Ciudad de México, 9 de junio. (SinEmbargo).- El regreso a la institucionalidad en Michoacán atraviesa por el verdadero desarme de las autodefensas, la reorganización política de la sociedad michoacana y el desmontaje de la estructura financiera de Los Caballeros Templarios, afirmó la directora de México Evalúa, Edna Jaime Treviño.
Por ello es que el gobierno federal debe buscar una estrategia que implique restaurar el aparato de justicia y seguridad, así como renovar el contrato social en la entidad, y no sólo apostarle a una táctica de desarmar a las autodefensas, planteó la analista.
“Como táctica se puede ir desdoblando para una estrategia de reconstrucción de Michoacán, que pasa por desmantelar la existente. Los Templarios tenían controladas a las comunidades. Es una táctica cuyo objetivo primario es reconcentrar la violencia y poder tener su monopolio por parte de las autoridades formales del Estado mexicano y hemos estado viendo acciones dirigidas en esa dirección. Eso no resuelve todo. El problema es desmantelar un orden criminal”, dijo.
Dichas conclusiones forman parte del documento “Entender para atender: por una estrategia de Estado en Michoacán”, publicado por la organización esta semana.
Se trata de un análisis elaborado por Romain Le Cour Grandmaison, maestro en Relaciones Internacionales y Seguridad Internacional de Sciencies Po Paris, y codirector del think tank Noria Research.
Jaime Treviño, entrevistada por SinEmbargo sobre el documento, explicó que antes del surgimiento de las autodefensas en Michoacán, Los Caballeros Templarios controlaban todo. Ellos, lo mismo que La Familia Michoacana, habían surgido para resistir la llegada de Los Zetas al estado.
Pero Los Templarios se apropiaron de la vida en Michoacán, que se convirtió en un Estado fallido, ya que el gobierno era incapaz de garantizar la seguridad y la justicia a los ciudadanos y se encontraba además penetrado por el grupo criminal.
La situación fue el caldo de cultivo para el surgimiento de las Autodefensas, ciudadanos que ante la inacción del Estado y los abusos de los Templarios, decidieron armarse.
La analista reconoce que el grupo delictivo ahora está diezmado, pero no acabado mientras no se desmonte su estructura financiera de explotación ilegal de recursos minerales y el tráfico de drogas.
Asimismo, observa inconsistencias y riesgos en la táctica gubernamental de integrar a unos grupos de autodefensas y excluir a otros, que el Comisionado del gobierno federal, Alfredo Castillo Cervantes use el juego de la zanahoria y al garrote para obtener el desarme o la integración a la llamada Fuerza Rural.
Consideró que para que retorne el orden institucional a Michoacán, es necesario integrar a la sociedad civil, según el estudio. La directora de México Evalúa agregó que hay un germen para ello, ya que la sociedad desde antes comenzó a organizarse y, en un momento dado se propuso que fueran las que controlaran a las autodefensas, previo a que los grupos civiles armados se independizaran.
Ese es uno de los riesgos que la analista avizora, que si no mejora la situación los autodefensas se sientan decepcionados e intenten retomar el control de la entidad.
El 28 de mayo el fundador de las autodefensas, José Manuel Mireles Valverde, aseguró que Michoacán seguía siendo un infierno.
La prueba política para la entidad, pero también una ventana de oportunidad serán las elecciones para Gobernador del próximo año.
Ahí se verá si los partidos políticos le abren espacios a la sociedad o con imposiciones le cierran el paso.
Otro elemento para renovar el contrato social es que haya aparatos de seguridad y justicia adecuados, para restaurar el tejido social.
“Todavía las autodefensas pueden decidir que estaban mejor antes, pero se está haciendo el esfuerzo y apenas estamos dando los primeros pasos, es muy difícil cantar victoria”, dijo Jaime.
DESARME, ILUSIÓN DE LEGALIDAD
-Según el documento que ustedes elaboraron, cooptar no es una solución viable pero el gobierno lo hace con las autodefensas.
-Lo que hemos visto de parte del gobierno federal es un esfuerzo por, de alguna manera, volver a concentrar el uso de la violencia en autoridades formales. Lo que pasó en Michoacán es que se vivió un proceso de fragmentación, de democratización de la violencia decimos en el documento. La primera acción es cómo logramos otra vez tener este monopolio, por eso el esfuerzo del gobierno y del Comisionado es a través de la creación de un cuerpo. Decimos que no se recibieron señales claras para la conformación de esta nueva fuerza de seguridad. No sabemos a través de cuáles mecanismos se incorporaron estas personas a este nuevo grupo armado. El documento pregunta si van a ser autónomos porque están ya inscritos en este nuevo cuerpo de seguridad, si van a estar al mando de una autoridad, o siguiendo a los liderazgos anteriores.
