Andrés Manuel López Obrador abrió un debate nacional al reiterar, tras su Victoria, su rechazo a ser custodiado por el Estado Mayor Presidencial, una institución especializada en proteger la seguridad del Ejecutivo mexicano, sea quien sea. Cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México (2000-2005), AMLO apostó por el Grupo de Gacelas “para que le abrieran el paso amablemente entre la gente”.
Ciudad de México, 9 de julio (La Opinión/SinEmbargo).- Cuenta Polimnia Romana, ex jefa de las Gacelas, un grupo de mujeres mexicanas que durante una década vigiló al futuro Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que cuando este andaba en una de sus giras de campaña se acercaban a él hombres armados que se deslizaban entre la multitud, sin que ellas se dieran cuenta y, de pronto… ¡ya estaban posando a su lado con la pistola en la cintura!
Jamás intentaron matarlo. Pero, antes, AMLO era sólo una promesa política sin el poder de Estado para meterse de lleno en contra de criminales, mas, una vez electo y, si quiere cumplir con su discurso de campaña, afectará a gente que querrá hacerle daño, observó Romana y así concluyó ante la prensa: “Sí debe contar con seguridad por la figura que representa“.
López Obrador abrió un debate nacional al reiterar, tras su Victoria, su rechazo a ser custodiado por el Estado Mayor Presidencial, una institución especializada en proteger la seguridad del Ejecutivo mexicano, sea quien sea.
Cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México (2000-2005), AMLO apostó por el Grupo de Gacelas “para que le abrieran el paso amablemente entre la gente”. En ninguna de sus tres campañas a la Presidencia de la República aceptó protección oficial.
En diversos discursos ha dicho que quiere dar una imagen de cercanía con la gente y austeridad, razones por la que se niega también a vivir en la Residencia Oficial de Los Pinos o a cambiar su automóvil por aparatosas camionetas símbolo de políticos tradicionales.
“El pueblo me cuidará”, “ustedes me cuidarán”, dijo a periodistas el pasado 3 de julio, cuando se reunió con el presidente Enrique Peña en medio de un atropellado itinerario sin vigilancia entre periodistas, curiosos y admiradores que se pelearon palmo a palmo un lugar cerca de él.
Poco después dijo que “analizará” la protección.
En las últimas horas, la plataforma pública Change.org abrió una petición para que “el gran hombre, el líder social que ama su país, acepte tener seguridad personal“, pero aún no ha sido firmada por más de 100 personas.
La ex ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Olga Sánchez Cordero, quien se perfila como secretaria de Gobernación, se dijo preocupada por el tema y contradijo a su jefe en entrevista televisiva
“Como presidente, el estatus jurídico, político y de gobierno debe tener obviamente un sistema de seguridad que lo proteja porque estamos hablando de que, en un momento determinado, lo que está en juego es la gobernabilidad, la estabilidad del Estado mexicano”.