Los precios de la canasta básica de alimentos, artículos de limpieza e higiene personal, podrían tener variaciones debido a la especulación por la pandemia de COVID-19. Desde el mes de marzo, la Profeco realizó verificaciones y sancionó a establecimientos.
Ciudad de México, 9 de abril (SinEmbargo).- Los precios de la canasta básica o de “primera necesidad”, compuesta por 40 productos básicos, podrían sufrir variaciones al alza en un contexto en que la especulación ligada a la pandemia del COVID-19 agrava la incertidumbre sobre el comportamiento de la inflación para los próximos meses.
Hasta marzo la inflación se mantuvo estable. El Índice Nacional de Precios al Consumidor –con el que se mide la inflación a nivel nacional– tuvo en el tercer mes del año su nivel más bajo desde enero (3.25 contra 3.24 por ciento). Sin embargo, distintas cámaras nacionales de comercio han indicado que 2020 será particularmente difícil para el mercado de los servicios.
La pandemia de coronavirus también genera incertidumbre sobre el comportamiento de la inflación, sobre todo considerando los efectos que las compras de pánico y la especulación de privados tengan sobre los precios de las mercancías, tal como sucedió en marzo con los cubrebocas, el huevo y las tortillas, cuyo preció fue al alza sin que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) hallara justificación legal para ello.
José Nabor Cruz Marcelo, titular del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, dijo a SinEmbargo que existen posibles riesgos de alza de precios si la contingencia por COVID-19 se extiende.
“Podríamos esperar en las siguientes semanas un incremento de precios. Debemos ser cautelosos; no podemos esperar espirales inflacionarias como en los 80 y 90, pero sí podría haber un traspaso de un incremento de precios internacionales a precios nacionales, que podría alejar la inflación de la meta de Banxico que es el rango de 3 por ciento a +/-1 por ciento”, explicó Cruz Marcelo.
EL MAPA DE LOS PRECIOS
La canasta básica o de “primera necesidad” está compuesta por 40 productos a los que toda persona tiene derecho a acceder, para tener un desarrollo nutrido, suficiente y de calidad, refiere el Gobierno federal. Cárnicos, chile, frijoles, leche, maíz y pasta de dientes están incluidos en la lista de artículos que todo mexicano debería poder pagar.
Al cierre del año pasado, el precio promedio de la canasta básica fue de 2 mil 767 pesos a nivel nacional. En febrero de 2020, su precio escaló a 2 mil 780 pesos, que equivalen a 23 salarios mínimos diarios (123.22 pesos), refiere un cálculo de la Unidad de Datos de SinEmbargo con base en cifras de la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), la Profeco, las secretarías de Economía y de Agricultura y Desarrollo Rural, así como del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera.
La inflación registrada fue impulsada, sobre todo, por el incremento del precio del cuadro básico de frutas y verduras (2.4 por ciento), de los cereales, granos y leguminosas (dos por ciento), además de los productos básicos de alacena (1.6 por ciento) que incluyen enlatados y productos procesados, como harinas y café soluble.
Las cifras del Gobierno federal indican que Yucatán, Tabasco y Michoacán fueron las entidades federativas con mayor incremento en el precio general de la canasta básica, durante el periodo transcurrido entre diciembre de 2019 y febrero de 2020, con variaciones de 2.7, 2.3 y 2.1 por ciento, respectivamente.
En contraste, hubo seis entidades federativas en que el precio promedio de los productos de la canasta básica fue a la baja. Nayarit, Sinaloa, Campeche, Durango, Baja California y Morelos registraron caídas de entre 1.6 y 0.2 puntos porcentuales en un periodo de dos meses.
El alza y la caída del precio promedio de la canasta básica estatal no implica la falta de inflación en las entidades federativas o, por el contrario, no excluye riesgos relacionados con la caída de precios, en un entorno de recesión económica a nivel internacional.
Existen varias causas que hacen que los precios vayan en aumento; es decir, que haya un proceso inflacionario. Sin embargo, el Banco de México (Banxico) refiere que la principal causa de inflación es el exceso de dinero circulando en manos de la población que, “al sentirse con más recursos, incrementa sus gastos generando una mayor demanda de bienes y servicios en la economía cuando la capacidad productiva del país no está en posibilidades de cubrirla, provocando escasez y aumentos en los precios”.