Esto puede generar una ilusión de control. Hubiera sido deseable que este proceso, necesario, de desarmar a los grupos armados, fuera con asideros legales. Algunos bandos fueron invitados a incorporarse a esta fuerza rural, otros no, hay una lógica de amigo-enemigo, lógica de la zanahoria y el garrote y no sabemos si es sostenible en el mediano plazo. No podemos descartar que sea un proceso que rinda frutos, pero de entrada pensamos que puede generar esta ilusión de legalidad, que en el trasfondo no lo tiene, y no sabemos si los grupos incorporados a la policía rural no sigan actuando de una manera autónoma.
-¿No todas las Autodefensas fueron invitadas?
-No todas las autodefensas, hubo un proceso de selección. Hemos visto un comisionado que es cambiante en sus filias y sus fobias y es un juego de divide y vencerás, y de zanahoria y garrote, que lo ha manejado para crear incentivos de desarme e incorporación a un cuerpo formal. Tenemos que ver que eso es obtenible.
-¿Qué riesgos ven de que las autodefensas sigan armadas o busquen recuperar el control?
-Eso es lo que tenemos que ver. Ellos tienen el incentivo a actuar de manera autónoma, si ven que las cosas no están funcionando y los retornos no son suficientes de haberse alineado a este nuevo órgano, al planteamiento del gobierno federal, entonces eso está por verse. No podemos cantar victoria, aun hay que ver si para las autodefensas la pertenencia a la policía rural y la respuesta gubernamental les es suficiente.
Con un asidero legal este nuevo cuerpo armado debe tener controles ciudadanos, internos, no queremos que vaya a tiranizar a la población y hay todavía muchos cabos sueltos. Ciertamente la presencia federal y el actuar del Comisionado tenían que trabajar sobre la parte más visible y ostentosa del problema que eran las Autodefensas. El primer esfuerzo era tratar de monopolizar el uso de la fuerza y el cómo importa mucho. Pero más importante es qué sigue a este paso.
-Dice que los pasos dados son una táctica, aún no una estrategia…
-Como táctica se puede ir desdoblando para una estrategia de reconstrucción de Michoacán, que pasa por desmantelar lo existente. Los Templarios tenían controladas a las comunidades. Es una táctica cuyo objetivo primario es reconcentrar la violencia y poder tener el monopolio de la violencia por parte de las autoridades formales del Estado mexicano y hemos estado viendo acciones dirigidas en esa dirección. Eso no resuelve todo. El problema es desmantelar un orden criminal.
-¿Ve acciones encaminadas a desmantelar las redes económicas y financieras, cuando el documento dice que no hay confianza en las autoridades?
-Exactamente, no hemos empezado con esa acción, el control del puerto de Lázaro Cárdenas, la incautación del movimiento de minerales de procedencia ilegal. El corazón de la actividad de Los Templarios todavía no se ve afectado.
-¿Cuál sería el corazón de esa actividad?
-La producción de minerales y la explotación mineral y de recursos naturales ilegal, y el tráfico de drogas.
-¿No hay acciones, decomisos?
-Se han visto algunas pero todavía no alcanza el corazón de la estructura criminal y de las actividades ilícitas en esta zona del estado. Tendríamos que ver más cosas en esta dirección y a la par un trabajo fenomenal de reconstrucción institucional, política y social.
-Algunos presidentes municipales han regresado, otros funcionarios han sido apresados, ¿pero ve que aún falta para dar la sensación de seguridad?
-Las autodefensas van a disciplinarse si empiezan a ver resultados en esa dirección. Cuando hablamos de muchos grupos muy diversos, no es monolítico, como dice el documento, Michoacán, no es uno, son muchos.
-Mireles dijo hace unos días que el estado seguía siendo un infierno y que había autodefensas templarios, ¿usted nota este grado de confusión?
-Lo que impera es la confusión, es muy difícil pintar una raya entre el templario y el no templario, cuando estábamos hablando de que era un orden que estaba arraigado que tiene que ver con todo. No era muy difícil estar de alguna manera involucrado, asociado. Es arriesgado lo que el gobierno hace y por eso hay que ver qué pasa con esta primera táctica. Tenemos que ver mucho más respecto al desestructuramiento de la red criminal que sustituya el orden templario
-¿El orden templario ahora no parece muy modificado?
-Hasta ahorita no, están replegados, venidos a menos, contra la pared. Sí hay una acción, Servando Gómez “La Tuta” está diezmado, y lo hemos visto en los últimos años, sustituir una cabeza no implica cambiar un orden, entonces que no suceda eso en este caso. Sí sabemos que los autodefensas los replegaron y están en un estado de debilidad y es cuando hay que dar el golpe definitivo, desmembrar su estructura, ir a sus fuentes de poder económico, eso es importantísimo, aprovechar esta coyuntura de debilidad, quitarle su estructura para que no lleguen nuevos a sustituirlos.
LAS ELECCIONES, UNA OPORTUNIDAD
-¿Cómo ven la atención a víctimas?
