“La noche de la usina”, de Eduardo Sacheri, flamante Premio Alfaguara: Lee un fragmento

09/04/2016 - 12:03 am
Eduardo Sacheri en Buenos Aires, en una videoconferencia llevada a cabo para anunciarle públicamente que había ganado el Premio Alfaguara 2016. Foto: PRH / Ricardo Ceppi
Eduardo Sacheri en Buenos Aires, en una videoconferencia llevada a cabo para anunciarle públicamente que había ganado el Premio Alfaguara 2016. Foto: PRH / Ricardo Ceppi

Por cortesía de Penguin Random House, unas líneas breves de la novela que el jurado presidido por la catalana Carme Riera definió como “tensa, intensa y apasionante”

Ciudad de México, 9 de abril (SinEmbargo).- La noche de la usina, del escritor y guionista argentino Eduardo Sacheri recibió el Premio Alfaguara de Novela y eso ha puesto muy contento al escritor peruano Santiago Roncagliolo –quien recibió el galardón en 2006, por Abril rojo-, según declaró entusiasta a SinEmbargo, luego de concluida la ceremonia del anuncio en el hotel Ritz, de Madrid.

Obviamente también está muy feliz el flamante galardonado, quien ingresa así al universo de los grandes, obteniendo un reconocimiento que lo llevará a recorrer el continente latinoamericano y puntos importantes de España, para contar con voz propia la novela La noche de la usina, “tensa, intensa y apasionante, según el dictamen del jurado presidido por la escritora catalana Carme Riera.

La obra narra “una merecida venganza colectiva” protagonizada por un grupo de “perdedores heroicos, protagonistas de una épica quijotesca, conmovedora y profundamente humana”.

La historia arranca en un pueblo perdido de la provincia de Buenos Aires durante la crisis económica que dio lugar al corralito de 2001. Allí un grupo de personas trata de reunir el dinero necesario para adquirir unos silos abandonados, pero una estafa inesperada frustra sus planes.

Eduardo Sacheri (Castelar, Gran Buenos Aires, 1967) es autor de la novela La pregunta de sus ojos, que fue llevada al cine en 2009 con gran éxito por el director argentino Juan José Campanella bajo el título El secreto de sus ojos, luego de la cual el cineasta y el escritor iniciaron una colaboración que tuvo continuidad cuatro años después con la película de animación Metegol.

Licenciado en Historia y docente en escuelas de secundaria, Sacheri comenzó a escribir cuentos en la década de los 90, principalmente relatos futboleros que fueron difundidos en el programa radiofónico Todo con afecto de Radio Continental, conducido por el reconocido periodista y contador de cuentos Alejandro Apo.

Su obra ha sido traducida desde entonces a varios idiomas y en ella destacan títulos como Aráoz y la verdad  (2008), Papeles en el viento (2011) y Ser feliz era esto (2014).

El autor también ha publicado libros de relatos cortos como La vida que pensamos (2013) y Un viejo que se pone de pie y otros cuentos (2003).

El Premio Alfaguara, que el año pasado fue para la escritora chilena Carla Guefelbein por Contigo en la distancia, está dotado con 175.000 dólares, una escultura de Martín Chirino y la publicación simultánea en todo el territorio de habla hispana.

Presidido por Riera, el jurado estuvo en esta ocasión compuesto por Michi Strausfeld, Carlos Zanón, Sara Mesa, Mercedes Corbillón y Pilar Reyes (con voz pero sin voto).

Eduardo Sacheri junto a Juan Ignacio Boido, director de Penguin Random House Argentina, al anunciarse el Premio Alfaguara 2016. Foto: PRH / Ricardo Ceppi
Eduardo Sacheri junto a Juan Ignacio Boido, director de Penguin Random House Argentina, al anunciarse el Premio Alfaguara 2016. Foto: PRH / Ricardo Ceppi

A la convocatoria concurrieron en total 707 obras, de las cuales 303 proceden de España, 108 de México, 96 de Argentina, 82 de Colombia, 54 de Estados Unidos, 34 de Perú, 16 de Chile y 14 de Uruguay.

Lee las primeras líneas:

A veces habla la gente, en el pueblo, de la noche de la Usina. Pero siempre de manera parcial, confusa e inconexa. En general se refieren a dónde estaba cada quién, a qué hicieron durante el apagón y la tormenta, a lo que pensaron cuando se enteraron de que había sido un sabotaje, a lo que sospecharon después con respecto a los culpables. Pero nadie puede contar la historia completa. A intentar abarcarla, con sus pormenores, sus antecedentes y sus consecuencias. Son demasiados hilos enredados. Se supo de un periodista de Buenos Aires que viajó hasta O´Connor con la idea de indagar en el asunto. Se quedó varias semanas pero terminó volviéndose con las manos vacías. No fue falta de voluntad de los testigos. Más de uno se sentó largamente con el forastero a contarle lo que sabía. Pero ese es el problema. Aunque junten a todos, aunque eslabonen con cuidado obsesivo todas sus palabras, sus recuerdos y sus sospechas hay cosas que quedan sin saber, sin explicar y sin entender.

No es porque sí que sucede esto. Es porque los que saben la historia son apenas unos pocos, un puñado de personas. Y son los que estuvieron. Los que la pensaron, la prepararon y la llevaron a cabo. Y aunque están entre nosotros, y son parte de nosotros, fingen saber lo mismo que el resto. Es extraño. Uno podría pensar que en un pueblo chico como O´Connor no hay modo de guardar un secreto. Y sin embargo la noche de la usina es un secreto. Un secreto a medias, es verdad. Un secreto hecho de cosas sabidas y confundidas a propósito, o por azar, o por las dos cosas.

en Sinembargo al Aire

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