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Francia pondrá Pfizer o Moderna a quienes ya tienen AstraZeneca. Aún no se debe mezclar, dice OMS

09/04/2021 - 1:35 pm

Las autoridades francesas anunciaron que se inyectará una segunda dosis de las vacunas contra la COVID-19 de Pfizer o Moderna (ambas utilizan tecnología de ARN mensajero) a los pacientes menores de 55 años que hayan recibido la primera de AstraZeneca, vinculada a casos de trombosis; sin embargo, la OMS advirtió que todavía no se cuenta con la suficiente información para combinar fármacos.

Ciudad de México, 9 de abril (SiEmbargo/EFE/AP).- Francia anunció que inyectará una segunda dosis de las vacunas de Pfizer o Moderna a los pacientes menores de 55 años que han recibido ya una primera de AstraZeneca, tras haber recomendado no inyectar esta a ese grupo de edad por los riesgos de sufrir trombos; pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó este mismo que aún no hay datos suficientes que permitan recomendar la utilización de dos fármacos distintos contra la COVID-19. 

El Ministro de Sanidad, Olivier Véran, declaró este viernes en la radio RTL que esa es la solución que defiende la Alta Autoridad de Sanidad (HAS) para la segunda dosis de las más de 500 mil personas, en su mayor parte sanitarios, de esa franja de edad vacunados con una dosis de AstraZeneca.

Ese organismo, encargado de autorizar todos los medicamentos en el país, recomendó el pasado 19 de marzo suspender las inyecciones con la vacuna británico-sueca a los menores de 55 años tras la aparición de algunos casos de trombos en personas que la recibieron en Europa.

Centro de vacunación en Nogent-sur-Marne, cerca de París, Francia. Foto: EFE

"Si han recibido una primera dosis, vamos a proponerles otra vacuna de ARN. Yo mismo formo parte de ese grupo. Recibirán una segunda dosis en los plazos", sostuvo Véran.

La HAS indicó posteriormente que combinar los dos tipos de vacunas no presenta ningún riesgo para los tratados, al tiempo que señaló que se lanzará un amplio estudio para evaluar la eficacia de este tratamiento mixto.

El jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital Henri Mondor de Créteil, a las afueras de París, Jean-Daniel Lelièvre, miembro de la HAS, avanzó que todo apunta a que puede incluso tener efectos positivos.

"Una sola dosis no es suficiente para garantizar la inmunidad a largo plazo contra la COVID-19 (...). Hemos decidido utilizar una de las vacunas de ARN", es decir, las de Pfizer y Moderna, señaló.

Para el experto, aunque la de AstraZeneca y las de ARN tienen técnicas diferentes, "conducen a la producción de una misma proteína", que es la responsable de generar la inmunidad.

Francia aplicará como segunda dosis vacunas de Moderna o Pfizer a quienes hayan recibido una primera de AstraZeneca. Foto: AP

Combinar ambas "da respuestas inmunitarias que son más importantes que cuando se utiliza una única vacuna", agregó el experto, que recordó que este tipo de estrategias se usa ya en la lucha contra enfermedades como el sida o el ébola.

La presidenta de la HAS, Dominique Le Guludec, señaló, por su parte, que la vacuna de AstraZeneca sigue siendo recomendable para los mayores de 55 años, al tiempo que consideró importante "utilizar todos los instrumentos al alcance para derrotar al virus".

Recordó que más del 90 por ciento de los 98 mil fallecidos en Francia por COVID-19 tienen más de 55 años y que la edad es un factor que incrementa el riesgo de sufrir formas graves de la enfermedad, por lo que la vacuna de AstraZeneca representa un instrumento necesario.

La HAS señaló que esa vacuna, al igual que las de Pfizer y Moderna y la de Janssen, que llegará en los próximos días, se han revelado eficaces también para combatir la variante británica del virus, mayoritaria en el país actualmente.

Sin embargo, los estudios no demuestran su valía para contrarrestar la variante sudafricana, muy presente en los territorios ultramarinos de Mayotte y La Reunión, además de en el departamento de Moselle, en el noreste del país.

En esos lugares, además de en la Guyana, donde predomina la variante brasileña, la HAS recomienda usar las de Pfizer y Moderna en toda la población.

