Ciudad de México, 9 de febrero (SinEmbargo).- Una práctica de beisbol en la Universidad de Massachusetts Amherst cambió el rumbo de su vida, que durante la madrugada del viernes se empotró como el héroe de México en el “rey de los deportes”.
No es Jesús Corona. Si bien la referencia va en dirección a un integrante del Tricolor en el futbol, es del primer TRI campeón en la historia de la Liga Mexicana del Pacífico, Yaquis de Ciudad Obregón, que enfundado en la casaca de México le dio el flamante título de la Serie del Caribe 2013: Douglas Dwyer Clark.
De Springfield, esa ciudad que “todo mundo conoce” por la magia de unos distintivos dibujos animados, es donde surgió y se crió el responsable de que muchos sonorenses y los aficionados al beisbol a lo largo del territorio mexicano, lucieran ojeras acompañadas de una sonrisa durante la mañana del pasado vienes.
Clark se enroló en la Universidad de Massachusetts Amherst mejor conocida como UMASS, con una beca para jugar de receptor abierto. En 1995 era conocido como la estrella del Springfield Central High School, seguramente también el que ganaba las chicas, y modelo a seguir para los jóvenes que les interesaba el futbol americano, basquetbol y tenis, al más puro estilo de la raza “polideportiva” durante su preparatoria, según The Springfield Republican.
Sin embargo fue otro el deporte que lo llevó al éxito y sin contemplaciones extras, cuando una tarde de 1995 le dio por probar el beisbol en las instalaciones de UMASS, y arribó sin invitación a los campos de entrenamiento de beisbol, los cuales nunca más dejó; desafortunadamente para República Dominicana casi 18 años después.
El pelotero se encargó de transformar el sufrimiento en algarabía tras casi 8 horas (habitualmente ronda las 3) de una final histórica no solo por su duración. Su cuadrangular fue un retrato que reflejó la stamina de todos los involucrados en el partido cuyo reloj marcaba (a la hora del batazo) 7 horas con casi 20 minutos de haber iniciado.
Fue al primer lanzamiento de Edward Valdez que Clark prendió la bola que se quedó en el centro de la zona, y la mandó volar por el jardín derecho. Los casi 10 mil asistentes que seguían afianzados a su butaca tras 17 entradas retuvieron el aliento en todo el viaje, evitando que la bola se quedara en el terreno, hasta que gastaron el resto de su energía en la celebración, tras ver que el brinco del jardinero Abraham Almonte fue insuficiente para robarle la gloria a un batazo que rebasó el guante por menos de un pie.
Y no era para menos el batazo del estadounidense de 36 años, cuyo apellido dio el indicio de los poderes sobrehumanos que el Sr. Kent Douglas debió emplear para mandarla a la calle después de técnicamente 8 días seguidos jugando pelota.
Si bien tuvo secuaces en la jornada final como Rodrigo López, Bárbaro Cañizares, o Karim García, del otro bando estaban enemigos de la talla de Hanley Ramírez, Miguel Tejada, Ángele Castro y Ricardo Nanita, la mayoría con experiencia y éxito en Grandes Ligas, pero ninguno fue capaz de terminar como el superman de la histórica final caribeña.
Los detalles de Clark:
Fue elegido en la vigésima ronda del draft de Grandes Ligas de 1997 por Cerveceros de Milwaukee, pero optó por mantenerse un año más en la Universidad, que le sirvió para ostentar un porcentaje de bateo de .366 con 21 jonrones, 137 carreras remolcadas, y 49 bases robadas en tres años de colegial, brincando a ser escogido en la séptima ronda del draft de 1998 por Gigantes de San Francisco.
Ha portado los uniformes de Gigantes de San Francisco (2005), Atléticos de Oakland (2006), Águilas de Hanwha de Korea (2008), Nexen Heroes de Korea (2009–2010), Tigres de Quintana Roo (2011) y Yaquis de Obregón (2010–…).
El 2008 fue su mejor año en la Liga de Korea, donde bateó para .315, con 23 jonrones, 80 remolcadas y 23 robos, hasta que se lastimó una rodilla.
Su carrera en Grandes Ligas constó de 8 juegos con Gigantes de San Francisco y 6 con Atléticos de Oakland, para un hit en 11 turnos al bat.
