droga, además, tiene un efecto químico de muy corta duración, los efectos suben rápidamente y después bajan dramáticamente, y esto hace, además, que sean dosis repetidas, repetidas”, explicó López-Gatell.

UN MERCADO GIGANTE QUE POTENCIA CÁRTELES

El informe de la UNODC recuerda que históricamente, la producción y el tráfico de drogas han mantenido una relación directa con la violencia mortal en México y en Centroamérica, donde el comercio de drogas y los enfrentamientos entre distintos grupos delictivos organizados contribuyen a que las tasas de homicidio de esos países figuren entre las más altas del mundo, comparables a las de los países afectados por conflictos.

El consumo de metanfetamina se ha corrido también desde EU a México, aunque no en los mismos niveles. Foto: MIchel Balam, Cuartoscuro

“Los datos parecen indicar que una gran parte de los homicidios están vinculados a organizaciones muy conocidas que existen desde hace decenios y que pueden clasificarse en dos grandes categorías: grupos delictivos organizados y pandillas callejeras. Alrededor del 30 por ciento de los homicidios registrados en El Salvador y Honduras están relacionados con la delincuencia organizada o las pandillas, mientras que, según los análisis, en México esa proporción se sitúa entre el 40 y el 70 por ciento”, detalla.

“Tanto los cárteles mexicanos como las maras centroamericanas utilizan la violencia para llevar a cabo sus negocios delictivos, en los que las drogas son un elemento central. No obstante, el comercio de drogas como tal precede a cualquiera de las organizaciones que actualmente están en activo”, agregó.

Y es que, de acuerdo con un análisis de InsightCrime, publicado en mayo pasado, las metanfetaminas constituyen el mayor segmento de la industria global de drogas sintéticas y son el estimulante de mayor consumo en Estados Unidos, superando por mucho el consumo de cocaína. También financian a las organizaciones criminales en México, responsables de la violencia generalizada y la corrupción, pues usan sus recursos para debilitar la democracia y el Estado de derecho en toda la región.

¿Qué tan grande es este mercado y el de los precursores que lo alimentan? De acuerdo con el cálculo del medio especializado, las redes criminales mexicanas producen entre 291.16 y 434.4 toneladas de metanfetamina en el país en un año, que abastecen sobre todo al consumo estadounidense, el cual sería de unas 351 toneladas para 2022, consumida por casi 3 millones de personas.

Sin embargo, la producción cada vez más grande –ante cada vez más demanda– ha causado también otros problemas en México, además de la violencia y la inseguridad, más relacionados con el consumo. En enero, una investigación de Los Angeles Times y la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) reveló que existen farmacias de varias ciudades del noroeste de México que venden medicamentos falsos mezclados con drogas letales como metanfetamina y fentanilo, lo que indica que la expansión del mercado de drogas sintéticas está poniendo en riesgo a clientes desprevenidos.

Los investigadores hallaron que las píldoras falsificadas se comercializan como sustancias de venta controlada como Oxicodona, Percocet o Adderall, de habitual consumo en EU, en el 27 por ciento de 40 farmacias visitadas. “Estas píldoras falsificadas representan un grave riesgo de sobredosis para los consumidores, quienes creen que están obteniendo una cantidad conocida de un medicamento más débil”, advirtió en su momento Chelsea Shover, profesora asistente y residente de Medicina en la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA.

“Las píldoras falsificadas se anuncian fácilmente en las redes sociales y se pueden comprar en farmacias pequeñas que no pertenecen a cadenas en México a lo largo de la frontera y en áreas turísticas”, alertó el Departamento de Estado en marzo. The Associated Press informó por su parte que había también “evidencia anecdótica” de que ciudades como Playa del Carmen y Tulum, enclaves turísticos, también sufrían del mismo problema.

UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA

Aunque el enfoque de seguridad continúa para los delitos, el tema de la drogadicción se ha enfocado en el actual Gobierno desde el sentido social. Foto: Cuartoscuro

El pasado 26 de junio, el titular de la Conasama de la Secretaría de Salud federal, Juan Manuel Quijada Gaytán, aseguró que el Gobierno de México trabaja con base en una nueva visión de no criminalizar a las personas usuarias de sustancias psicoactivas, y deslindar las violencias de los consumos para avanzar en la disminución desde la familia, la comunidad y la sociedad.

Quijada Gaytán puntualizó que los programas y acciones van encaminados a todos los grupos de edad para eliminar el miedo que sienten las personas usuarias de sustancias psicoactivas a pedir ayuda, disminuir la discriminación y el estigma hacia ellas.

Lo mismo indicó López-Gatell hace un par de semanas en la conferencia matutina de López Obrador. “Para este Gobierno, el problema de la adicción es un problema de salud pública y, aunque es indispensable una actividad de las fuerzas de seguridad para combatir el componente del delito, que es la oferta de drogas, el componente de demanda de drogas por parte de las personas adictas, personas que viven en adicción, no es un asunto criminal, es un asunto de salud pública y de salud social”, aseveró.

El funcionario promovió la Estrategia Nacional de Prevención de Adicciones Juntos por la Paz, presentada en julio de 2019, y presumió que ya hay casi 35 millones de personas “que han tenido alcance”. Según Conasama, en el contexto de las acciones de los centros comunitarios, se han realizado 2.1 millones de detecciones oportunas de riesgo psicosocial en adolescentes y brindado tratamiento a 305 mil personas. También presumió la conversión de 341 centros de atención primaria en adicciones hacia Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones, una gran red que, junto con hospitales generales y clínicas, ofrecen tratamiento universal, gratuito, así como servicios de prevención y orientación.

EL CONSUMO DE OPIOIDES

El consumo de opioides no ha generado alarma aún entre autoridades y la ONU. Imagen ilustrativa. Foto: Sedena vía Cuartoscuro.

De acuerdo con el informe de la UNODC, en México actualmente “los opioides no son las drogas que más se consumen”. Según los datos más recientes de que se dispone con respecto a la población general del país, en 2016 el 0.1 por ciento de los habitantes de 12 a 65 años declararon haber consumido heroína en el año anterior.

Pero, a pesar de que la droga que más se consumió por inyección en México en 2020 fue la heroína, seguida del opio acetilado, “los opioides no son las sustancias que más motivan a las personas a someterse a un tratamiento”.

“Sin embargo, se ha documentado una prevalencia relativamente alta del consumo de heroína cerca de la frontera norte de México con los Estados Unidos. En esa región, el consumo de heroína se ha asociado a las desventajas económicas, el trabajo sexual, los desplazamientos internos y la presencia de rutas de tráfico de drogas”, indicó el reporte.

A su vez, la UNODC aclara que se ha observado una prevalencia del consumo “especialmente elevada en las personas deportadas de los Estados Unidos”. “En México existen otros factores de riesgo que pueden contribuir al aumento del consumo de opioides en el futuro, como la producción y el tráfico de heroína, los traumas relacionados con la deportación y el cambio de las prácticas de prescripción de opioides. Además, al igual que en otros países de América del Norte, se ha documentado la presencia de heroína mezclada con fentanilo cerca de la frontera” con EU, concluye.

Conasama señaló por su parte en su reporte de junio que en cuanto a drogas emergentes como fentanilo, desde 2018 se ha constatado un crecimiento; los principales focos de consumo se encuentran en las ciudades fronterizas de Mexicali y Tijuana, Baja California; Ciudad Juárez, Chihuahua, y San Luis Río Colorado, Sonora.

Manuel Gonzalez
Ciudad de México | 1993. Estudió periodismo. Actualmente trabaja como Editor en la redacción de SinEmbargo MX. Antes, fue corresponsal para Infobae México, la Agencia Alemana de Prensa (dpa) y El País América. Tiene un blog (Apuntes en la ciudad), un newsletter (Apuntes subrayados) y un podcast (Al otro lado del sueño) personales.
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