-Estuvieron tan en el desamparo que prefirieron armarse y hacer autodefensas, estaban tan desamparados que no había otro recurso que la Autodefensa, esa es la realidad. La Familia Michoacana y los Caballeros Templarios fueron un contrapeso a la llegada de Los Zetas, resultaron efectivos en generar un mínimo de seguridad y hasta cierto punto eran funcionales, hasta que abusaron, de manera desmedida, a tal grado que hay comunidades que debieron defenderse por su propia mano. Fue un proceso muy difícil y una vez liberado, no solo generaron una resistencia y defensa armada, sino también una resistencia política. Hay organización política en algunas comunidades de Michoacán y el documento dice que hay que aprovecharla, que tenemos que construir una institucionalidad. Utilizarla, que venga de procesos democráticos, atender la realidad michoacana, no sólo al grupo armado sino al que se está organizando y sobre el que se puede construir una institucionalidad que necesita la región y que debe ser el contrapeso y sustituya al orden templario.
Eso es lo que el gobierno federal necesita hacer, si logra ser exitoso en el primer momento, el segundo es la reconstrucción institucional que tiene que ver con policías que no hay, con la construcción de justicia que no hay y lo más básico, las instituciones políticas. Es un proceso y la transición es muy difícil porque muchos están implicados.
-¿Había mucha penetración?
-Pues sí, muchos estaban implicados. Es difícil pensar que la Federación pueda llevar a cabo un proceso de reconstrucción institucional que el estado necesita. Necesita involucrar a las autoridades locales. Veo una ventana de oportunidad en las próximas elecciones.
-¿Serían una prueba?
-Una ventana de oportunidad que los liderazgos que están surgiendo puedan competir, participar en la política formal, me parece un momento crítico. Si prevalece la lógica partidista con imposiciones, va a haber un desencanto grande, pero si se da oportunidad a estos liderazgos reales que puedan participar en la política, las instituciones formales empiezan a gozar de legalidad y legitimidad y le podemos dar vuelta a esta página. Pero sí se necesita una visión de Estado, necesitamos estadistas, gente que entienda que hay algo muy grande en juego, las lógicas políticas locales y trascender la vertiente de inseguridad que es muy importante, no es cualquier cosa. Es ver cómo se puede reconstruir política y socialmente la región, aprovechar la organización local que está surgiendo. Hay muchas comunidades donde se organizaron y de ahí surgieron las autodefensas, y existía el planteamiento de que fuera esta organización social local la que las controlara, pero las autodefensas se hicieron autónomas. Ese es un riesgo, mantener grupos armados autónomos es un riesgo.
-¿Es un riesgo latente?
-Pero es un riesgo muy grande. Que el gobierno federal quiere desactivar. Ese es el primer paso, esa primera táctica, ahora necesitamos ver la estrategia. El Secretario de Hacienda (Luis Videgaray Caso) estuvo en Michoacán, se instaló un consejo ciudadano que da seguimiento a las acciones de la entidad, pero es un poco más profundo que eso.
-¿Es el tejido social?
-Es el tejido social, político, institucional, económico, es el contrato social, cómo se reestablece.
-¿Es ahí donde sociedad tiene que intervenir?
-Totalmente. Para que se restaure el contrato social se necesita que la sociedad confíe.
-¿Michoacán era entonces un Estado fallido?
-Sí, que surjan grupos de autodefensa para proveer seguridad y protección de integridad, y el Estado no puede proveer eso, es un Estado fallido, sin instituciones.
-¿Vería un plazo para la permanencia del Comisionado Castillo?
-Debe plantearse que su estrategia necesita tener otros componentes, el entendimiento de qué grupos son necesarios y dónde tiene que actuar, aprovechar la organización local.
-¿No se ve que la estén aprovechando?
-Hasta ahorita no, están concentrados en el Michoacán armado, no en cómo aprovechar esa organización política local, en tener una visión más completa, trascender el problema de la seguridad y las armas para ir a un proceso de reconstrucción institucional. Es muy difícil subir ese escalón, es fácil plantearlo, difícil ejecutarlo, el Comisionado tiene que ampliar su entendimiento y su visión para dar los siguientes pasos.
-¿Están a la mitad del puente o dónde?
-Apenas estamos en los primeros escalones, nos faltan los más difíciles, eso suponiendo que somos exitosos en los primeros.
-¿Todavía se pueden perder?
-Sí. Todavía las autodefensas pueden decidir que estaban mejor antes, pero se está haciendo el esfuerzo y apenas estamos dando los primeros pasos, es muy difícil cantar victoria.
-¿Hay dirección o debe encontrarse la lámpara para el Comisionado?
-Hace falta complementar muchos elementos de la estrategia, por eso decimos que es una táctica. Si el Comisionado es exitoso en la primera fase tendrá más posibilidad de ser exitoso en lo siguiente. Ojalá que no nos atoremos en esto.
-¿Qué deberemos ver para saber que es exitoso en la primera fase?
-Si vemos que hay un proceso real de desarme, que la policía rural efectivamente adquiere un sentido de cuerpo, de disciplina, que deja de actuar autónomamente para ser parte de una instancia pública de seguridad y que se institucionalice este proceso y se instauren los controles necesarios. Necesitamos que las autoridades locales se involucren. El gobierno federal no puede estar ahí perenemente, en la medida en que esté ahí es mucha responsabilidad de los locales de lo que les corresponde. Un momento clave va a ser la próxima elección.