El Tribunal de Kowloon Oeste encontró a Benny Tai, Chan Kin-man, Chu Yiu-ming, Tanya Chan, Shiu Ka-chun, Raphael Wong, Tommy Cheung, Eason Chung y Lee Wing-tat culpables de "causar disturbios a través de la obstrucción ilícita de lugares públicos" e "incitar y movilizar a manifestantes" a alterar el orden público cuando comenzaron las protestas, que duraron 79 días.
Hong Kong, 9 de abril (EFE).- Nueve destacados activistas de la "Revolución de los Paraguas", que movilizó a miles de personas en 2014 para exigir avances democráticos en Hong Kong, fueron declarados hoy culpables de cargos como incitación, conspiración y alteración del orden público.
El Tribunal de Kowloon Oeste encontró a Benny Tai, Chan Kin-man, Chu Yiu-ming, Tanya Chan, Shiu Ka-chun, Raphael Wong, Tommy Cheung, Eason Chung y Lee Wing-tat culpables de "causar disturbios a través de la obstrucción ilícita de lugares públicos" e "incitar y movilizar a manifestantes" a alterar el orden público cuando comenzaron las protestas, que duraron 79 días.
Según la corte, el objetivo de los activistas era "obligar a las autoridades a responder a sus demandas políticas" y se enfrentan por ello a sentencias de hasta siete años de prisión por cada cargo, aunque todavía no se ha impuesto una pena.
Benny Tai, uno de los cofundadores del movimiento, aseguró antes de entrar a la corte que estaba "muy tranquilo" hasta que vio a cientos de simpatizantes congregados fuera de la magistratura portando paraguas amarillos que le hicieron sentir muy "emocionado", según el diario local South China Morning Post.
"No importa lo que pase, confío en que muchos de nosotros seguiremos luchando por la democracia. Persistiremos, no nos vamos a rendir", aseguró Tai ante los simpatizantes, quienes corearon consignas como "desobediencia civil sin miedo" o "queremos un sufragio universal verdadero".
La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) consideró hoy en un comunicado que el veredicto envía un mensaje "terrible" porque "animará al Gobierno hongkonés a procesar a activistas más pacíficos, lo que frenará aún más la libertad de expresión en Hong Kong".
Por su parte, Amnistía Internacional condenó hoy el veredicto e indicó que el proceso judicial ha sido "un ataque" a las libertades que "elevará las tensiones políticas" en la región.
No obstante, Pekín, a través del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Lu Kang, mostró su "firme apoyo" a las autoridades hongkonesas para que "castiguen de acuerdo a la ley a los organizadores de esta actividad ilegal".
El movimiento, según el régimen comunista, "causó un impacto grave en el Estado de derecho y en la prosperidad y estabilidad de Hong Kong".
En respuesta a las organizaciones internacionales, Lu aseguró que "si piensan que esto menoscaba la democracia en Hong Kong, no tiene sentido y es injustificado. Creo que en cualquier otro país, el Gobierno habría tomado las mismas decisiones".
De acuerdo con HRW, unos 200 manifestantes han sido procesados hasta ahora por su participación en el movimiento social y decenas han sido condenados por diferentes cargos, como reunión ilegal, posesión de armas y asalto común.
El fiscal Andrew Bruce argumentó en noviembre, cuando comenzó el juicio, que los imputados habían cometido actos "irrazonables" y que los casi tres meses de ocupación callejera causaron "interrupciones" y "afectaron los derechos de otras personas".
HRW ha denunciado en varias ocasiones que desde estas protestas en 2014 los gobiernos de Hong Kong y China han restringido cada vez más las libertades civiles.
Un ejemplo del deterioro de las libertades fue la ilegalización el pasado 24 de septiembre del Partido Nacional de Hong Kong, un movimiento sin representación parlamentaria que abogaba abiertamente por independizar la excolonia británica del resto de China.