Con la toma de control de tres de las firmas más importantes de la construcción en España, labor que le ha llevado 15 meses de trabajo, Carlos Slim no sólo se posiciona como uno de los empresarios más importantes del sector de la construcción en España, si no que teje los mimbres para dar el último impulso a la conquista de Europa y de América Latina, donde Inmobiliaria Carso no termina de ser uno de los grandes jugadores.
Por África Semprún
Ciudad de México, 9 de marzo (SinEmbargo/EconomíaHoy).– Como dice la mítica ranchera, Carlos Slim Helú es el rey en América Latina y quiere serlo en Europa, aunque no sea en su sector estrella, el de las telecomunicaciones. Así, el magnate mexicano reclama su hueco en la carrera por el trono español del ladrillo, el cemento y los servicios, donde ha sustituido a la familia Koplowitz como uno de los grandes jugadores del sector de la construcción, tras hacerse con el control definitivo de FCC, Realia y Cementos Portland Valderribas y se prepara para plantar cara a los grandes tótems (OHL, Ferrovial, ACS o Sacyr) tanto en Europa como en América Latina.
El viernes 4 de marzo, Slim se convirtió en el principal accionista de FCC tras la ampliación de capital de 700 millones de euros que acaba de liderar y que le llevó a poseer el 36.5 por ciento del capital de la compañía. Tras rebasar el 30 por ciento de la constructora, y tal como recoge la legislación española, el magnate se vio obligado a lanzar una OPA por el cien por cien de la compañía. En concreto, Slim puso sobre la mesa una oferta de 7.5 euros por acción, lo que supone una prima del 15 por ciento con respecto al cierre del viernes y valora a la constructora en unos 2 mil 876 millones de euros (unos 56 mil 285 millones pesos).
Ese mismo día, Slim solicitó a FCC que lanzara una OPA de exclusión (de bolsa) sobre el 23 por ciento que no controla de Cementos Portland y en febrero hizo lo propio con Realia, de la que posee el 30.3 por ciento a través de Inversora de Carso y controla el 36.9 por ciento a través de FCC.
Para hacerse con el cien por cien de la inmobiliaria española, Slim ha lanzado una OPA a un precio de 0.8 euros por acción, lo que supone una prima del 17 por ciento respecto al precio del mercado previo al anuncio y valora a la compañía en unos 369 millones de euros (7 mil 221 millones de pesos al cambio actual). Las tres firmas, en las que ha tenido que inyectar más de mil millones de euros, valen unos 3 mil 400 millones de euros en la bolsa española.
Con la toma de control de tres de las firmas más importantes de la construcción en España, labor que le ha llevado 15 meses de trabajo, Slim no sólo se posiciona como uno de los empresarios más importantes del sector de la construcción en España, si no que teje los mimbres para dar el último impulso a la conquista de Europa y de América Latina, donde FCC tiene poca presencia e Inmobiliaria Carso no termina de ser uno de los grandes jugadores.
La vocación de Slim es tener el control de las empresas en las que está presente y liderar los mercados en los que participa, como en el caso de las telecomunicaciones en el Nuevo Continente, donde es uno de los gigantes tanto en México, como en Brasil y Argentina con Claro y Telcel.
Pese a los problemas económicos que atraviesa y a la elevada deuda que tiene (se ha visto obligada a reestructurarse en varias ocasiones y los Kplowitz han acudido a millonarios de la lista Forbes como Bill Gates y Slim para asegurar el futuro de la firma), FCC está en el top tres de las empresas más importantes de construcción y servicios en España, tanto por proyectos como por facturación.
En 2014, la multinacional se mantuvo como una de las tres mayores constructoras españolas por cifra de adjudicaciones públicas con 183 millones de euros, un 34 por ciento más. Ese año, la cifra de contratación en el conjunto de las administraciones públicas españolas alcanzó los 2 mil 880 millones de euros rompiendo la racha negativa de los últimos siete años.
En 2007, las diferentes administraciones licitaron obra pública por 40 mil 354 millones de euros, unos niveles que difícilmente se volverán a ver pese a la recuperación del sector, pero que permitieron a las constructoras españolas realizar cientos de proyectos que les dieron una gran experiencia en el sector y las convirtieron en referentes a nivel mundial abriéndoles las puertas de otros mercados.
Con la incipiente recuperación de las obras públicas y la construcción y rehabilitación de vivienda en España como telón de fondo, FCC se consolida como la segunda mayor constructora en España por facturación.
En 2015, generó unos ingresos de 3 mil 407 millones de euros en su mercado nacional, lo que implicó una baja del 3.7% con respecto al mismo periodo de 2014. La cifra fue solo superada por el gigante ACS, que facturó en España 5 mil 887 millones de euros. Le sigue Ferrovial, con 2 mil 694 millones entre construcción, servicios y concesiones en 2015, Sacyr (mil 369 millones) y OHL, que con 759.8 millones generados es la que menos negocio tiene en España de las cinco grandes.
Por el contrario, FCC es la que menos negocio genera fuera de España de las reinas del ladrillo con 3 mil 068 millones de euros (ACS tiene fuera de las fronteras españolas unos ingresos de 29,037 millones). Así, América Latina aportó el 7.6% de los ingresos de FCC; Oriente Medio y Norte de África el 9.4%, Centro de Europa genera el 8% de la facturación, Reino Unido el 15.9%, Estados Unidos y Canadá, el 4% y España aporta el 52.6% de las ventas del grupo.
El desembarco en FCC permitirá a Slim conquistar el sector de la construcción europeo y ganar músculo para aprovechar el impulso que tiene que haber en América Latina en inversión en infraestructuras. No en vano, el año pasado, FCC Construcción y Carso Infraestructura firmaron un acuerdo de colaboración para la ejecución conjunta al 50% de obras de construcción en todos los mercados de América Latina a excepción de México, donde el magnate tiene una gran posición y hasta apuesta por en el sector de la energía.
“Tradicionalmente, la inversión anual de los países latinoamericanos ha rondado el 2% del PIB. Existe un gran déficit de infraestructuras, algo que es cada vez más importante debido a la bajada de los precios de las materias primas durante esta década. Existe un consenso sobre el hecho de que es necesario aumentar las inversiones en infraestructura en estos países hasta al menos un 5% del PIB anual para mejorar su competitividad y sus infraestructuras”, aseguró Mauricio Endo, socio responsable de Infraestructuras en América del Sur de KPMG, en una entrevista con EconomíaHoy.