Por otra parte, Banxico indica que una recesión es un situación de disminución generalizada de las actividades económicas de un país, durante por lo menos dos trimestres consecutivos. Este proceso conlleva falta de demanda de bienes y servicios, lo que provoca un exceso de oferta, y por tanto, la caída de precios, de inversión y de productividad que genera, asimismo, un aumento en la tasa de desempleo.
Aunque México experimenta un entorno “estable” de inflación y no hay criterios suficientes para decir que el país atraviesa aún por una recesión, Banxico estima que aunado al difícil entorno económico internacional, la variación del tipo de cambio, la caída del precio de los energéticos y los efectos de la pandemia de COVID-19 generen subidas y caídas de precios dependiendo del sector productivo.
“Considerando los riesgos para la inflación, la actividad económica y los mercados financieros derivados de la pandemia del COVID-19, se plantean retos importantes para la política monetaria y la economía en general”, refiere Banxico en un comunicado del 20 de marzo de 2020.
Acerca de la inflación, la institución bancaria indicó que la “incertidumbre sobre el balance de riesgos para la inflación se ha acentuado” en los últimos meses. Por un lado, porque la caída del precio del petróleo podría implicar “presiones a la baja sobre este indicador” económico. Y por otra parte, porque la baja inflacionaria podría verse contrarrestada “por las presiones al alza que podría tener la depreciación del tipo de cambio sobre los precios”.
Como consecuencia, Banxico estimó que la tendencia será tal, que México podrá mantener un nivel adecuado de inflación mensual y anual (3+/-1 por ciento), aunque con “riesgos importantes, tanto a la baja como al alza”.
LOS INSUMOS DE LA CANASTA
Los 40 productos que componen la canasta básica pueden ser agrupados en seis categorías: artículos de aseo personal; básicos de alacena; carnes y lácteos; cereales, granos y leguminosas; frutas y verduras; y artículos de limpieza y domésticos.
Entre diciembre de 2019 y febrero de este año, el costo de los productos de aseo personal tuvo un alza de 0.44 por ciento. Los estados en que más subió el costo fueron Yucatán (20.6 por ciento), Tabasco (10.6 por ciento) y Veracruz (7.4 por ciento). Sin embargo, las cifras oficiales indican que en 14 entidades federativas –Sinaloa, Quintana Roo, Tlaxcala, Durango, Tamaulipas, Oaxaca, Baja California, Michoacán, Morelos, Baja California Sur, Chiapas, Jalisco, Querétaro y San Luis Potosí– los precios fueron a la baja, con disminuciones que fueron de 10.4 a 0.1 puntos porcentuales.
Los precios de los básicos de alacena también fueron al alza: 1.55 por ciento en dos meses. La inflación fue superior en Michoacán (3.9 por ciento), Sonora (3.5 por ciento) y Jalisco (3.3 por ciento), y sólo en una entidad federativa (Campeche) los precios decayeron (0.3 por ciento).
Por su parte, el grupo de carnes y lácteos fue el único cuya variación nacional promedio fue negativa (2.84 puntos porcentuales). De acuerdo con las cifras recabadas por este medio digital, el precio de estos productos fue a la baja en un rango de 5.6 a 1.1 por ciento. Sólo en el caso de Michoacán hubo un repunte considerable de 1.5 puntos porcentuales para el periodo que va de diciembre de 2019 a febrero de 2020.
Las cifras oficiales también indican que el grupo de cereales, granos y leguminosas, así como los de frutas y verduras y artículos de limpieza y domésticos tuvieron incrementos generales a nivel nacional de 2.02, 2.37 y 0.80 puntos porcentuales, respectivamente.
En Quintana Roo (17.2 por ciento), Aguascalientes (13.9 por ciento) y Coahuila (nueve por ciento) fue donde más subió el precio de cereales, granos y leguminosas, en contraste con lo ocurrido en Nayarit, Jalisco, Oaxaca y Veracruz, donde los precios cayeron 12.8, 5.4, 3.6 y 2.3 por ciento, en cada caso.