Los casos de trombosis han causado desconfianza en el uso de la vacuna de AstraZeneca. Foto: AP

La Alta Autoridad indicó que los estudios sobre los efectos de la vacuna a la hora de frenar la trasmisión del virus apuntan por ahora elementos positivos, pero que no son todavía concluyentes, por lo que recomendó que los vacunados sigan manteniendo la distancia de seguridad y el uso de la mascarilla.

LA OMS NO RECOMIENDA COMBINAR VACUNAS

La OMS dijo hoy que todavía no hay datos suficientes que permitan recomendar la utilización de dos vacunas distintas contra la COVID-19 para cubrir la primera y segunda dosis requeridas, al comentar una decisión tomada por Francia en este sentido.

"No hay datos adecuados como para decir que esto es algo que se puede hacer, así que en estos momentos no podemos recomendar la combinación de vacunas", comentó hoy a la prensa la portavoz de la OMS, Margaret Harris.

Agregó que esta cuestión está en estudio, conforme a la sugerencia que hizo el grupo de expertos que asesora a la OMS en el terreno de la inmunización.

Harris también dijo que la OMS sigue revisando los datos presentados por los productores de las vacunas CanSino y Sinopharms (China) y Sputnik (Rusia) con las dos primeras que están en una fase más avanzada.

De acuerdo al ritmo al que se está avanzando en el análisis de los datos, indicó que se espera que las decisiones sobre cada una de esas vacunas se emitan a finales de este mes.

Hasta el momento la EMA no ha restringido el uso del fármaco de AstraZeneca, sin embargo, sí confirmó un “posible vínculo” con los casos inusuales de coagulación sanguínea reportados en algunas personas que recibieron esta vacuna, pero considera que sus beneficios siguen estando por encima del riesgo de efectos secundarios.

Según las conclusiones alcanzadas por el comité de seguridad (PRAC) de la EMA, los coágulos de sangre “inusuales” con bajas plaquetas “deben incluirse como efectos secundarios muy raros” de la vacuna de AstraZeneca, con base en “todas las pruebas disponibles actualmente”, incluyendo el asesoramiento de un grupo especial de expertos.

Los expertos de la EMA no han podido identificar un factor de riesgo para estos eventos, como la edad, el sexo o un historial médico previo, aunque una “explicación plausible (a estos casos raros de coagulación sanguínea) es que son una respuesta inmune a la vacuna” en algunas personas, por lo que el PRAC ha solicitado nuevos estudios para tratar de recopilar más información y tomar las medidas adicionales necesarias.

Durante el mes de marzo, se ordenaron suspensiones temporales en el uso del fármaco en países como Dinamarca, Italia, Noruega, Estonia, Lituania, Letonia y Luxemburgo, pero después de las declaraciones de la EMA otras naciones optaron por retomar su uso: España aplicará la vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca a los mayores de 60 años. Bélgica a los de 55 en adelante. Reino Unido recomienda no administrarla a los menores de 30 cuando sea posible, y Australia anunció límites similares para los menores de 50 años.

Desde su aprobación, la vacuna de AstraZeneca no ha dejado de toparse con problemas, lo que ha puesto en tela de juicio su credibilidad y le ha valido la desconfianza creciente de parte de los ciudadanos europeos. Foto: AP

Esta vacuna contra la COVID-19 se perfiló como la gran esperanza europea para hacer frente a la pandemia y era además un ejemplo de la colaboración pública y privada en el mundo científico, al unir en un mismo cometido a la Universidad de Oxford y a la empresa anglo sueca AstraZeneca.

Sin embargo, desde su aprobación no ha dejado de toparse con problemas, lo que ha puesto en tela de juicio su credibilidad y le ha valido la desconfianza creciente de parte de los ciudadanos europeos.

A todas estas situaciones se le agrega que, desde el punto de vista más científico, la Universidad de Oxford decidió detener las pruebas clínicas de la vacuna en niños y adolescentes, a la esperar de tener información adicional sobre los casos de trombosis en adultos.

En todo caso, el preparado europeo es el más usado en el mundo y se administra en 105 países, seguido de la vacuna de Pfizer-BioNTech (82) y Moderna (35), según datos publicados esta semana por el portal alemán Statista

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