“El problema es que si los plásticos tardan décadas o siglos en degradarse y a diario llegan más, entonces esas islas se harán más grandes. Ahora calculamos que tienen el tamaño de estados como Chihuahua o Coahuila, pero en un futuro podrían tener el de un continente”, alertó Martín Soto Jiménez, especialista del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM.
Ciudad de México, 9 de junio (SinEmbargo).- La isla de plástico, “ubicada en algún punto del giro oceánico del Pacífico Norte, punto donde convergen las corrientes marinas y en donde el agua entra en calma”, sigue contaminando y podría alcanzar el tamaño de un continente, alertó un experto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Martín Soto Jiménez, especialista del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL), dijo a Boletín UNAM que la humanidad necesita recordar que la vida se originó en el océano, “y la contaminación de los mares nos afecta como especie, pues la mitad de la actividad productiva, al igual que el sostenimiento de la supervivencia, dependen de esos ecosistemas y su conservación”.
En el marco del Día Mundial de los Océanos, que se conmemoró ayer, 8 de junio, el especialista resaltó que debido al descuido e irresponsabilidad de las personas, cientos de desechos sólidos, principalmente plásticos, llegan (a través de ríos o por abandono en las playas) a esas masas de agua, según información de la Máxima Casa de Estudios.
Al menos 100 millones de toneladas de desechos forman a la isla.
“El problema es que si los plásticos tardan décadas o siglos en degradarse y a diario llegan más, entonces esas islas se harán más grandes. Ahora calculamos que tienen el tamaño de estados como Chihuahua o Coahuila, pero en un futuro podrían tener el de un continente”, alertó Soto Jiménez.
Los desechos liberan partículas de elementos tóxicos que son ingeridos por animales que terminan siendo alimento de los humanos.
“De ahí la recomendación de hacer conciencia y no tirar basura en ríos y cañadas, o dejarla a cielo abierto en las playas, debido al peligro creciente que representa a largo plazo; además, esas acciones serían las más económicas para evitar la contaminación de los mares, pues sería posible ir a limpiar esa zona del océano, pero su recuperación sería muy costosa”, remarcó el especialista.