“Mi caso se parece cada vez más al de Abril Pérez [asesinada frente a sus hijos el 25 de noviembre en la Ciudad de México] y sólo falta que él cumpla sus amenazas. Yo quiero que la Procuradora o quien sea que tenga que intervenir lo haga, para que vean el comportamiento de este sujeto que no solamente se ha comportado conmigo así, sino que hay otras víctimas”, dijo Daniela “N”, madre de familia quien denuncia violencia de su pareja.
Ciudad de México, 9 de enero (SinEmbargo).- Daniela teme por su vida y la de su familia. Por años fue violentada física, emocional y económicamente por su ahora ex pareja, en la Ciudad de México. Desde que se separó, vive bajo la amenaza de muerte por parte del hombre, y a más de un año de haber denunciado, su caso no prospera judicialmente.
La joven denunció en entrevista con SinEmbargo que su ex pareja también violentó a su pequeña hija cuando la menor tenía meses de edad. Los hechos ocurrieron en la avenida Tláhuac, en la Ciudad de México. Ella interpuso una denuncia, pero fue desechada “porque no podían hacerle peritaje psicológico a la bebé”, platicó.
A pesar de haber denunciado, hace poco más de un año, su caso no avanza y en ese tiempo ya intentó atropellarla, aseguró.
“Mi caso se parece cada vez más al de Abril Pérez [asesinada frente a sus hijos el 25 de noviembre en la Ciudad de México] y sólo falta que él cumpla sus amenazas. Yo quiero que la Procuradora o quien sea que tenga que intervenir lo haga, para que vean el comportamiento de este sujeto que no solamente se ha comportado conmigo así, sino que hay otras víctimas”, aseguró la mujer.
México, según las Naciones Unidas, es el país más peligroso para las mujeres de Latinoamérica, pues, según sus datos, seis de cada diez han sufrido algún tipo de violencia en su vida.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), actualizados hasta noviembre de 2019, en México se han registrado 890 feminicidios. Dichas cifras corresponden sólo a las carpetas de investigación clasificadas como feminicidios en las procuradurías o fiscalías estatales.
En la capital del país, la Ciudad de México, se aperturaron 6 carpetas de investigación por feminicidios, y sumaron 60 desde que comenzó el año que está a punto de terminar.
SU HISTORIA
Fue en el año 2015 cuando Daniela conoció a quien después volvería su vida una pesadilla. La joven conoció a su pareja –de quien prefirió omitir su nombre por aspectos legales– en la vía pública. Él se presentó con ella cuando estaba en una parada de camión y le dijo que eran vecinos, le pidió su número de teléfono para estar en contacto y “cortejarla”.
“Yo me bajé del transporte y este sujeto me abordó, me hizo preguntas que en ese momento no me parecieron extrañas y accedí a darle mi número de celular”, comentó.
Él comenzó a enviarle mensajes de WhatsApp, se escribieron y comenzaron a salir, acudían por algún café o a alguna plaza, pero no pasó mucho tiempo en que el agresor mostró su lado violento: a los 15 días de frecuentarse, la golpeó por primera vez.
“Él estaba alcoholizado, me rompió el tímpano y desde ese primer momento empezaron las amenazas y las presiones, que si yo decía me iba a pasar algo”.
Daniela detalló que ella no había tenido nunca antes una relación tóxica, sin embargo, no pudo dejarlo al inicio por las amenazas.
“Me decía: ‘si a mí me pasa algo no solamente me voy contra ti, me voy contra tu familia’. Él estaba estudiando derecho, me decía muchas cosas usando términos jurídicos y a mí me dio miedo de todo lo que pudiera hacer, tenía mucho miedo y seguí en contacto”.
Además la chantajeaba, aseguró la entrevistada: “Me decía que le comprara tal cosa, o fuéramos a tal lugar y yo tenía que pagar todos esos gastos. Me decía cosas como: ‘ayúdame a pagar la colegiatura. No tengo para el pasaje. Y pues yo, no es que tuviera en abundancia económica, pero tampoco me veía imposibilitada, entonces por sus amenazas accedí a apoyarlo”, narró.
La mujer agregó que también la estafó y le rompió varios objetos personales, pero el miedo la forzaba a seguir con esa relación.