Las frutas y las verduras, por otra parte, tuvieron mayor nivel de inflación en Durango (6.8 por ciento), Aguascalientes (5.3 por ciento) y Tlaxcala (cinco por ciento), mientras que en Tamaulipas, Chiapas y Tabasco los precios bajaron en 2.2, 0.1 y 0.1 por ciento, respectivamente.
En el caso del último grupo analizado con cifras de menudeo, de producción por destino y de precios de mercado promedio, se observó un mayor aumento en Morelos (14.4 por ciento), Querétaro (8.6 por ciento) y Sinaloa (6.6 por ciento). En cambio, los estados de Aguascalientes, Nayarit, Nuevo León, Michoacán, Sonora, Coahuila, Guanajuato, Tlaxcala, Hidalgo y Jalisco tuvieron reducciones de precios en artículos de limpieza y domésticos, de entre 12.8 y 0.1 puntos porcentuales.
La información contenida en el análisis de la Unidad de Datos mide la variación promedio de los precios (por Kg/Lt/pqt) de los 40 productos que componen la canasta de primera necesidad, por lo que no necesariamente coinciden con el gasto específico de los hogares de México. Se trata de indicadores que reflejan tendencias de precios en diferentes puntos de la República Mexicana, sin determinar el grado de presión que ejercen sobre el poder adquisitivo de los mexicanos.
INCREMENTOS SOSPECHOSOS
Las cifras del Inegi señalan que la inflación fue al alza entre diciembre de 2019 y febrero de este año, al pasar de 2.83 a 3.70 por ciento. Sin embargo, la tasa de inflación de febrero de 2020 fue inferior a la del mismo periodo del año pasado (3.94 por ciento), e incluso es la más baja registrada al segundo mes de cada año, desde 2015 (tres por ciento).
Pese al aumento regular de los precios a causa de la inflación, existen coyunturas –como la pandemia del COVID-19– que influyen la dinámica de los mercados, generando incrementos al precio de las cosas. Pero también, hay ocasiones en que los negocios aprovechan la situación –como el aumento en la demanda o las compras de pánico– para incrementar sus ingresos.
Un ejemplo de esto sucedió a principios de marzo, cuando la Profeco señaló que Grupo Walmart estaba haciendo “acopio desmedido” de cubrebocas con aumento de precios no justificados, como consecuencia de un proceso de especulación sin sustento legal.
De acuerdo con el titular de la Procuraduría, Ricardo Sheffield Padilla, este no fue el primer rodeo de Walmart, ya que en 2009, cuando se desató la crisis de Influenza AH1N1, la compañía hizo lo mismo.
“En 2009 hubo un caso en Walmart y lo empezamos a monitorear desde hace un mes”, dijo Sheffield en marzo. Para el abogado y ex panista, “efectivamente” hubo “acopio desmedido, sobre todo en el tema de cubrebocas por parte de esta empresa [que] ha aumentado el precio, porque lo venimos midiendo también semana con semana”.
Sheffield resaltó entonces que la cadena multinacional de supermercados no había sido multada, ya que el procedimiento de resolución de este tipo de casos inicia con un requerimiento por parte de la Profeco, que en caso de no ser contestado o acatado, escala hasta la determinación de medidas preventivas, correctivas y/o sancionadoras.
Poco después del caso Walmart, a finales de marzo de este año, Profeco denunció que hubo incrementos injustificados en el precio de la tortilla y del huevo en algunos estados de la República Mexicana.
Por esa fecha se supo que el kilo del huevo blanco llegó a rebasar el promedio nacional de 40 pesos, mientras que el kilo de tortillas aumentó a más de 28 pesos en el norte del país, siendo que el precio de referencia era de 15.80 pesos por kilo en las tortillerías.
“La Profeco asegura que no hay justificación alguna para incrementar el precio de la tortilla de maíz, y apela a la solidaridad de los productores con los consumidores en estos momentos de contingencia”, se lee en un comunicado de la dependencia de gobierno.
Para Profeco, el alza de estos productos estuvo relacionado con la iniciativa de algunos productores que no “representan a la generalidad”, que actuaron de manera “injusta” porque no había “pretexto” para elevar precios en su momento, y que además generaron el riesgo de que otros productores y comerciantes siguieran el “mal ejemplo”.