La ONU apunta que, si bien toda la sociedad está sufriendo los efectos económicos, las mujeres y las niñas lo sufren con más intensidad porque “normalmente ganan menos, ahorran menos, realizan trabajos más inseguros o viven más cerca del nivel de la pobreza”.
Nueva York, 9 abril (EFE).- Las mujeres están sufriendo más los efectos de la expansión de la pandemia de COVID-19 “en todas las esferas”, tanto en el aspecto económico, como el social y el de salud, advirtió este jueves Naciones Unidas, que insistió en que las “pandemias amplifican e intensifican todas las desigualdades existentes” y ha pedido medidas para revertir esta situación.
“Con la expansión de la pandemia del COVID-19, incluso los logros limitados alcanzados en las últimas décadas corren el riesgo de ser revertidos”, asegura un informe publicado por la organización multilateral.
La ONU apunta que, si bien toda la sociedad está sufriendo los efectos económicos, las mujeres y las niñas lo sufren con más intensidad porque “normalmente ganan menos, ahorran menos, realizan trabajos más inseguros o viven más cerca del nivel de la pobreza”.
“En todos los ámbitos, desde la salud hasta la economía, la seguridad y la protección social, los efectos del COVID-19 se intensifican para las mujeres y las niñas simplemente en virtud de su sexo”, subraya la organización.
En el ámbito sanitario, la ONU apunta que aunque algunos informes revelan que están muriendo más hombres por el COVID-19, “las salud de las mujeres se está viendo impactada negativamente porque se están reubicando recursos y prioridades” de servicios que afectan directamente a las mujeres como los reproductivos.
La ONU también denuncia que las mujeres tienen que hacer frente a un mayor número de trabajo no remunerado, como cuidar de los niños que no van a la escuela o de personas mayores.
Otro de los aspectos que destaca el organismo es el efecto de los aislamientos en los casos de violencia machista.
“Muchas mujeres están siendo obligadas a encerrarse en sus casas con sus abusadores, al mismo tiempo que los servicios para apoyar a las víctimas están sufriendo problemas o son inaccesibles”, asegura el informe.
Además, hace hincapié en que si estos riesgos son ciertos para todas las situaciones, el problema empeora y se amplifica en contextos de “fragilidad, conflicto y emergencias, en los que la cohesión social está ya de por sí debilitada y la capacidad institucional y de los servicios son limitados”.
“El COVID-19 no es solo un reto para el sistema mundial de salud, sino una prueba para nuestro espíritu humano. La recuperación debe llevarnos a un mundo más igualitario que sea más resiliente a crisis futuras”, sostiene la ONU, que pide que los paquetes de estímulo y las medidas de emergencia que han sido puestos en marcha en muchos países incluyan a las mujeres y a las niñas.
En este sentido, solicita que se garantice la representatividad de las mujeres en cualquier plan de respuesta o de toma de decisiones para lograr políticas más efectivas y que la mujer y las niñas estén incluidas en los planes para afrontar el impacto socio-económico del COVID-19.
Además, apuesta por que se impulse “el cambio transformativo para la igualdad, abordando la economía de los trabajos de cuidados, pagados y no pagados”, dado que en la “economía formal, los trabajos de atención, desde docentes hasta enfermeras, están mal pagados en relación con otros sectores” y “en el hogar, las mujeres realizan la mayor parte del trabajo de cuidados, no remunerado e invisible”.
“Las mujeres serán las más afectadas por esta pandemia, pero también serán la columna vertebral de la recuperación en las comunidades. Cada respuesta política que reconozca esto tendrá más impacto”, argumenta la ONU.