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Peña y FCH gastaron millones en cursos de emociones, liderazgo, estrés y hasta de lectura rápida

09/06/2020 - 12:05 am

Durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto hubo dispendios en los viajes, comidas y fiestas dentro de las secretarías. En medio de todo eso, también se pagaron cursos que no precisamente tenían qué ver con los objetivos de éstas; un ejemplo: Presidencia pagó un curso de “inteligencia emocional”.

Ciudad de México, 9 de junio (SinEmbargo).- Son cientos. En las bases de datos Compranet y el Portal de Obligaciones de Transparencia (POT) están los cursos y talleres que se pagaron durante las administraciones de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018) que no tenían qué ver con las actividades de gobierno.

Se trata de sesiones con un costo que va de los 45 mil pesos a los 5 millones 900 mil pesos en los que los funcionarios recibieron cursos de desarrollo humano, liderazgo, imagen ejecutiva, manejo del estrés, inteligencia emocional en el ámbito laboral y familiar. Todo con cargo al erario.

SinEmbargo recabó una muestra de 45 cursos que pagaron la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Secretaría de Economía (SE), ProMéxico, Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Presidencia y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

En esos 45 talleres, que son solo una muestra, se gastaron 19 millones 234 mil 639 pesos, la mayoría de ellos fueron por Adjudicación Directa.

Uno de los cursos más recurrentes en las dependencias son los de “lectura rápida”, que cobraron popularidad entre los años 2009 y 2011, para poder leer mil palabras por minuto; aún hay un debate sobre si se trata de tácticas que funcionan o si son un fraude.

Ocurre lo mismo con las técnicas de “coaching”, que en teoría buscan transformar a las personas en la búsqueda de una superación. En este rubro entrarían los cursos inteligencia emocional, toma de decisiones, manejo de estrés, liderazgo, manejo de las emociones y control de emociones. Sin embargo, por todo eso se pagó.

Ahora, ¿quienes dieron los cursos? En la muestra, Prode S.A. de C.V. es la que más contratos tiene (cinco) y es por talleres que impartió a la SHCP en 2014 y 2015, cuando estaba a la cabeza Luis Videgaray. La empresa ofrece servicios de consultoría en Recursos Humanos.

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En las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña se pagaron por cursos y talleres que no tenían qué ver con las actividades de gobierno. Foto: Ariel Gutiérrez, Cuartoscuro.

Le siguen la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con tres contratos por talleres a la SRE y a la SHCP en 2010 y 2015, respectivamente; Sigse S.A. de C.V. con dos cursos de lectura rápida a la SRE; la Universidad La Salle con dos cursos de “lenguaje ciudadano” y “desarrollo de competencias” a Hacienda en 2010 y 2019 y Vidac S.A. de C.V. que dio cursos de “lectura veloz y desarrollo de la memoria” y “lectura rápida y comprensión” a esas dos secretarías en 2010 y 2013.

El más costoso se le asignó a Promotora y Organizadora de Eventos y Servicios S.A. de C.V. Fue por una capacitación en negocios internacionales para empleados de ProMéxico, oficina extinta ya de la administración pública. Se le pagaron 5 millones 900 mil pesos en 2009.

Promotora y Organizadora de Eventos y Servicios es una empresa que realiza eventos, caterigns, producción, diseños, impresiones y coberturas.

Le sigue el taller de “Comunicación, efectividad personal, productividad” que la Secretaría de Economía pagó a Eduexperts S. de R.L. de C.V. 2 millones 227 mil 200 pesos en 2012. La empresa tiene como giro comercial el “desarrollo de cursos a la medida en e-learning”, es decir, clases online.

Otros que rebasan el costo del millón de pesos son “Trabajar y vivir en equilibrio” (1 millón 252 mil 800 pesos); “Certificación de liderazgo” (1 millón 140 mil pesos) y “Desarrollo humano” (1 millón de pesos”).

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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