En 2015, cuando todavía eran novios, ella lo denunció porque la golpeó en la calle, pero la denuncia no rindió frutos, dijo. Al año de noviazgo, él la convenció que se fueran a vivir juntos y casi desde el primer momento le quitó las tarjetas de crédito y de débito, con el argumento que él administraba mejor el dinero.
“No me permitía hacer compras para cuestiones de la casa, del mercado, cosas incluso personales, no tenía acceso a mi propio dinero, incluso ni para la ropa, no me permitía”, recordó.
La violencia no solo era el control económico, sino que también la agredía físicamente.
“Me golpeaba en la cara con el puño cerrado, me pateada, me dejaba dormir en el suelo, me dejaba sin dinero, solo me daba 20 pesos para mi pasaje, yo tenía que ir y venir. Todo el tiempo me controlaba por el celular, que por qué llegaba tan tarde, o por qué llegaba tan pronto o con quién estaba”.
Otra de las violencias que sufrió fue el control de sus métodos anticonceptivos. “En el 2016 prácticamente me obligó a que me quitara el dispositivo de anticoncepción porque él quería tener un hijo varón”.
Daniela quedó embarazada después de un año. Sin embargo, él no la apoyo en nada durante el periodo de gestación. “Mientras yo estaba embarazada me siguió golpeando, me amenazó con una pistola: me puso un revolver en la cabeza cuando estaba embarazada. Me cortó la mano con una navaja, me golpeaba en las piernas, me llegó a patear en el estómago y todo el embarazo no cesó su violencia”.
Además, cuando él supo que era una niña, rechazó a la bebé.
“Me decía cosas como ‘tú querías niña, tú la vas a cuidar. Yo no la voy a llevar al cine, o al teatro, esas son cosas de niña. Yo no le voy a prestar mi balón, porque es niña’’”, recordó la mujer.
Una vez nacida la menor, en 2018, Daniela estaba delicada de salud por la recuperación del parto, y se fue con su familia porque no se sentía bien físicamente. La joven estuvo diez días con sus padres en agosto. El sujeto se enfureció y la amenazaba constantemente para que regresara.
“Yo regresé con él porque tenía mucho miedo; me amenazó con destazarme y llenarme la espalda de plomo, entonces, yo en ese momento tenía mucho miedo, tengo mucho miedo. Él decía que no le importaba si me mataba, porque eso le iba a ser feliz, no importaba si la niña se iba al DIF”.
Cuando la bebé tenía un mes y medio de edad también la agredió, “le puso chile en la boca, mi hija se chupaba las manos como cualquier bebé.
En noviembre de 2018 nuevamente la golpeó en la calle, mientras Daniela tenía a su hija en brazos, incluso a la bebé también la atacó cuando tenía meses de edad.
Las agresiones a su hija fue lo que le dio valor para dejarlo y no regresar, pero las amenazas e intimidaciones del hombre escalaron: la aterrorizaba con decirle que les haría daño a sus padres.
En diciembre de 2018, en el mes que la golpeó con su hija en brazos, Daniela decidió denunciar, pero la queja fue levantada solo por violencia familiar por las agresiones contra ella. En el caso de la niña, Daniela afirmó que la denuncia fue cerrada.
Daniela y su hija se fueron a un Refugio para Mujeres donde estuvieron cerca de tres meses. “A partir de ese momento ya no soporté más y me fui, pero ha sido un calvario porque presenté la denuncia y me obligaron, me dijeron que solamente podía denunciar por el uso de violencia, no por todo lo que me hizo, por las amenazas”.
Los padres de Daniela de igual manera tuvieron que dejar repentinamente su casa y regresar esporádicamente, porque la familia del agresor vive frente a la ellos.
Daniela relató que un día después de que la joven denunció a su pareja, el 1 de enero de 2019, él acudió al ministerio público para demandarla, también por violencia familiar. La joven aseguró que su ex pareja se ha valido de testigos falsos.
Ella accedió a que le hicieran un dictamen psicológico como “agresora”, en el cual, no solo se demostró que ella es víctima, sino que, en ese peritaje, le recomendaron y la mandaron al jurídico para obtener una orden de restricción contra su pareja por la violencia que él ejerce, aseguró. “De ese dictamen psicológico yo salí con un documento que me dijeron ‘tienes que pedir medidas de protección para ti’. Fui al CAVI para que no se acercara se comunicara”.
