Unorthodox relata en sus cuatro episodios la vida de Esther Shapiro (Shira Haas), una adolescente de 17 años que pertenece a una comunidad de judíos ortodoxos jasídicos de Brooklyn, Nueva York. Tras contraer un matrimonio concertado con Yanky (Amit Rahav), un joven de 19 años, Esther verá cómo su vida cambia radicalmente, al raparle la cabeza y quedar supeditada a cualquier decisión de su marido.
Madrid, 9 de abril (ElDiario.es).– La miniserie Unorthodox se ha convertido en uno de los títulos que durante el encierro por el coronavirus está teniendo un éxito inesperado en Netflix. Se trata de la primera producción de la plataforma en estar rodada en lengua yidis (idioma judeoalemán de las comunidades judías asquenazíes). La ficción está inspirada libremente en la autiobiografía de la autora Deborah Feldman, Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots, lo que implica que gran parte de lo que se narra en la ficción está basado en hechos reales.
Para aquellos que aún no conozcan la serie, Unorthodox relata en sus cuatro episodios la vida de Esther Shapiro (Shira Haas), una adolescente de 17 años que pertenece a una comunidad de judíos ortodoxos jasídicos de Brooklyn, Nueva York. Tras contraer un matrimonio concertado con Yanky (Amit Rahav), un joven de 19 años, Esther verá cómo su vida cambia radicalmente, al raparle la cabeza y quedar supeditada a cualquier decisión de su marido.
Es al quedar embarazada cuando Esther toma el valor de retomar el contacto con su madre, que vive en Berlín. La joven consigue huir a la capital alemana para comenzar una nueva vida. Sin embargo, su todavía marido decide seguirle hasta el país centro-europeo para intentar traerla de vuelta. Al estar inspirada libremente en la autobiografía de Feldman, la serie se toma muchas licencias respecto a su fuente, de hecho su protagonista se llama Esther Shapiro, en lugar de ser nombrada como la autora.
UNA HISTORIA DE LIBERACIÓN EN CLAVE FEMENINA
Respecto a la opresiva vida de la comunidad jasídica, la ficción sí narra una realidad que sufren muchas mujeres judías ortodoxas, como que les rapen el pelo, obligándoles a utilizar pelucas o velos, al igual que no se les permite leer libros o ver la televisión si no tienen el consentimiento de su esposo. Igualmente, se rigen por un estricto código de vestimenta.
Sin embargo, la historia de Unorthodox difiere bastante de la vida de Feldman, aunque tiene puntos en común. Ambas desarrollan pasión por las artes, Esther por la música mientras que Feldman fue por la literatura. “Como leía libros en inglés [las comunidades jasídicas ven con malos ojos hablar esta lengua en lugar del yidis], ya sabían que era una niña mala”, declaró la escritora a The Guardian.
Tanto Esther como Feldman vivieron matrimonios arreglados a los 17 años con un “joven erudito del Talmud con rizos dorados”. La diferencia es que Esther decide huir a Alemania cuando se queda embarazada, mientras que Feldman ya se había convertido en madre cuando tomó la decisión de marchar a Berlín.
De hecho, Feldman comenzó su proceso de liberación en Estados Unidos (mientras que Esther inicia este proceso en el país centro-europeo), al matricularse en la Universidad Sarah Lawrence, donde creó un círculo de amigos y se “obsesionó” por conocer todo lo que su comunidad consideraba “pecaminoso”. “Me alejé de mi matrimonio y de mi religión para siempre en la víspera de mi vigésimo tercer cumpleaños, me fui nada más que con mi hijo y con algunas bolsas llenas de ropa”, explicó Feldman a Metro.
LA REALIDAD DE LAS MUJERES EN LAS COMUNIDADES JASÍDICAS
Fue el querer darle una educación diferente a su hijo y brindarle la oportunidad que a ella le fue negada lo que hizo que decidiera huir a Alemania, lugar donde reside actualmente. “Cambié de número de teléfono, de dirección, no le dije a nadie adónde había ido. Para las personas cuya sangre es la misma que la mía, es muy probable que les haya perdido para siempre”, comentó al mismo medio respecto a sus familiares que se mantienen en la comunidad.
Eso sí, tanto la serie como la autobiografía ponen de manifiesto cómo para una mujer es doblemente complicado salir estas comunidades religiosas tan opresivas, al depender económicamente de los hombres. “Es más fácil para los varones encontrar los medios para independizarse y escapar de las sociedades jasídicas. Las mujeres estamos más atadas, en ese sentido, dependemos financiera y emocionalmente de los hombres y rara vez se enfrentan a la oportunidad de explorar el mundo exterior”, denunció la autora. Dirigida por María Schrader (Stefan Zweig: Adiós a Europa), ya está disponible en la plataforma.