Como si fueran escenas sacadas de una película de horror, así, son las imágenes de la nueva investigación que realizamos en Igualdad Animal en una granja de cerdos de Reino Unido que surte a una de las marcas cárnicas más importantes del mundo Pilgrim’s Pride.
Sufrimiento, violaciones, golpes, violencia y sangre son el común denominador en estas imágenes, con la única diferencia de que no hay actores, sino seres reales indefensos considerados simples recursos.
Lo que a continuación les voy a relatar es muy duro, pero, no más que lo que pudieron captar en vivo nuestros investigadores, comenzaré platicándoles lo que sucede con las madres cerdas, las cuales son inseminadas artificial varias veces al año para forzarlas repetidamente a dar a luz a lechones destinados a morir para saciar al mercado de carne de cerdo del Reino Unido y del mundo.
Esta actividad recurrente, hace que estas cerdas sufran desgarros en la vulva y graves prolapsos, tras meses o años de impregnación forzada, lo que hace que su útero o sus órganos internos sobresalgan dolorosamente fuera de su cuerpo, todo esto ocurre mientras viven confinadas en jaulas metálicas y estrechas, sobre suelos sucios, que nos les permiten darse la vuelta, ni convivir con sus crías.
Por si esto fuera poco, nuestras cámaras pudieron captar el momento exacto en que una cerda con un gran prolapso uterino, fue obligada a caminar hasta durante más de un minuto y medio, para llegar al lugar donde sería matada.
Pero el grave y repetido abuso hacia estos animales no termina ahí, a los lechones se les cortó la cola y se les sacan los dientes con unos alicates, sin anestesia, lo que provoca que varios desarrollen infecciones.
Estas escenas descritas son solo el inicio de una realidad horrible, las imágenes muestran como un trabajador mata a martillazos a varios cerdos afirmando que es “tan bueno como cualquier bala”. Lamentablemente los cerdos no mueren al instante, jadean y se retuercen mostrando signos de conciencia tras múltiples golpes en la cabeza.
Ver como los trabajadores realizan estas actividades como algo normal y que en muchos casos hasta disfrutan de ellas, es perturbador.
Sin duda alguna lo que filmamos en Reino Unido supera por mucho cualquier ficción, y expone una vez más la maquinaria terrible que se esconde en lo más profundo de la industria alimentaria a nivel mundial, la cual ocurre todos los días en granjas y mataderos.
No se trata de una sola granja con malas prácticas, sino de una industria podrida hasta la médula. El creciente conjunto de pruebas que hemos destapado en Igualdad Animal es una acusación condenatoria contra esta cruel industria.
Tristemente esto que sucede en esta unidad de cerdos en Escocia, no está nada lejano con lo que sucede en México. En 2014, Igualdad Animal México se infiltraron en granjas y rastros de México para mostrar en 360 grados lo que vive un cerdo, usando un visor de realidad virtual, dieron a conocer la brutalidad con la que operan estos lugares. Por primera vez la sociedad pudo experimentar el terror y la desolación que los animales ahí viven. Pudieron sentir lo que siente cada animal cuando ve a sus compañeros ser matado sin la menor consideración.
A esto le siguió la investigación “Rastros de México” en 2016, que mostraba que antes de llegar a nuestra mesa, a los animales de granja que se matan en los rastros del país se les aplican choques eléctricos, los golpean, los encadenan, los abren a cuchilladas y los sumergen en agua hirviendo aun estando conscientes.
En Igualdad Animal sabemos que la información es poder, difícilmente podríamos cambiar la realidad del mundo en el que vivimos si no logramos conocerla.
Estas investigaciones por más duras y terribles que parezcan, son esa fuente de poder que necesitamos tú, yo y todos para cambiar la realidad de millones de animales y la nuestra, poniendo fin a la ganadería industrial que ha sido la causante de los más grandes males: maltrato animal, deterioro del medio ambiente y afectaciones a nuestra salud.