Al paso de un año, la denuncia que ella interpuso no ha prosperado, aseguró la joven, en tanto que su ex pareja en ese periodo la ha denunciado al menos cinco veces.
“Él me ha denunciado seis o cinco veces en todo el año pasado, aprovechando que es abogado, y me ha denunciado por delitos como violencia doméstica, retención de menores, dice que yo lo golpeé. Todo lo que él me hizo, dice que yo se lo hice a él. Todos son hechos falsos, ha traído testigos falsos”, comentó.
En tanto que las amenazas e intimidaciones por parte de él no cesaron e incluso, la joven asegura que él trato de atropellarla. Fue en enero de este año, después de una de las convivencias que un juez de lo familiar dictó para él con la menor.
“A pesar que me esperé una hora para salir de ese lugar, él estaba esperándonos, y se metió en sentido contrario y trató de atropellarnos”.
Daniela comentó que después del incidente ha pedido la ampliación de declaración en su carpeta de investigación, para incluir ese ataque en el expediente.
“Aunque denuncié violencia contra mi hija, no procedió porque no le pueden hacer un examen psicológico a mi hija, y cerraron la carpeta de investigación, mientras que las de él siguen abiertas, yo tengo que demostrar que los hechos que él denuncia no son reales”, denuncia.
OTRAS POSIBLES VÍCTIMAS
Daniela supo que el hombre de su pareja coincide en al menos 14 carpetas de investigación abiertas por diversos delitos, sin embargo, denunció que al Ministerio Público que lleva su caso le han sido “irrelevantes”, y se ha negado a indagar en ellas.
“En la investigación que hice por violencia hacia mi hija, hicieron una búsqueda del sistema de investigación policial donde de acuerdo a su nombre hay 14 averiguaciones o carpetas de investigación que coinciden con su nombre”.
Se trata de carpetas por diversos delitos, alguna por violación, otra por violencia familia, otra por robo transeúnte; sin embargo, reiteró la entrevistada, el Ministerio Publico que la atiende “no le pareció relevante eso”.
“Yo he tratado de investigar si hay homónimos en el país, y no tiene al parecer, lo cual, es probable que esas denuncias sean sobre él, pero el MP no ha querido indagar más, eso se puede hacer investigando esas otras carpetas. Yo le hice de su conocimiento de esas coincidencias y me dijo que no tenía relevancia sobre lo que yo estaba denunciando [violencia familiar], y yo le dije, ‘hay otra persona que también lo está denunciando por violencia familiar y por violación’, y me respondió: ‘eso no me representa a mí nada, no me importa investigar esa parte, solo estoy investigando lo que tú estás denunciando”, relató la entrevistada.
Daniela acusó que las autoridades capitalinas no han investigado el contorno de violencia y su caso no avanza. La mujer pide que su caso sea juzgado con perspectiva de género y que se haga justicia.
Daniela reiteró que vive con temor, y pide que las autoridades la escuchen, que su caso no concluya en otro feminicidio más. “Tengo miedo porque él es abogado y dice que conoce a muchas personas, tengo miedo que me busque donde estoy y me mate”.
La joven actualmente tiene las medidas de protección que tramitó -las que le recomendaron cuando el hicieron el peritaje psicológico – y aunque hasta el momento él no las ha violado, ella aún teme por su vida, la de su hija y la de sus padres.
“Cuando a mí me concedieron las medidas fue martes el 10 de diciembre de 2018, y cuando intentó atropellarnos fue el 8 de diciembre”, aclaró.
La joven también está en busca de apoyo legal y asesoría jurídica, pues en el Refugio de Mujeres en donde estuvo a inicios del año pasado le asignaron un abogado, pero ya está por agotarse el tiempo en que pueden apoyarla, que es de un año.
“Quiero que esto no quede impune, porque este sujeto no va a parar. Me lo dijo y lo tengo grabado en mi mente: no va a parar hasta que me mate, y cómo dijo él no me va a dejar ser feliz nunca, entonces, tengo mucho miedo”, concluyó.