El ginecólogo Juan José Suárez, especialista en reproducción asistida, dijo que las mujeres con problemas de infertilidad sufren rechazo y discriminación por parte de la sociedad que pone en ellas altas expectativas sobre procrear.
En México se estima que unos siete millones de mujeres tiene endometriosis, una enfermedad que afecta al útero y que suele pasar “desapercibida” debido a malas revisiones y a la falsa creencia de que la menstruación tiene que doler.
Por Cristina Sánchez Reyes
Ciudad de México, 9 de mayo (EFE).– Durante ocho años, Jennifer Feria buscó quedarse embarazada sin éxito. En ese tiempo, asegura, vivió la presión social y el estigma que representaba estar casada y no tener hijos, lo cual dificultaba aún más su deseo de ser madre.
En México, de acuerdo con el ginecólogo Juan José Suárez, especialista en reproducción asistida, las mujeres con problemas de infertilidad sufren rechazo y discriminación por parte de la sociedad que pone en ellas altas expectativas sobre procrear.
Jennifer cuenta a EFE que durante casi una década los festejos del 10 de mayo, en el Día de las Madres, eran una tortura.
Si por un lado sentía la presión de sus familiares para embarazarse, por el otro miraba con envidia y recelo a quienes sí festejaban ya con sus hijos.
“Era muy difícil porque existe mucha presión social y es difícil dar explicaciones sobre por qué no te embarazas“, admite.
Desde que se casó, Jennifer buscó tener un hijo. Sin embargo, pasó por muchos ginecólogos que no atinaban al diagnóstico, le daban medicamentos que no funcionaban.
“Incluso pasé por una fertilización ‘in vitro’ sin éxito”, rememora.
No fue sino hasta que llegó a una clínica especializada que tuvo un diagnóstico certero: endometriosis.
Un padecimiento que, de acuerdo con Suárez, afecta a alrededor de 176 millones de mujeres en todo el mundo.
En México se estima que unos siete millones de mujeres tiene esta enfermedad que afecta al útero y que suele pasar “desapercibida” debido a malas revisiones y a la falsa creencia de que la menstruación tiene que doler.
Sin embargo, existen otros problemas como el síndrome de ovario poliquístico (SOP) que también pueden afectar la fertilidad en la mujer.
En promedio, dice el especialista, se estima que las mujeres tardan una década para ser diagnosticadas con estas enfermedades.
Jennifer asegura que ahora disfruta de su hijo de tres años, que pudo tener tras una segunda fecundación ‘in vitro’ que sí fue exitosa.
Pero el camino para convertirse en madre fue frustrante, doloroso y costoso.
“Ya no puedes desempeñar el trabajo porque estás embarazada”: el despido por embarazo es la primera causa de discriminación en #CDMX #RuidoEspecial
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“Nunca me dijeron que tenía endometriosis, sino que era un problema hormonal, me daban hormonas. De hecho pasé por una fertilización ‘in vitro’ pero no tuve éxito, es doloroso”, afirma.
El especialista explica que la mayoría de las pacientes que llegan a clínicas especializadas de fertilización llegan ya con múltiples intentos de embarazo, lo que deriva en importantes afectaciones emocionales y físicas.
El común denominador, explica, es la ansiedad, la depresión y el sentimiento de frustración “eso y el enojo son factores que debemos considerar siempre en nuestras pacientes”, asegura.
Jennifer recuerda esos sentimientos cuando veía a alguna embarazada, o cuando alguien le hablaba sobre la urgencia de tener hijos.
“En el fondo sentía feo porque para otras era muy fácil y a mí me costaba mucho trabajo, tenía que pasar por muchas cosas y no podía quedar embarazada”, asevera.
Otro de los aspectos que afectan a las parejas que quieren ser padres es lo económico.
De acuerdo con clínicas especializadas, se estima que en México las parejas suelen gastar entre 200.000 pesos (unos 10.526 dólares) y 300.000 pesos (15.790 dólares) antes de llegar a un diagnóstico adecuado que les ayude a resolver su problema.
Hoy, Jennifer disfruta de manera diferente el Día de las Madres y reconoce que, aunque el camino fue complicado, cuando escucha a su hijo decirle mamá sabe que todo valió la pena.
“Yo pensé que no sería posible ser mamá, pero ahora que lo estoy viviendo me da mucha emoción y eso es lo más importante”, admite.
Aunque Jennifer disfruta su maternidad, recomienda a quienes no puedan embarazarse que acudan a una clínica especializada para evitar no solo perder tiempo, sino también el desgaste que implica este proceso.
“El tiempo se va rapidísimo, por eso es importante que vayan con un especialista para que el camino no sea tan doloroso”, asegura.
Finalmente, Suárez dijo que, a la par de los tratamientos, las parejas deben llevar una buena alimentación complementada con vitaminas y minerales, además de realizar ejercicio y evitar malos hábitos como el tabaquismo y alcoholismo.